jueves, 3 de marzo de 2016

Curso de La Autoestima - Psicología

LECCIÓN     No  6
 Cada que aprendemos algo para entender el comportamiento de nuestros niños o adolescentes y lo aplicamos, nos acercamos al camino de la perfección y somos mejores maestros. Acércate,  atrévete a descubrir un niño con problema, comprometete con él, ayúdale     y sentirás como te invade una felicidad de haber ayudado como maestro. 

Formación de la Autoestima


 Baja Autoestima

La autoestima se va desarrollando a diario en los primeros años de la vida de los niños y las niñas. Y entre los factores que producen una baja autoestima podemos describir:
• La repetición constante del no: No hagas eso, no vengas tarde y otros.
• La inconsistencia en las reglas de conducta: papa da una orden y mamá da una orden contraria. Papá no me da permiso, pero mi mamá sí...
• Regaño con alto grado de enojo, malas palabras, cólera...
• Indiferencia de los padres, no sabe si está enfermo, si come, por donde anda...
• Reglas familiares rígidas. ¡Quien no viene a las 12 sino después, no almuerza en esta casa!
• Pérdidas importantes durante la infancia: papá, mamá y otros.
• El abuso físico o sexual: golpes, violaciones...
• Padre o madre con problemas de adicciones.
• Padre y madre sobreprotectores.
• Padre y madre muy consentidores.
• Comunicación de doble vínculo: es el mensaje con doble fondo, una persona dice una cosa y actúa de otra forma diferente a la que dijo. Por ejemplo: Le pide al niño que no mienta, y él miente.
• Situaciones de estrés agudo o estrés post traumático pueden generar una baja autoestima.

La baja autoestima de los niños

El ambiente familiar es el factor que más influye en la autoestima infantil


Constantemente nuestra autoestima se ve afectada por las experiencias y exigencias que recibimos del mundo exterior. La sociedad exige que sigamos pautas de comportamiento estándar o sistemas de elección y decisión parecidos o iguales que los de la mayoría. Y si no cumplimos los requisitos exigidos, nuestra autoestima, aunque positiva, puede verse mermada. Por esta razón, la construcción de una autoestima positiva debe ser sólida en todos los momentos de la vida de un niño. Solamente así, él no se sentirá inferior por si lleva un corte de pelo, que le guste, pero que no agrada a los demás.

Consecuencias de una baja autoestima en los niños

Una baja autoestima  puede desarrollar en los niños sentimientos como la angustia, el dolor, la indecisión, el desánimo, la pereza, la vergüenza, y otros malestares. Por este motivo, el mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños. Dentro de cada uno de nosotros, existen sentimientos ocultos que muchas veces no los percibimos.
Los malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos pueden llevar a una persona no solo a sufrir depresiones continuas, como también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos, impotencia, hipersensibilidad y pesimismo, entre otros.

Falta de interés y valor propio en la baja autoestima infantil

Una baja autoestima también puede llevar a una persona a sentirse poco valorada y, en razón de eso, a estar siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades de los demás. Es posible que les vea como seres superiores y sienta que jamás llegará a rendir como ellos. Esta postura le puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a convencerse de que es incapaz de lograr cualquier cosa que se proponga. Lo que le pasa es que no consigue comprender que todos somos distintos y únicos, y que nadie es perfecto. Que todos nos equivocamos y volvemos a empezar.

Estimular la autoestima de los niños: el papel de la familia

Es dentro del ambiente familiar, principal factor que influye en la autoestima, donde los niños van creciendo y formando su personalidad. Lo que su familia piensa de él, es de fundamental importancia. Por eso, es recomendable que a los padres no se les escapen los logros que conquistan sus hijos. Si el bebé empieza a caminar, pero los mayores ven la situación como una obligación y no como una conquista del bebé, la criatura no se sentirá suficientemente estimulada para seguir esforzándose para conseguir otros logros, para superarse.
Lo importante en todo el proceso de crecimiento de nuestros hijos es que les demos la posibilidad de ser, de sentirse bien con ellos mismos. Que nuestro esfuerzo esté vinculado al afecto, al cariño, a la observación, a valorar sus calidades y apoyarle cuando algo va mal. Y para eso es necesario conocerles cada día, favoreciendo los encuentros, las conversaciones y el contacto físico.

Baja autoestima en  adolescentes



La autoestima es el valor que nos otorgamos a nosotros mismos, es decir, cómo y cuánto nos valoramos. Todos deberíamos tener una buena autoestima, es decir, un buen concepto de nosotros mismos, pero no siempre ocurre así, y en los niños y adolescentes, que tan inestables son por los cambios que les impone el desarrollo, mucho más. Veamos cómo les afecta una baja autoestima y qué hacer ante este problema.

 

La baja autoestima


Hoy en día, en las sociedades desarrolladas, los niños y los adolescentes tienen todas sus necesidades cubiertas, incluso, muchos, tienen de todo y más de la cuenta. Sin embargo, cada vez existen mayor cantidad de niños y adolescentes con problemas de depresión, problemas con el alcohol y las drogas, el bullying o acoso escolar, etc.
La autoestima es la conciencia que tenemos de nosotros mismos y está relacionada con nuestra propia aceptación. Cuando su nivel es bajo, o porque no se ha desarrollado correctamente o porque se sufren “reveses”, somos vulnerables a influencias tóxicas o reaccionamos de forma inadecuada.
La comunicación familiar es el mejor arma para evitar estas influencias tóxicas; el dedicar tiempo a educar y que este tiempo sea de calidad, sabiendo poner límites cuando hay que ponerlos y reconocer sus logros, felicitándole por ellos, es la forma más adecuada de procurarle una autoestima correcta.



Consecuencias de una baja autoestima


Los problemas de niños y adolescentes que pueden tener su origen en una baja autoestima pueden ser:
 Agresividad y actitudes violentas.
– Depresión y tristeza.
– Ideas y tentativas de suicidio.                 
– Síntomas de inferioridad e incapacidad.
– Problemas con el alcohol y las drogas.
 Trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia.
– Consumismo y compras compulsivas.
 Timidez extrema y dificultades para la interacción social.

 

Los signos para sospechar una baja autoestima en tu hijo


Los signos más habituales de un niño y un adolescente con baja autoestima son los siguientes:
–          Suele usar frases como el “no puedo”, “no sé hacerlo”, “nunca lo aprenderé”, etc.
–          Tiene sentimientos de impotencia, con lo que suele enfrentarse a los retos convencido de que no los superará.
–          Se deja influir fácilmente, cambia de ideas y de conductas muy a menudo y en función de con quién esté.
–          Evita todas aquellas situaciones que le pueden provocar algo de ansiedad.
–          Se queja de que los demás no le valoran.
–          Tiene pobreza de sentimientos y de emociones.
–          Se pone muy a menudo a la defensiva y se frustra con facilidad.

 

Qué podemos hacer por ayudarle


La familia debe convertirse en su punto de apoyo principal, son etapas en las que los padres debemos de volcarnos con los hijos y hacer todo lo posible por elevar sus niveles de autoestima. Algunas de las claves más efectivas para lograrlo son:
1.    Habrá que procurarle oportunidades para que pueda lograr tener éxito. Una buena forma de elevar su autoestima es que realice actividades en las que pueda tener éxito y pueda comprobar lo capaz que es de realizarlas.
2.    Hay que hacerle responsable de determinadas tareas familiares desde pequeño, es necesario que se le impongan límites en su educación.
3.    Hay que ayudarle a sentirse seguro y a confiar en sí mismo. Cuando desde pequeño se confía en él, se le da responsabilidades, y se le da afecto y cariño, reconociéndole sus logros, ayudamos a forjar una autoestima fuerte y adecuada.
4.    Tener una infinita paciencia. En la adolescencia sobre todo, hay una tormenta emocional que afecta a los hijos. Hay que hacer un esfuerzo extra por comprenderlos, y por tolerar en cierto grado sus cambios emocionales y de conducta, igual que ocurre con las rabietas infantiles.
5.    Mantener una comunicación constante con el hijo, ayudará a contrarrestar el efecto de los mensajes que le llegan a través de otros medios, a solucionar sus dudas e incertidumbres, y a no tener que recurrir a otras fuentes para solucionar sus problemas.
  

 “El conocimiento es como la felicidad, no es nada si no se comparte”

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