domingo, 4 de agosto de 2019


04 de Agosto del 2019
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE JEREMÍAS  


CAPITULO XXIX

DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE JEREMÍAS CAP. XXIX– 29"

Carta de Jereamias a los cautivos de Babylonia exhortándolos a la paciencia, les anuncia la libertad para después de los sesenta años prefijados por el Señor: confirma la total ruina de los que quedarían en la Judea, y amenaza  a los falsos profetas Achab y Sedecías, y a Semías.
                                                                                                                        
Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeramias envió desde Jerusalem a los ancianos que quedaban entre los cautivos transportados a Babylonia, y a los sacerdotes y a los profetas y a todo el pueblo transportado por Nabuchodonosor desde Jerusalem hasta Babylonia. Después que salieron de Jerusalem el rey Jechonias y la reina madre, y los eunucos o cortesanos, y los príncipes de Judá y de Jerusalem, y los artífices y los Joyeros. Jeremías envió esta carta por mano de Elasar hijo de Saphan y de Gamaria, hijos de Elsias despachados a Babylonia por Sedias rey de Judá a Nabuchodonosor rey de Babylonia: El contenido de la carta era: Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel a todos los que yo he enviado cautivo desde Jerusalem hasta Babylonia: Edificad casas y habitadlas y plantad huertos, y comed de sus frutos. Contraed matrimonios, y procread hijos e hijas, con lo cual nazcan hijos e hijas, y multiplicaos ahí, y no quedéis reducido a corto número. Y procurar la paz de la ciudad a donde os traslades; y rogad por ella al Señor; por que la paz de ella tendréis vosotros paz. Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: no os engañen vuestros falsos profetas que están en medio de vosotros ni vuestros adivinos, y no hagáis caso de vuestros sueños: porque falsamente os profetizan aquellos en mi nombre, y yo no los envié dice el Señor.

Lo que dice el Señor es esto: Cuando estén para cumplirse los setenta años de vuestra estancia en Babylonia, yo os visitare, y daré cumplimiento a mi agradable promesa de restituirlos en este lugar. Porque yo se los designo que tengo sobre vosotros, dice el Señor, designios de paz, y no de aflicción para daros la libertad que es el objeto de vuestra expectación, entonces me invocareis, y partiréis a vuestra patria, me suplicareis y yo os escucharé benignamente. Me hallareis cuando buscaréis de todo vuestro corazón. Entonces seré yo hallado de vosotros  dice el Señor, y yo os hare volver de la esclavitud, y os congregaré de todas las regiones, y de todos los lugares a donde os había desterrado, dice el Señor, y os hare volver  lugar del cual os había hecho transmigrar.

Pero vosotros habéis dicho: El Señor nos ha enviado profeta aquí en Babylonia. Pues he aquí lo que dice el Señor acerca del rey Sedecias que está sentado en el solio de David, y de todo el pueblo que habita esta ciudad, Esto es, de vuestros hermanos que no han transmigrado con vosotros: Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos: Sabed que yo enviaré contra ellos la espada, el hambre, y la peste, y los tratare como a higos malo, que se arrojan por que no se pueden comer de puros malo. Los perseguiré a cuchillo, y con hambre, y con peste, y los entregaré a la tiranía de todos los reinos de la tierra: Y será la maldición, el pasmo, la mofa, y el oprobio de todas las naciones donde los hubiere arrojado: Por cuanto dice el Señor, no quisieron dar oído a mis palabras, que les he hecho anunciar por la boca de mis siervos los profetas, enviándoselos oportunamente y con anticipación. Más vosotros no quisisteis obedecer dice el Señor. Entre tanto, vosotros todos, quienes hice yo pasar desde Jerusalem hasta Babylonia, y oír la palabra del Señor:

Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, acerca de Achab hijo de Colias y de Sedias hijo de Masaasias, y que falsamente profetizan en minombre, sabed que yo los entregaré en manos de Nabuchodonosor, rey de Babylonia, que los hará morir delante de vuestros ojo, de suerte que todos los que han sido transladados de Judá a Babylonia, los tomaran por frases de maldición, diciendo: pángate el Señor como a Sedecias y Achad; a quien asó o frió a fuego lento, el rey de babylonia: por haber hecho ellos necedades abominables en Israel y cometido adulterios con las mujeres de sus amigos, y hablado mentirosamente en nombre mío, sin haberles dado yo ninguna comisión. Yo mismo soy el juez y el testigo de todo eso dice el Señor.

Así mismo dirás a Semeias, Nehelamita, o soñador: Esto dice el Señor de los ejércitos el Dios de Israel: Por cuanto enviaste cartas en tu nombre a todo el pueblo que se haya en Jerusalem, y a Sophonias, hijo de Maasias, sacerdote, y a todos los sacerdotes, diciendo a Sofonia: El Señor te ha constituido sumo sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, a fin de que tu tengas autoridad en la casa del Señor, para reprimir  a todo fanático que se finge profeta, y meterle en el cepo y la cárcel: ¿Cómo es pues que no has castigado a  Jeremias natural de Anathoth que hace del profeta entre vosotros? Siendo así que además de eso nos ha enviado a decir acá en Babylonia: no volveréis en mucho tiempo; edificaos casas y morad en ellas: haced plantíos en las huertas y comed sus frutos.

Leyó pues el sacerdote Sophonias esta carta de Semias, delante del profeta Jeremias. Y el Señor hablo entonces a Jeremias en estos términos: Envía a decir lo siguiente a todos los que han sido trasladados a
Babylonia: Esto dice el Señor a cerca de Semias Nehelamita: por cuanto Semias se ha metido a profetizar lo futuro, sin tener ninguna misión mía, y os ha hecho confiar en la mentira; por tanto esto dice el Señor: he aquí que yo castigaré a  Semeias, Nehelamitas  y a su raza; no tendrá jamás un desendiente que se siente o viva en medio de este pueblo; ni verá el bien o la libertad que yo he podido conceder al pueblo mío, dice el Señor, porque ha hablado como prevaricador contra los oráculos del Señor.

El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                   

JJ = J2


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