sábado, 2 de abril de 2016

Curso de La Autoestima - Psicología

LECCIÓN     No  8

Formación de la Autoestima

Elementos ligados a la Autoestima



Elementos ligados a la Autoestima.
Según lo sugerido por el autor Mauro Rodríguez, los componentes de la autoestima son diversos, por ello los sintetizó en tres esenciales, que son:
·         El auto concepto.
·         El auto-respeto.
·         El autoconocimiento.

Conocer cada uno de los componentes de la autoestima nos permitirá, sin duda, entender mejor su desarrollo y reconocer la importancia de ella en nuestra vida cotidiana.
 
Puesto que la autoestima afecta a todo el comportamiento humano y recibe influencias determinantes desde la infancia hasta el último momento de la vida, es indispensable identificar sus componentes, para así, elaborar estrategia que nos lleven a fortalecerla y mantenerla en estado elevado.
 
Con ésta se busca abordar el núcleo de la autoestima y su influencia trascendente en el desarrollo personal; a partir de la identificación de sus componentes, con el fin primordial de que se avance en la comprensión de ese que hasta hoy nos resultará tan desconocido: uno mismo. 
Autoconcepto

El auto-concepto es la opinión o impresión que la gente tiene de sí misma, es su "identidad hipotetizada", la cual se desarrolla a lo largo de muchos años. El auto-concepto, es el conjunto de percepciones cognoscitivas y actitudes que la gente tiene acerca de sí misma. 

El auto-concepto es multidimensional, y cada una de sus dimensiones explica roles diferentes. Una persona puede calificarse como marido o esposa, como profesional, como, líder comunitario, como pariente y amigo, y así sucesivamente; esos aspectos diferentes del yo, describen la personalidad total. 

Los individuos pueden tener auto-conceptos diferentes, que cambian de vez en cuando, que pueden ser o no retratos precisos de ellos mismos. Los auto-conceptos se elaboran constantemente, dependiendo de las circunstancias y de las relaciones confrontadas por el individuo. 

Los hallazgos empíricos han revelado que la diferenciación del yo, aumenta con la edad.
Las contradicciones y el conflicto interno, son menores al inicio de la adolescencia, alcanzan un punto máximo a la mitad de la etapa adolescente y al final empieza a declinar.
Durante la adolescencia media, los jóvenes desarrollan la capacidad de comparar, pero no de resolver, atributos contradictorios del yo. 

Al final de la adolescencia aparece la capacidad de coordinar, resolver y normalizar los atributos contradictorios, y se reduce la experiencia del conflicto sobre el tipo de gente que la persona realmente quiere ser.
Hace varios años (1950) se afirmó que la personalidad tiene cierta estabilidad, pero que nunca permanece exactamente igual, siempre está en transición, pasando por revisiones.
Allport utilizó el término " propium", que se define como "Todos los aspectos de la personalidad, que componen la unidad interna"; para referirse a la identidad personal, al yo, que se desarrolla con el transcurso del tiempo. 
Ruth Strang (1957) identificó cuatro dimensiones básicas del yo: 

Primero.- 
Un autoconcepto general, que consiste en la percepción global que el/la adolescente tiene de sus capacidades y su status, así como de los roles del mundo externo. 

Segundo.- 
Autoconceptos temporales o cambiantes, influidos por las experiencias actuales; por ejemplo, el comentario crítico de un maestro puede producir un sentimiento temporal de minusvalía. 

Tercero.- 
Los/as adolescentes tienen un yo social, su yo, en las relaciones con los demás, y el yo al que otros reaccionan. Como decía un adolescente: "me gusta la forma en que la gente me responde, hace que me sienta bien conmigo mismo".
Algunos/as adolescentes piensa en si mismos/as sólo de manera negativa, porque creen que no agradan a los demás. Una influencia importante sobre el autoconcepto, es la forma en que se sienten los/as adolescentes en los grupos sociales. 

Cuarto.- a los/as adolescentes les gustaría ser 
el yo ideal que han conceptualizado. Esas imágenes proyectadas pueden ser realistas o no; imaginar ser lo que nunca serán, puede conducirlos a la frustración y al desencanto.
En otras ocasiones los/as adolescentes proyectan una imagen idealizada y luego se esfuerzan por convertirse en esa persona.
Quienes disfrutan de una mejor salud emocional, suelen ser aquellos cuyo yo real, se aproxima al yo ideal proyectado, y quienes pueden aceptarse como son.

El autoconcepto esta formado por varios niveles:
Nivel cognitivo - intelectual: constituye las ideas, opiniones, creencias, percepciones y el procesamiento de la información exterior. Basamos nuestro autoconcepto en experiencias pasadas, creencias y convencimiento sobre nuestra persona.
Nivel emocional afectivo: es un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales. Implica un sentimiento de lo agradable o desagradable que vemos en nosotros.
Nivel conductual: es la decisión de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento consecuente.

Los factores que determinan el autoconcepto son los siguientes:
La actitud o motivación: es la tendencia a reaccionar frente a una situación tras evaluarla positiva o negativa. Es la causa que impulsa a actuar, por tanto, será importante plantearse el porqué de nuestras acciones, para no dejarnos llevar simplemente por la inercia o la ansiedad.
El esquema corporal: supone la idea que tenemos de nuestro cuerpo a partir de las diferentes sensaciones y estímulos que recibimos. Esta imagen está muy relacionada e influenciada por las relaciones sociales, las modas, complejos o sentimientos hacia nosotros mismos.
Las aptitudes: son las capacidades que posee una persona para realizar algo adecuadamente (inteligencia, razonamiento, habilidades, etc.).
Valoración externa: es la consideración o apreciación que hacen las demás personas sobre nosotros. Son los refuerzos sociales, halagos, contacto físico, expresiones gestuales, reconocimiento social, etc.

 

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