domingo, 26 de noviembre de 2017


26 DE NOVIEMBRE DEL 2017
CONSEJO DIVINO.
LA  PROFECÍA DE ISAÍAS


CAPITULO XXX

DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS  CAP. XXX– 30"

Amenazas contra los Judíos, porque desconfiando del Señor pedían socorro a los Egypcios. Cuan bueno es Dios para los que acuden a él. Cuan terrible es su juicio para los impíos.

Ay de vosotros, hijos rebeldes y desertores, dice el Señor, que formáis designios, sin contar conmigo; y urdís una tela, y n o según  mi deseo, para añadir así pecados a pecados: que estáis en camino para bajar a Egypto, y no habéis consultado mi voluntad, esperando el socorro del valor de Pharaon, y poniendo vuestra confianza en la sombra o protección de Egypto. Pero la fuerza de Pharaon será la confusión vuestra, y la confianza en la protección de Egypto, vuestra ignominia. Porque cuando tus príncipes hayan ido hasta Tanis, y hayan llegado hasta Hanes tus enviados. Todos en Israel quedarán corridos, a causa de un pueblo que de nada les ha podido servir, y que no les ha auxiliado, ni les ha sido de utilidad alguna, sino de confusión y de oprobio.

Anuncio pesado contra las bestias de carga del mediodía. Van por tierra de tribulación, y de angustia (de donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela), llevando sobre lomos de jumentos sus riquezas, y sus tesoros sobre el dorso de los camellos, a un pueblo que no podrá ayudarlos. Porque inútil y en vano será el auxilio que les preste Egypto: por lo mismo clamé yo sobre eso, diciendo: no es más que soberbia, no te muevas.

Anda pues ahora y escríbeles esta predicción sobre una tablilla de boj, y regístrala exactamente en un libro, para que sea en los días venideros un testimonio sempiterno.  Porque este es un pueblo que me provoca a ira, y ellos son hijos infieles, hijos que no quieren escuchar la ley de Dios: que dicen a los que profetizan: No profeticéis; y a los veyentes o profetas: No estéis mirando para nosotros o vaticinándonos cosas rectas, habladnos de cosas placenteras, y profetizándonos cosas alegres, aunque sean falsas. Quitadnos de delante de los ojos este modo de obrar según la Ley: alejad de nosotros tal sistema de vida: no nos vengáis siempre con que el Santo de Israel dice o manda. Por esto el Santo de Israel dice así: ya que vosotros habéis desechado lo que os he mandado y habéis puesto vuestra confianza en la calumnia, y en la perversidad y apoyádoos sobre esas cosas. Por lo mismo esta maldad será para vosotros como un portillo en una alta muralla, que esta para caer, y preguntan por él, y del cual se origina la ruina repentina en la hora menos pensada; y queda toda hecha pedazos, como se rompe con un fuerte golpe una vasija de alfarero, sin que ninguno de sus tiestos sirva ni aun para llevar una ascua de un hogar, o para sacar un poco de agua de una poza. Porque el Señor Dios, el Santo de Israel dice: Si os volveréis y os estuviereis quietos, seréis salvos: en la quietud y en la esperanza estará vuestra fortaleza. Mas vosotros no lo quisisteis hacer; sino que dijisteis: de ninguna manera; antes bien huiremos a caballo. Pues por eso mismo digo yo, tendréis que huir de vuestros enemigos. Montaremos, dijisteis, velocísimos caballos. Por eso mismo serán más veloces los que os perseguirán. Un solo hombre llenará de terror y hará huir a mil de los vuestros; y si se presentan cinco, aterrados echareis a huir todos, hasta que los que queden de vosotros sean a manera de un árbol altísimo como de navío, sobre la cima de un monte, como bandera sobre un callado.
Por esto da largas el Señor, para poder usar de misericordia con vosotros, y ensalzar su gloria con perdonaros, porque el Señor es Dios justo: bienaventurados todos aquellos que esperan en él. El pueblo de Sion morará en Jerusalem: enjuagaras tus lágrimas, oh pueblo fiel: el Señor apiadándose de ti, usará contigo de misericordia: al momento que oyere la voz de tu clamor, te responderá benigno. Y antes te dará el Señor pan de dolor, y agua de tribulación; pero después hará que jamás se aleje de ti tu maestro, y tus ojos estarán viendo siempre a tu doctor. Escuchen tus oídos sus palabras cuando yendo tras de ti te grite diciendo: Este es el camino, andad por él, y no torzáis ni a la derecha ni a la izquierda.  Entonces desecharás como cosas profanas esas láminas de plata que cubren tus ídolos; y los preciosos vestidos de tus estatuas de oro; y los arrojaras lejos de ti como el lienzo más sucio de una mujer inmunda. Fuera de aquí, les dirás: Y el Señor enviará lluvia a tus sementeras, en cualquier parte de la tierra en que hayas sembrado: las mieses darán abundante y rico trigo; y al mismo tiempo hallarán tus corderos pingues y dilatados pastos en tus heredades. Y tus bueyes y pollinos, que trabajan la tierra, comerán el pienso mezclado con variedad de granos, del modo que vienen aventados de la era, o limpios de paja. Y de todo monte alto, y de todo collado elevado, correrán arroyos de fértiles aguas en el día aquel que habrá gran mortandad, cuando habrán caído las torres. La luz de la luna será como la luz del sol, y la del sol será siete veces mayor que sería la luz reunida de siete días; en aquel día en que el Señor habrá vendado la herida de su pueblo y sanado la abierta llaga.

Mira que viene, se oye ya a lo lejos el Nombre o Majestad del Señor, está su saña encendida, e insoportable: llenos de indignación sus labios, y como fuego devorador su lengua. En su respiración como un torrente impetuoso (cuya agua llega hasta la garganta) para aniquilar las naciones impías, y destrozar el freno del error, o el poder infernal, que sujetaba las quijada de los pueblos. Vosotros empero entonarais un cantico como en la noche de la santa solemnidad de la pascua.  Y la alegría de vuestro corazón, será como la del que sube, al son de la flauta a presentarse sobre el monte del Señor, al templo del Dios fuerte de Israel. Y hará el Señor que se oiga su majestuosa voz, y que se conozca su terrible brazo en medio de su ira amenazadora, y de su fuego devorador; lo arrasará todo con tempestad y pedriscos. Porque a la voz del Señor   quedará temblando el Assyrio, herido con la vara de la divina venganza. Y el herir de la vara será constante y duradero. Y hará el Señor que la vara descargue sobre él al son de panderos y de citaras. Le vencerá el Señor en un señalado combate, porque hace ya tiempo que les está preparando el valle de Topheth: aparejado fue por el gran rey profundo y espacioso cuyo cebo es el fuego y mucha leña: un soplo del Señor como torrente de azufre, es el que le enciende.


El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en este CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                   

JJ = J2



No hay comentarios:

Publicar un comentario