domingo, 6 de septiembre de 2015


EVITAR PRONTAMENTE EL MAL COMPORTAMIENTO.

Mantener el orden en una clase es una tarea básica de la enseñanza. Desde el comienzo de sus carreras, los profesores expresan a menudo la preocupación de cómo lograr una buena disciplina en sus clases. Los alumnos esperan que sus profesores sean capaces de mantener el orden y admiran a aquellos profesores que lo hacen bien. La gente considera que la disciplina es uno de los más serios problemas con los que se enfrenta la escuela y consideran que una escuela ordenada es una "buena" escuela.

Recientes estudios de enseñanza eficaz apoyan esta creencia popular. Los alumnos aprenden más cuando más tiempo dedican a un trabajo productivo que en la confusión o el mal comportamiento. Un profesor eficaz es también un buen controlador de lo que ocurre en el aula. A pesar de que generalmente se reconoce la importancia de la dirección de la clase, este tema ha permanecido como una oscura área de ideas conflictivas y reglas vagas. Los profesores se quejan normalmente de que reciben poca ayuda práctica frente a la realidad de la enseñanza. No obstante, existen atisbos de mejora. La investigación sistemática sobre el control y manejo del aula se ha incrementado en estos años. Se conocen ahora más cosas acerca de lo que hacen los profesores eficaces.
¿Qué tipo de lugar es una clase? Para la mayoría de los profesores, es una habitación llena de 20 o 30 alumnos, con un similar número de sillas y pupitres y un surtido de estanterías, mesas, libros, dibujos, pizarras y letras. Pero esto es una visión estática. ¡Las clases están en movimiento! Durante el horario escolar una clase está llena de acción: se habla, se escribe, se anda, se discute. Hasta cuando se produce una cierta tranquilidad aparente durante un trabajo de pupitre o un examen, una clase está viva y en movimiento. Un profesor es responsable de un grupo de alumnos en determinados momentos, y la vida de la clase tiene un ritmo intrínseco.
Cuando el mal comportamiento ocurre, los buenos directores de aula lo paran rápidamente repitiendo las instrucciones para reorientar a los alumnos hacia una conducta más aceptable, o reprendiéndoles. Son capaces de intervenir tempranamente porque son muy activos en la guía de actividades y en el control de la conducta de los estudiantes.

Los profesores frecuentemente utilizan sanciones positivas y negativas para establecer y hacer cumplir las normas. Es importante recordar, sin embargo, que evitar el mal comportamiento no es la base para conseguir el orden en una clase. En ausencia de actividades y de un sistema práctico de normas y procedimientos, la evitación del mal comportamiento tendrá un pequeño efecto a largo plazo. De hecho ocuparse del mal comportamiento hasta el punto de que las actividades se paren impedirá realmente el orden que se quiere conseguir. Los directores eficaces de una clase son rara vez apartados de la consecución de actividades que han comenzado y de la comunicación de las normas de conducta a seguir.

Enfatizar las actividades más que el mal comportamiento en el comienzo del curso es importante cuando se trabaja con una clase que es probable que sea desordenada. En un grupo de estas características, ocurre con frecuencia que a) varios estudiantes están preparados para unirse a cualquier disrupción tan pronto como ocurra, y b) muchos otros de buena voluntad se comportarán, sin embargo, como un auditorio sensible ante el mal comportamiento. En otras palabras, los estudiantes díscolos se unirán rápidamente, y el resto de la clase los animará. Bajo estas circunstancias, el mal comportamiento de uno de los alumnos se convertirá rápidamente en un asunto público principal que puede parar fácilmente una actividad. Un profesor que continuamente llame la atención al mal comportamiento incrementa los efectos de la audiencia y de este modo contribuye a la interrupción de las actividades. A la larga, es más útil ignorar las infracciones menores para preservar la marcha de las actividades. Lo que será costoso de todas formas. Las normas y procedimientos que son ignorados en el comienzo de curso puede que no se hagan cumplir más tarde.


Resumen. Tal y como una clase empieza se desarrolla el resto del año. Los alumnos esperan que los profesores establezcan los prodecimientos de la clase y hagan cumplir las reglas. Un profesor debe, por lo tanto, demostrar su capacidad para manejar la clase con pericia. Para comprobar esta pericia, los alumnos probarán de forma colectiva los límites del sistema de control. El orden en una clase empieza cuando el profesor transmite: a) una agenda clara; b) conocimiento de lo que probablemente ocurrirá en una clase; y c) buena disposición para actuar decisivamente.

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