lunes, 13 de noviembre de 2017


12 DE NOVIEMBRE DEL 2017
CONSEJO DIVINO.
LA  PROFECÍA DE ISAÍAS


CAPITULO XXVIII

DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS  CAP. XXVIII– 28"

Amenazas contra Samaria, y ruina del reino de las diez tribus. Desolación del reino de Judá. Promesa del Mesías, el cual será la piedra angular de la nueva Sion.

¡Ay de la corona de soberbia de los embriagados de Ephraim, de la flor caduca de la gloria, de los que estaban en Samaria, en cumbre del fertilísimo valle desatentados por causa del vino! He aquí al Señor poderoso y fuerte, como pedrisco impetuoso, como torbellino que asola, como el ímpetu de muchas aguas que inundan y anegan un espacioso país. La corona de soberbia de los embriagados de Ephraim, será hollada con los pies. Y la cauda flor de la gloria y alegría del que esta sobre la cumbre del fertilísimo valle, será como un fruto temprano, que madura antes del otoño; al cual el primero que le ve, al instante le coge, y le devora. En aquel día el Señor de los ejércitos será corona de gloria y guirnalda de regocijo para las reliquias de su pueblo. Y será espíritu de justicia para aquel que está sentado en el trono, a fin de administrarla; y espíritu de fortaleza para aquellos valientes que vuelven de pelear en las puertas mismas de los enemigos.

Más aun estos perdieron el entusiasmo por el demasiado vino, y anduvieron desatentos por causa de su embriaguez. El sacerdote y el profeta perdieron el seso por su embriaguez, el vino los trastornó, la embriaguez los extravió de camino: no quisieron conocer al verdadero profeta, ni saber qué cosa es justicia. Porque todas las mesas atestadas están de vómito, y de inmundicias, sin que quede ningún lugar limpio. ¿A quién comunicará el Señor la ciencia? ¿A quién dará la inteligencia de lo que dice? A los niños acabados de destetar, a los que son arrancados de los pechos de sus madres. Ya que dicen por escarnio: Manda, vuelve a mandar, oh profeta; manda, vuelve a mandar: espera, vuelve a esperar; espera vuelve a esperar: un poquito aquí, otro poquito allí. Pero el Señor hablará con otros labios y otro lenguaje extraño a ese pueblo insano. Al cual dijo un día: aquí tengo mi reposo; reparad la fuerza del que esta fatigado, que en eso consiste mi refrigerio; y no han querido escucharme. Y el Señor les dirá algún día: Manda, vuelve a m andar; manda, vuelve a mandar: espera, vuelve a esperar; espera, vuelve a esperar: un poquito aquí, otro poquito allí: y dejará que vayan y caigan de espalda, y sean hollados, y presos en los lazos.

Por tanto, escuchad la voz del Señor, oh hombres escarnecedores, que domináis al pueblo mío que está en Jerusalem. Pues que vosotros dijisteis: Hemos hecho pacto con la muerte, y un convenio con el infierno: cuando venga el azote, como un torrente, no llegará a nosotros; porque nos hemos apoyado en la mentira o intriga, y esta nos pondrá a cubierto. Por tanto, esto dice el Señor Dios: He aquí que yo pondré en los cimientos de la nueva Sion una piedra, piedra escogida, angular, preciosa, asentada por solidísimo fundamento: el que creyere, no se apresure. Y ejerceré el juicio con peso, y la justicia con medida; y un pedrisco trastornará la esperanza puesta en la mentira, y vuestra protección quedará sumergida en las aguas de la calamidad. Y el contrato vuestro con la muerte será cancelado, y no subsistirá vuestro pacto con el infierno: y cuando, como un torrente, vendrá el azote, os arrastrará consigo. Al instante que venga, os arrebatará: porque vendrá muy de madrugada, y continuará día y noche; y solo la aflicción hará entender las cosas que se han escuchado. Porque el lecho es angosto en tal manera, que uno de los dos ha de caer; y tan pequeña la manta, que no puede cubrir a entrambos. Sabed que el Señor se levantará, como hizo en otro tiempo en el monte de Divisiones, o Baalpharasim: se enojará como hizo en el valle de Gabaon, para ejecutar su obra o venganza, una obra que es ajena de él; para hacer su obra, una obra que es extraña de él.

Dejad, pues, de burlaros de mis amenazas, porque no se aprieten más vuestra ligaduras. Porque el Señor Dios de los ejércitos es de quien he oído la destrucción de toda la tierra, o país que habitáis; la destrucción que será dentro de poco. Prestadme vuestra atención, y oíd mi voz; atended y escuchad mis palabras. Qué ¿Acaso el arador está siempre arando para sembrar? ¿Está siempre allanando la tierra? Luego que ha igualado la superficie, ¿no siembra por ventura el gith, esparce el camino, y pone con cierto orden, y en sus respectivos lugares, el trigo, la cebada, el mijo, y la veza o arveja? Porque el Señor su Dios le da conocimiento en la agricultura, y le amaestra en estas labores. El gith no se trillará por medio de tablas con dientes de hierro o pedernal, ni sobre el comino andará dando vueltas la rueda del carro; sino que gith será sacudido con una vara, y con unas varillas el comino. El trigo empero será trillado; más no le estará trillando sin término el que le trilla, ni siempre la rueda del carro le estará oprimiendo, ni hollándose las pezuñas de las bestias. Esto es lo que ha decretado el Señor Dios de los ejércitos, el cual ha hecho admirable sus consejos, y célebre las sabiduría de su justicia.   

El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en este CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                  

JJ = J2



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