Julio 26: un grito por la vida de nuestros líderes sociales
“Ya es hora de que el gobierno nacional se comprometa con acciones que conduzcan a la protección y respeto”
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Este 26 de julio del 2019 diversas sectores sociales y políticos estamos convocando masivamente a la marcha por la vida en todo el territorio nacional y en diversos países. Nos une la idea de demostrar que el rol de los líderes y lideresas sociales y defensores de derechos humanos es fundamental y necesario para la construcción de un país democrático, diverso, equitativo y en el cual se reconoce la importancia de construir paz y convivencia.
Esta marcha por la vida visibilizará la creciente indignación y conmoción de múltiples organizaciones, colectividades y personas por las amenazas y asesinatos dirigidos a los líderes y lideresas que defienden los derechos humanos, que salvaguardan los derechos a la tierra y el territorio, que denuncian escenarios de corrupción y de reclutamiento forzado, y que en ocasiones se oponen a las políticas locales y nacionales en la defensa de sus territorios y de sus comunidades. Se alzará la voz de la sociedad para decir basta ya, para poner la cara por estos líderes y lideresas y para demostrar que no están solos, que la vida humana se respeta.
La Fundación Foro Nacional por Colombia, Capítulo Región Central, marchará para reivindicar las luchas de los cientos de liderazgos que han sido acallados en esa búsqueda por consolidar un país democrático, en el cual el ejercicio ciudadano de defensa de sus derechos y de las colectividades no constituya un riesgo y para que no se asocie, nunca más, la política a un campo de batalla.
Hoy ya somos varias organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos, culturales, movimientos y partidos políticos, instituciones gubernamentales que creen firmemente que hay otras formas, además de las estrategias militares, para proteger y salvaguardar la vida. Existe una ciudadanía dialogante con capacidad para desarrollar una política que brinde garantías de seguridad en el ejercicio legítimo del derecho a la participación. Hay un país que exige un plan de atención oportuna e integral que reconozca el rol de los liderazgos comunitarios y locales en la construcción de la paz.
No queremos seguir contando cifras, queremos que las alertas tempranas sean atendidas y que este periodo preelectoral y electoral se constituya en un escenario de paz; que se abran espacios para hacer un pacto de no violencia en las campañas políticas; anhelamos que la cultura democrática y la paz se instale en las prácticas, creencias y opiniones de los y las colombianas. En tal sentido, se requiere una política que garantice el derecho a la vida, a la integridad y a la participación.
Este escenario de encuentro plural en las calles debe tener eco en el gobierno. La marcha por la vida demuestra que es posible encontrarnos en un escenario de participación democrático y que esta práctica podría traducirse en acciones concretas para respaldar los derechos de las/los líderes. La legislatura que viene es un escenario de oportunidad para garantizar este derecho que se ha visto vulnerado. Precisamente, uno de los proyectos de ley que puede contribuir a tal fin es la ley de garantías para la participación de organizaciones y movimientos sociales y la protesta social. En 2016 se formuló este proyecto de ley a través de un proceso de consulta amplia en diversos territorios del país, con la participación de cerca de 2.500 líderes y lideresas de los 32 departamentos del país. No obstante, estos esfuerzos participativos no se logró presentar el proyecto de ley al Congreso de la República.
Creemos que ya es hora de que el gobierno nacional se comprometa con acciones que conduzcan a la protección y respeto de la vida de las/los líderes con unas normas y políticas que sean efectivas. Es necesario retomar el pacto por la vida para transformar las relaciones políticas y sociales que se han instalado en el país. Para ello, se necesita la construcción de una sociedad en la que intereses diferentes, incluso, opuestos puedan convivir en un mismo territorio sobre la base de acuerdos y reglas de juego legítimas, acogidas por todos y todas, sin que sea necesario recurrir a la violencia y a la eliminación del otro como camino para la solución de los desacuerdos. También abogamos porque se presente y apruebe el proyecto de ley de garantías para la promoción de la participación ciudadana y otras actividades en este periodo legislativo.
Mañana esperamos una gran movilización que pueda demostrar la diversidad de iniciativas de paz y las múltiples razones para garantizar que la vida y la muerte no sigan siendo un instrumento para la guerra.
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