lunes, 17 de octubre de 2016


16 DE OCTUBRE DEL 2016
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO

CAPITULO  XXXIII

DEL LIBRO DE DIOS "LIBRO DEL ECLESIÁSTICO  CAP. XXXIII – 33"


 Es alabado el temeroso Dios. El Señor en salsa a unos  y humilla a otros. Reglas para el gobierno de la familia; y modos de tratar a los esclavos.


 Al que teme al Señor, nada malo le sucederá: antes bien en la tentación, Dios le guardará y le librará de males. El varón sabio ama, no aborrece los preceptos y las leyes: no se estrellará como un navío en la tormenta. El hombre prudente es fiel a la ley de Dios, y la ley será fiel para con él. El que ha de aclarar o satisfacer a una pregunta,  debe premeditar la respuesta: y así después de haber hecho oración a Dios, será oído, y conservará la buena doctrina, y entonces podrá responder con acierto. El corazón dl fatuo es como la rueda del carro, y como un eje que da vueltas, así son sus pensamientos. El amigo escarnecedor, es como el caballo padre, que relincha debajo de cualquier jinete.

¿De dónde viene que un día se precede a otro, y la  luz de un día hace ventaja a la luz de otro, y un año a otro,  proviniendo todos de un mismo sol? La sabiduría del señor es la que nos diferenció después de credo el sol, el cual obedece las órdenes recibidas.  Dios arreglo las estaciones y los días festivos de ellas, y en que se celebran las solemnidades a la hora establecida. De estos mismos días, a unos los hizo Dios grandes y sagrados, y a otros los dejo en el  número de días comunes. Así también a todos los hombres los hizo de  polvo y de tierra, del que Adán fue formado: a los cuales distinguió el Señor con su gran sabiduría, y diferencio sus condiciones y estados. De ellos a unos bendijo, y los ensalzo y consagró,  y tomó para sí; y a otros los maldijo y abatió, y  los arrojo del país donde estaban separados de los demás. Como el barro esta en las manos del alfarero para hacer y disponer de él. Y pende de su arbitrio el emplearle en lo que quiera; así el hombre está en las manos de su Hacedor, el cual le dará el destino según sus juicios. Contra el mal está el bien,  y contra la muerte la vida; así también contra el hombre justo el pecador; y de este este modo todas las obras del Altísimo las veréis pareadas, y la una opuesta a la otra.

Yo ciertamente me he levantado opuesto a escribir el último, y soy como el que recoge rebuscos tras los vendimiadores,  pero puse mi esperanza en la bendición de Dios y así he henchido mi lugar, como el que vendimia. Observad que no he trabajado para mí solo, sino para todos los que buscan el instruirse. Escuchadme, oh magnates, y pueblos todos; y vosotros que presidís las asambleas, prestadme atención vuestros oídos.

Al hijo, ni a la mujer, ni al hermano, ni al amigo, jamás en tu vida  le des potestad sobre ti: ni sedas a otros lo que posees, para que no suceda que arrepentido hayas de pedirle rogado que te lo devuelva. Mientras estés en este mundo y respires, ningún hombre te haga mudar de este propósito. Porque mejor es que tus hijos tengan que recurrir a ti, que no el que tú hayas de esperar el auxilio de las manos de tus hijos. En todas  tus cosas mantén tu superioridad, a fin de no manchar tu reputación: y reparte tu herencia cuando estés para terminar  los días de tu vida,  al tiempo de tu muerte. Pienso y palos y cargas para el asno: pan y castigo y que trabaja para el siervo. Éste trabajo cuando es castigado, y apetece el reposo: si le dejas sueltas las manos, buscará la libertad. El yugo y la coyunda doblan la dura cerviz del buey: así  las continuas faenas amansan al siervo. Al siervo de mala inclinación azotes y cepo. Envíale al trabajo para que esté mano sobre mano; pues es la ociosidad maestra de muchos vicios, fuérzale a trabajar, que esto es lo que le conviene; y si no hiciere lo que le mandas, aprémiale con meterle en el cepo: guárdate empero de excederte contra el cuerpo de quien quiera que sea; y no hagas cosas de gravedad sin consejo o premeditación. Si tienes un siervo fiel, cuida de él como de ti mismo: trátale como a un hermano; pues le compraste a costa de tu sangre. Si le maltratas injustamente,  se te huirá. Y si él se aparta de ti y se marcha, no sabrás a quien preguntar, ni por qué camino le has de buscar.




El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en este CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                   

JJ = J2


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