domingo, 11 de agosto de 2019


11 de Agosto del 2019
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE JEREMÍAS  


CAPITULO XXX

DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE JEREMÍAS CAP. XXX– 30"

Predice Jeremías el fin de la cautividad de Babylonia; y que en seguida las dos casas de Judá e Israél servirán al Señor reunidas bajo un rey del linaje de David.

                                                                                                                        
Hablo el Señor a Jeremias, diciendo: Esto manda el Señor Dios de Israél: escribe en un libro todas las palabras que yo te he hablado. Porque he aquí que llegará tiempo, dice el Señor, en que yo haré volver los cautivos de mi pueblo de Israél y de Judá, y harélos regresar, dice el Señor, a la tierra que di a sus padres y la poseerán.

He aquí las palabras que dirigió el Señor a Israel y a Judá: Así habla el Señor algún día diréis: Oído hemos voces de terror, y espanto; y no de paz. Preguntad y sabed si son por ventura los varones los que han de parir. Porque ¿Cómo es que estoy viendo en ansiedad a todos los hombres y con las manos sobre sus lomos, como la mujer que está de parto, y cubiertos sus rostros de amarillez? ¡Ay! Que aquel día es grande y terrible, ni hay otro que se le parezca; tiempo de tribulación para Jacob, de la cual será al fin liberado. Y sucederá en aquel día dice el Señor de los ejércitos, que yo haré pedazos el yugo que Nabuchodonosor puso sobre tu cuello, y romperé sus ataduras, y no te dominarán más los extranjeros: sino que los hijos de Israel servirán al Señor su Dios, y a el hijo de David su rey, que yo suscitaré para ellos.

No temas pues tú, oh siervo mío Jacob, dice el Señor, ni tengas miedo, oh Israél: que yo te sacaré de este país remoto donde estas, y a tus descendientes de la región en que se hallan cautivos: y Jacob volverá y vivirá en reposo, y en abundancia de bienes, sin que tenga que temer a nadie: pues yo estoy contigo, dice el Señor, para salvarte. Porque yo exterminaré todas las naciones, entré las cuales te dispersé: y a ti empero no te destruiré del todo, sino que te castigaré según mis juicios, a fin de que no te tengas por inocente.

Así que esto dice el Señor: incurable es tu fractura, es muy maligna tu llaga. No hay quien forme un cabal juicio de tu mal para que curarle: No hay remedios que te aprovechen. Olvidado se han de ti todos tus amadores y no se curarán ya de ti para ser amigos tuyos: en vista de que te he hecho una llaga como de mano hostil, y con un terrible azote; porque estas endurecida en tus pecados, a causa de la abundancia de tu iniquidad. ¿Por qué alzas el grito en tus penas? Tu dolor es incurable: por la muchedumbre de tus maldades, y por la obstinación en tus pecados hice contigo esas cosas. Más todos aquellos que te muerdan serán devorados, y todos tus enemigos serán llevados cautivos, y aquellos que te asolan serán asolados, y entregados al saqueo tus saqueadores. Porque yo cicatrizaré tu llaga, y curaré tus heridas, dice el Señor. Ellos oh Sión, te han llamado la repudiada: Esta es, dicen, la que no tiene quien la busque o pretenda.

Pero esto dice el Señor: Yo haré que vuelvan los cautivos que habitan en las tiendas o tabernáculos de Jacob, y tendré piedad de sus casas, y será reedificada la ciudad en su altura, y fundado el templo según su anterior estado. Y saldrán de sus labios alabanzas y voces de júbilo; y yo los multiplicaré, y no se disminuirá su número: los llenaré de gloria, y no volverán a ser envilecidos. Y serán sus hijos fieles como en al principio, y su congregación permanecerá estable en mi presencia; y castigaré a todos los que la atribulan. Y de él, esto es, de Jacob, nacerá su caudillo o Mesías, y de en medio de él saldrá a luz el Príncipe: al cual me le llegaré a mí, y él se estrechara conmigo. Porque ¿Quién es aquel de tal modo se acerque a mí con su corazón, dice el Señor? Vosotros seréis entonces mi pueblo fiel, y yo seré vuestro Dios siempre benigno.

Pero he aquí que el torbellino del Señor, el furor que está respirando, la inminente tempestad, todo descargará sobre la cabeza de los impíos.  No apaciguará el Señor el furor de su indignación, hasta tanto que haya ejecutado y cumplido los designios de su corazón: al fin de los tiempos entenderéis estas cosas.

El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                  

JJ = J2

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