domingo, 20 de septiembre de 2020

 

NUESTRA CLASE

“Por el derecho a educarse y a educar sin represión" La campaña de profesores y estudiantes

"El camino más noble es someter a los demás, sino perfeccionarse a uno mismo" Socrate.

 

En el Encuentro “Recuperemos la Educación pública desde las bases” impulsado por la agrupación Nuestra Clase se reunieron estudiantes, secundarios y universitarios, y también otros trabajadores a discutir un balance del año. Entre otras resoluciones se propuso impulsar una campaña transversal en educación titulada “Por el derecho a la educarse sin represión, por la recuperación de la Educación Pública", que apunta a cuestionar la represión y el abandono de los establecimientos.


Este año ha estado marcado por una agenda represiva de parte del gobierno. Su centro es criminalizar a la juventud. Logró con votos de la DC implementar Aula Segura que faculta a los directores a expulsar estudiantes movilizados sin reunir pruebas. En el parlamento buscan continuar esta senda con el “control preventivo” a menores que faculta a las policías a realizar detenciones por sospecha. Y por otro lado el “toque de queda” a jóvenes y niños viene a coronar esta espiral represiva que tiene como foco el fortalecimiento de la represión, imitando formas aplicadas en la dictadura militar. Desde el 2006 el principal opositor al gobierno lo ha sido el movimiento estudiantil. Por lo mismo quieren controlar a la juventud para que esta no vuelva a alzarse por sus demandas.

La Lógica enseña que La causa de la causa es causa de lo causado y no debe olvidarse cuando nos referimos a la cosa pública. Ataquemos de raíz nuestros males, no solo sus efectos. Si el gobierno persigue al crimen organizado y éste cada día es más violento; si los despidos de miles de policías y las persecuciones de ex gobernadores, alcaldes, jueces, magistrados, líderes, empresarios y demás parecen un cuento de nunca acabar, es una ocurrencia de Perogrullo reducir todo a la corrupción y a la impunidad. Estos males endémicos —que no se pueden dar el uno sin el otro—constituyen la primera explicación de lo que sucede, pero no nos engañemos: la causa de lo causado es la pérdida de valores sociales, éticos y políticos, sin los cuales se corrompe el ciudadano y se pudren las instituciones. De los valores religiosos, que nos platiquen los ministros de los cultos. 

Nadie puede negar que el crimen organizado —a pesar de muertos, encarcelados y extraditados— sigue haciendo de las suyas, entre ellos (los grupos delincuenciales) y contra la sociedad; sabemos que a los sacerdotes pederastas sus superiores los remueven o los mandan a meditar; los negocios de empresarios privados con funcionarios públicos no son esporádicos; los maestros disidentes cobran por dar cursos de barbarie; es permanente el paisaje televisivo de chusmas que agreden a policías y a ciudadanos en festín de montoneros; las fosas clandestinas reducen clientela a los panteones municipales. Esta realidad obliga a: 

UNO.- Emprender una gran cruzada educativa y cultural encabezada por el gobierno, con el apoyo de la sociedad y con la invaluable participación de los medios de comunicación, para evitar que niños y jóvenes vivan la violencia desde sus hogares y lograr que se forjen en el amor, en el honor, en el deber, en el verdadero valor, en el estudio, en el trabajo, en las virtudes cívicas y en sus responsabilidades sociales. De no llevar a cabo esta urgente y noble tarea de EDUCAR SIN REPRESIÓN seguiremos padeciendo generaciones perdidas, inútiles y violentas, para las que no alcanzarán cárceles ni tumbas clandestinas. 

DOS.- La clase dirigente y especialmente el sistema EDUCATIVO debe asumir sin dilación su compromiso de apoyar al gobierno frente a docenas de millones de seres humanos que no buscan caridad y que merecen oportunidades con una mejor educación. 

TRES.- El gobierno debe entender, de una vez por todas, que sus acciones educativas y de promoción deben ir acompañadas de su responsabilidad no represiva. Así, con todas sus letras. Para los disidentes: respeto, tolerancia y atención; para los violentos: Castigo justo bajo el amparo de la ley. No me refiero a un gobierno autoritario, déspota, asesino, violador de derechos humanos; hablo de un gobierno que ejerza responsablemente el monopolio de la fuerza contra los violentos —sean ricos o pobres, fuertes o débiles—, pues al no hacerlo termina siendo él causa de lo causado; resulta culpable de la depredación social y los crímenes también son suyos. Juntos, sociedad, gobierno, medios de comunicación y todo el sistema educativo podemos evitar que lo peor esté por venir. 

Así que olvidémonos de una educación represiva, autoritaria y anacronica que solo puede formar ciudadanos reprimidos que solo saben agachar la cabeza y que cuando estallan decimos que son unos salvajes, violentos, sin principios y sin valores. Pero, no se le puede pedir peras al olmo, nadie da de lo que no tiene. 

https://www.milenio.com/opinion/diego-fernandez-de-cevallos/sin-rodeos/educacion-promocion-y-represion

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