martes, 12 de julio de 2016

Curso de La Autoestima - Psicología


LECCIÓN:    18
FACTORES EN EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA

Curso gratis de Técnicas de Estudio


Olvido


La memoria a veces falla, lo que uno ha estudiado con tanto esfuerzo se olvida y a veces esto ocurre en el peor momento posible, justo en mitad del examen.
El olvido es humano y por tanto puede ocurrir, pero muchas veces dicho olvido es resultado de una mala preparación.
Con una planificación adecuada y un método de estudio eficiente se reducen considerablemente las probabilidades de que falle la memoria.
El olvido suele ocurrir por alguna de las siguientes causas:
Se ha estudiado la materia del examen con mucha anticipación y luego no se ha repasado convenientemente.
Se ha estudiado mal, memorizando mecánicamente, sin llegar a asimilar la asignatura. El estudiante podía pensar que dominaba la lección porque cuando la estudió era capaz de repetirla, pero no ha conseguido consolidar esos conocimientos.
Se ha estudiado atropelladamente la noche anterior al examen, sin tiempo a que los nuevos conocimientos se asienten en la memoria.
No se ha descansado convenientemente y se llega al examen con la mente cargada.
Por tanto, el estudiante debe evitar que alguna de estas cuatro situacionesse produzca y eso depende exclusivamente de él.
Tiene que establecer repasos periódicos que le permitan mantener frescos los conocimientos adquiridos.
Tiene que asimilar los contenidos. No vale con ser capaz de repetirlos ya que la memoria puede fallar, se trata de entenderlos y poder desarrollarlos con sus propias palabras.
El aprendizaje debe ser gradual, día a día, y no de prisa y corriendo el último día.
Al examen hay que ir perfectamente descansado para poder rendir al máximo.
El olvido a veces también se produce porque, aún habiendo estudiado con seriedad,no se han establecido pistas que puedan facilitar el recuerdo.
No se lleva aprendido un esquema detallado del temario que nos permita situarnos y comenzar a recordar su contenido.
Por ejemplo:         
La lección 5ª que trata sobre tal tema se divide en 4 apartados: el primero desarrolla tal aspecto y profundiza en tales consideraciones; el segundo desarrolla esta otra idea y contiene tres sub-apartados; el tercero trata de tal punto y el cuarto es una visión crítica de esta teoría.
Con una estructura del temario bien aprendida resulta mucho más fácil situar la pregunta del examen y comenzar a "tirar del hilo" e ir recordando su contenido.

 RÉ”

Es increíble ver la cantidad de gente que todavía sigue fiándose de su cabeza para recordar las cosas. Y claro, algunas se les “escapan”. A veces ese olvido queda en un susto momentáneo. A veces genera una urgencia que afecta a muchas personas.

Hoy en día tanto en casa como en el trabjo pasan muchas cosas, muy rápido, en muchos frentes, y con muchas personas involucradas. Intentar llevar un “registro mental” (?) de todas las cosas pendientes, es poco menos que dispararse en el pie. Así y todo, cada día mucha gente sigue apuntándose a este deporte de riesgo. Y con gente me refiero a personas de todos los perfiles: desde un estudiante hasta un súper directivo, un freelance o un jubilado.
Y, por supuesto, ante el «se me escapó» o el «se me pasó», siempre tenemos preparada una disculpa (recuerda que los humanos tenemos un máster en disculpas):
  • A veces lo achacamos a que «tengo un montón de trabajo y se me pasó».
  • A veces al «chico, tengo un montón de cosas en la cabeza».
  • A veces a que «mi memoria ya no es lo que era».
  • A veces a que es «soy olvidadizo, pero ya era así de pequeño».
  • A veces a que «aunque lo apunté, no sé cómo pero se me pasó».
Cuando se te escapan cosas (cuando se te olvidan) y tienen que ver con algo tuyo, quien paga las consecuencias únicamente eres tú. Pero ¿qué pasa cuando tu olvido perjudica a otra persona o a varias a la vez? Por ejemplo a tu equipo. O a una empresa (un cliente). O a alguien de tu familia, si es un tema de casa.
Cortar ya el síndrome del “lo olvidé” no es sólo un tema de productividad y eficacia, sino de dejar de parecer un idiota, dejar de hacer faenas a otros, y cumplir con tu parte. Lo tenías que hacer, hazlo. Te comprometiste, cumple. Dijiste que sí, ahora te toca. Y por supuestohaciéndolo a tiempo, no a última hora. Deprisa y de cualquier manera.
¿Cómo corregir el «se me escapó» o el «se me pasó»? Pues, como ocurre con muchas de estas cosas relacionadas con hábitos, no es tan difícil como parece. Bastan unos sencillos detalles. Unos gestos en realidad, que a base de repetir te saldrán solos en menos tiempo de lo que parece. Estos son mis cinco favoritos:
  • No memorices, anota. Si tuviéramos que recordar una, tres o cinco cosas, nuestra mente podría con ello. Pero tu actividad genera decenas y centenas de tareas, recordatorios, compromisos y citas que no puedes gestionar de memoria. Utiliza: 1) Listas de Tareas; 2) Calendario; 3) Aplicación de notas e ideas. Apóyate en el papel o el software para memorizar, y libera tu cabeza para hacer lo que mejor hace: pensar, crear, analizar, inventar, solucionar.
  • Anota en ese mismo momento. Las cosas se anotan en mismo el momento en el que surgen. Si no lo anotas justo aquí y ahora, se te olvidará. Ya sea por teléfono, en un Email, en una reunión, en un taxi, en una comida… Cuando lo escuches o pase por tu cabeza, anótalo. Es un gesto de oro. Eso implica tener muy cerca y muy accesible las herramientas de “captura”.
  • Revisa y planifica por adelantado. Cuando planificas tus tareas y revisas tu calendario por adelantado (el día antes, la semana antes), eres tú quien va por delante de tus tareas y citas. Puedes saber cuándo toca qué, y no se te olvida. Pero si no lo haces, eres tú el que va detrás de ellas. Persiguiéndolas con la lengua afuera.
  • Utiliza alarmas, puntualmente. A veces esa planificación/revisión no siempre es suficiente. Bien porque hay mucha actividad, o estás enfrascado en tareas y puedes llegar a despistarte… Para eso existen las alarmas. Y sí, son buenas. No recomiendo abusar de ellas (por temas de distracciones) pero puntualmente pueden ayudarte a hacer algo justo a tiempo.
  • Programa las repeticiones. Hay tareas y citas que se repiten diaria y semanalmente, y no se nos escapan. Pero las que se repiten cada dos semanas, mensual, semestral o anualmente, tendemos a olvidarlas. Prográmalas. Todas las aplicaciones de tareas y eventos tienen esa opción. Prográmalo y olvídate de ello hasta el día que toque.
  • Bonus: Fechas, fechas, fechas. Las fechas son “sagradas”. Nunca, nunca, nunca trabajes sin fechas. Son como las coordenadas del GPS: sin ellas no hay destino. Pide, pregunta, indaga o pon tú mismo una fecha. Las fechas y las horas son la primera vacuna que se le debe administrar a las personas olvidadizas.
Como comentaba en curso de Productividad online cuando toqué este tema, todo esto me parece de “primero” de Productividad. Pero por evidente, y por darse por sentado, tendemos a olvidarlo y descuidarlo. Y así nos va. SIEMPRE pon el foco en lo obvio, porque a menudo las cosas más pequeñas son la solución a las grandes.

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