Himno Del Colegio
CON VÍDEO
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LETRA HIMNO DE CACICAZGO
I
CACICAZGO TIERRA DE CACIQUES
EN LA DEL CUMBRE DEL CIELO YA
ESTA
POR LOS MUISCAS SENTIMOS LA TIERRA
POR BOLÍVAR SU GRAN LIBERTAD
II
SOY DE SUESCA SEMILLA SAGRADA
QUE BOCHICA REGO AL DESPERTAR
HOMBRES LIBRES DE CUNDINAMARCA
DISTINCIÓN DE UN GUERRERO AL ANDAR
CORO
CACIIIIIQUE SOYYYY….
DE SUESCA ES UN HONORRRRR
DONDEEEE EL AMORRRR, AL HOMBRE VA
A CAMBIARRRR
SIN MÁSSSS NI MASSSS, NUESTRO HIMNO SERAAAA
CACIQUES, CACIQUES, POR SIEMPRE
TRIUNFARAN (BIS COMIENZA BAJITO)
III
POR CAMINOS DISTANTES YO LLEGO
AL COLEGIO MI SEGUNDO HOGAR
DONDE APRENDO LA CIENCIA EL RESPETO
MIS MAESTROS MI ANTORCHA SERAN
IV
NO ME IMPORTA LA SANGRE EL
CANSANCIO
POR LA GLORIA QUE DEBO VIVIR
PUES LA GLORIA LA PREMIAN LOS
DIOSES,
POR
GANAR, POR VENCER O MORIR
CORO UNA VEZ, TERMINA EN SECO EN LA ULTIMA
LINEA.
LETRA:
JAIME JULIAN ANGULO PARDES
RECTOR
Se
construye el himno como
20 de Julio de 2012.
VALOR Y TRASFONDO DEL HIMNO
CACIQUISTA.
“PARA
RECORDAR SIEMPRE”.
Se construye
EL HIMNO CACIQUISTA como un símbolo institucional, con el trasfondo y la
intencionalidad expresa de despertar en cada uno de los miembros de la
comunidad educativa, de la gente de la vereda
y especialmente en los
estudiantes, la pasión por la tierra en que viven, el sentirse orgullosos
de sus ancestros, de su raza, de la tierra que los vio nacer, “Cacicazgo tierra de caciques” de su
municipio, de su nación y de los padres de la libertad; a despertar ellos el
espíritu de pertenencia por lo nuestro, por nuestra historia nacional y
regional, por las costumbres, por los mitos y las leyendas que existen de
tribus, de tesoros, de batallas y de valientes caciques vivieron en ésta
región.
Nuestro himno es una invitación a sacar la
casta de un guerrero ancestral que esta vivo y lucha por salir dentro de cada
estudiante, de un guerrero que vive, que suda, que vibra, que sangra, que da lo
mejor de si por triunfar y ganar en cualquier evento de la vida.
Es un cantico y una alabanza a lo sacro y al
Dios divino, “Cacicazgo tierra de caciques, en la cumbre del cielo ya esta” expresa en forma categóricas donde
esta nuestra casa, donde esta nuestra institución. Puede verse que no esta en
cualquier lugar, que esta en la cumbre, en un lugar divino y majestuoso cerca
de Dios.
Nuestro himno es una invitación explicita a
lograr un cambio en cada persona, en cada estudiante, es una lucha constante
por la búsqueda de la perfección de la persona, del lograr llegar a ser mejores
seres humanos, mejores estudiantes y mejores ciudadanos; en definitiva hombres respetuosos de sus familias, de la
vida, de la ley y la constitución, de las instituciones democráticas y de
las autoridades. Hombres totalmente
diferentes “distinción de un guerrero al
andar”, distinguidos en todos los aspectos de la vida.
Nuestro himno es un clamor a la
convivencia, al respecto por la
diversidad, una lucha por la búsqueda de
la paz y la sana convivencia, una denuncia para desarraigar el maltrato y la
violación de los derechos humanos.
Es una invitación al estudio, a ir a las aulas,
a llenarse de conocimiento y de sabiduría, a ver su colegio como un lugar de
paz, de armonía; donde puedan aprender y socializar tranquilamente, una
invitación a ver a su colegio como un lugar donde puedan ver al compañero como
un hermano, un lugar donde puedan desahogar sus corazones de la pena, la rabia
y el resentimiento que llevan por dentro.
Es un grito de guerra, un canto de lucha, de
combate “personal”, donde se invita al estudiante al control y dominio de sus
emociones, al respecto de su institución y de sus maestros, un cantico donde se invita a ver en
la enseñanza de sus maestros y de su institución, la oportunidad para formarse y logar un futuro mejor. Un cantico de guerra que
invita a un esfuerzo titánico, a una lucha mortal si es necesario por lograr
los objetivos, por tocar la gloria, por obtener el triunfo y levantar en sus
manos la tan anhelada copa de oro.
Es una
invitación a crear disciplina en
la vida, a tener disciplina, a ser disciplinado, a persistir en los ideales y a
lograr lo que se propongan, a sentir que desde los tiempos ancestrales
tienen sangre de caciques y espíritu
guerrero, que son, luchadores natos, productos de una selección natural que los
llevara sin duda al éxito, "No me
importa la sangre el cansancio, por la gloria que debo vivir, pues la gloria la
premian los dioses, por ganar, por vencer por morir”. Por morir en la lucha
de los ideales que tienen, que digo de los buenos ideales.
Recuerden, tienen sangre de caciques y espíritu
guerrero y triunfador, y los caciques no
eran los más mediocres de la tribu. Así que los invita a ser parte viva y a
sentirse profundamente orgullosos de su institución. Orgullosamente
Caciquistas.
Aquí esta el verdadero espíritu de nuestro
himno. Promúlguenlo, Compártanlo y apliquémoslo.
Estoy seguro que con paciencia y persistencia
lograremos mucho de lo pretendido. Una I.E.R.D. CACICAZGO totalmente diferente.
Jaime Julián Angulo Paredes
Rector.
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ESCUDO INSTITUCIÓN EDUCATIVA RURAL
DEPARTAMENTAL
CACICAZGO
Escudo
EL ESCUDO de la I.E.R.D. CACICAZGO fue rediseñado como un símbolo institucional
con elementos y rasgos típicos de la región, en el se pueden ver la vía del
ferrocarril, el rio Bogotá y las
hermosas rocas de Suescas, una cinta con la bandera de Colombia en la que se
ven inscritas las palabras: “CIENCIA, VIRTUD Y TOLERANCIA” que son la esencia y
el eslogan de nuestra institución.
Cada
estudiante CACIQUSTA debe propender por alcanzar y fomentar la ciencia y la
tecnología, de cuya aplicación estamos seguros dependerá el futuro de
la humanidad.
Cada estudiante, cada docente y cada integrante de nuestra comunidad debe estar
dispuesto a aplicar y a fomentar las
virtudes humanas y la Educación moral.
Perseverancia. Orden. Responsabilidad. Sencillez. Sociabilidad. Patriotismo.
Obediencia. Humildad. Honradez, honestidad, responsabilidad…
LA PRUDENCIA: La
prudencia dispone la razón a discernir, en cada circunstancia, nuestro
verdadero bien y a elegir los medios adecuados para realizarlo. Es guía de las
demás virtudes, indicándoles su regla y medida.
LA JUSTICIA: La
justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que
les es debido. La justicia para con Dios se llama «virtud de la religión
LA FORTALEZA: La
fortaleza asegura la firmeza en las dificultades y la constancia en la búsqueda
del bien, llegando incluso a la capacidad de aceptar el eventual sacrificio de
la propia vida por una causa justa. (Catecismo de la Iglesia Católica
#1808-1838)
más sobre la fortaleza
más sobre la fortaleza
LA TEMPLANZA: La
templanza modera la atracción de los placeres, asegura el dominio de la
voluntad sobre los instintos y procura el equilibrio en el uso de los bienes
creados.
LA ESPERANZA: La
esperanza es la virtud teologal por la que deseamos y esperamos de Dios la vida
eterna como nuestra felicidad, confiando en las promesas de Cristo, y
apoyándonos en la ayuda de la gracia del Espíritu Santo para merecerla y
perseverar hasta el fin de nuestra vida terrena.
UN BUEN CACIQUISTA DEBE PRACTICAR TODAS LAS
VIRTUDES: Alegría, Amabilidad, Apacibilidad, Autodisciplina, Compasión, Confianza,
Consideración, Delicadeza, Entusiasmo, Fidelidad, Firmeza, Flexibilidad, Generosidad, Gratitud, Honradez,
Humildad, Justicia, Lealtad, Misericordia, Obediencia, Orden, Paciencia, Perdón,
Pudor, Respeto, Responsabilidad, Reverencia, Servicio, Sinceridad, Tolerancia, Solicitud,
Unidad, Valor.
Alegría
Qué es? La alegría es estar lleno de contento, paz, amor y una sensación de bienestar. La alegría está
dentro de todos nosotros. Procede de la
sensación de ser amado y del aprecio por el don de la vida. Llega a nosotros cuando hacemos lo que sabemos que es justo.
La alegría se parece a la diversión; pero no es exactamente lo mismo.
La alegría está siempre ahí, independientemente
de lo que suceda fuera. Esta alegría interior puede transmitirse a
cualquier cosa que hagamos. Se disfruta
haciendo las labores de la casa, o los
deberes, incluso realizando un trabajo
aburrido, ingrato o
desagradable. Si uno
mira en su
interior y encuentra
alegría, ese trabajo
puede convertirse en una experiencia gozosa.
La alegría es la sensación interior que nos
hace capaces de remontar los momentos difíciles, aunque nos sintamos tristes.
Amabilidad
La amabilidad es preocuparse por el bienestar
de los demás. La amabilidad es demostrar que uno se preocupa por cualquier
persona o cosa que se cruce en su camino, sabiendo que todo forma parte de la
creación de Dios.
Puedes ser amable con las personas, los
animales y el medio ambiente. La amabilidad se evidencia en pequeños
gestos que alegran
la vida de
las personas, en las ocasiones
en que te
interesas por sus
ocupaciones, sus familiares, su
salud. Amabilidad es demostrarle amor y comprensión al que está triste o
necesita tu ayuda, aunque no esté a tu alcance resolver sus problemas.
Sin amabilidad, la gente sólo miraría por sí
misma y todos se sentirían muy solos. Cuando alguien, en un gesto de
amabilidad, tiende la mano hacia el prójimo, ese acto beneficia a los dos: el
que lo recibe, porque siente que representa algo para el otro, y el que lo da,
porque aumenta la bondad de su corazón.
Apacibilidad
La
apacibilidad es un
estado interior de
tranquilidad que puede venir en
momentos de gratitud silenciosa o de
oración. Es una
manera de llegar
a estar muy
tranquilo y observar
las cosas de
modo que sea
posible comprenderlas. Es hacerle frente a tus miedos y luego dejar que
se marchen. Es confiar en que las cosas irán bien.
Es una manera de abordar los conflictos
confiando en el poder del amor, de manera que nadie se eche toda la culpa. La
paz llega cuando abandonas la violencia y el prejuicio y te esfuerzas por
llegar a una solución pacífica.
La apacibilidad proviene de la conciencia de
que todos los seres humanos forman parte de una misma familia. La paz en el
mundo comienza con la paz en nuestro corazón y en nuestras relaciones con los
demás.
Afirmación
Serenidad. -¿Por qué has de enfadarte si
enfadándote ofendes a Dios, molestas al prójimo, pasas tú mismo un
mal rato..., y te has de desenfadar al fin?
Cómo se practica
Para sentirte en paz contigo mismo, quédate muy
tranquilo, para que puedas reflexionar, meditar u orar. Entrega tus
preocupaciones a Dios y pídele que se ocupe de ellas. Si haces esto todos los
días, te volverás más apacible.
La paz del mundo no es únicamente algo que
pueden conseguir los gobiernos, mientras los demás esperamos. Las personas
crean la paz en sus hogares, en la escuela y en el lugar de trabajo.
Si están violando tus derechos, si alguien te
hiere o te irrita, perdónales enseguida. Detenles con medios razonables y no
violentos. Defiende a los demás. Aprecia las diferencias, en lugar de
convertirlas en prejuicios.
Autodisciplina
La disciplina
significa control. La
autodisciplina es autocontrol. Significa que te pones a hacer lo que realmente
quieres hacer; pero no que seas una hoja al viento de tus pensamientos y
sentimientos. La autodisciplina significa tomar la decisión de hacer lo que uno
considera correcto. Es poner orden y eficacia en tu vida. Con autodisciplina puedes
ser moderado. No
te extralimitas haciendo
las cosas, ni
te vuelves demasiado perezoso: simplemente
consigues hacer las
cosas. Los sentimientos
vienen y van.
Es posible que
no puedas controlarlos, pero sí
controlar lo que haces con ellos.
Cuando tienes autodisciplina, pones orden en tu
vida. No dejas las cosas para después, sino que cumples lo que te propones.
Gracias a la autodisciplina tienes “señorío” sobre tu propia vida.
Cómo se practica: La autodisciplina se practica
controlando el tiempo y los sentimientos. Para controlar el tiempo hay que
organizarlo en forma de
rutinas diarias. La
rutina no es
algo aburrido, sino
una optimización de los recursos
físicos y espirituales que
tienes. Dedicas un tiempo fijo para la oración. Decides de antemano como vas a
reaccionar ante las situaciones de enfado. Te examinas en qué tipo de
circunstancias pierdes los estribos.
Observas qué tipo de tareas son las que
habitualmente dejas para más tarde y a última hora todo son prisas y angustias.
Empleas la razón tranquila para enfrentarte a
tus emociones, y por eso la vida se vuelve más tranquila. Decides seguir las
reglas de tu familia, de la escuela o del trabajo, y así comienzas a disfrutar
de la convivencia.
Compasión
La
compasión es comprender
y preocuparse por
la persona que
atraviesa apuros o
ha cometido un
error. Es mostrarse amigable e indulgente porque la otra persona le
importa a uno de verdad. Es apenarse cuando alguien ha sido ofendido y necesita
que le comprendan. Es perdonar a quien te ha causado daño, porque comprendes
sus motivos y porque
te preocupas más
por esa persona
que por tu
propio mal. Es
condolerse con el
que sufre, incluso si no le
conoces. Es atender al prójimo de corazón y desear ayudarle, aunque lo más que
una pueda hacer sea decir una palabra amable.
Ser compasivo es como decirle a esa persona que
no está sola. Sin compasión el mundo sería un lugar escabroso y solitario.
Cuando hay compasión los tiempos difíciles son más llevaderos.
Cómo se practica
La compasión comienza cuando prestas atención a
los demás y a ti mismo. Fíjate cuando alguien parece triste o tiene un problema
en su vida. Acércate a esa persona y demuéstrale que la comprendes y que te
preocupas por ella. Siéntate a su lado, si ves que los otros rehúyen su
cercanía. Escúchala si quiere hablar, aunque su conversación resulte cargante o
inoportuna.
Comparte con ella tu experiencia, si has pasado
por una parecida. Demuéstrale que la disculpas, si te ha causado daño sin
querer (o queriendo). Haz lo que esté a tu alcance por ayudarla: podría ser
simplemente rezar por ella.
Confianza:
La confianza es tener fe, en Dios y en los
demás: fiarse de ellos. Es tener la seguridad de que el bien triunfará, igual
que uno confía en que el sol saldrá por la mañana sin que haya que mover un
solo dedo.
Confiar en los demás es creer que las personas
van a cumplir su palabra sin tener que obligarles. Confiar en uno mismo es
tener fe en
tu propia capacidad
de aprender, corregirse
y crecer. En ocasiones, cuando la
vida nos depara experiencias dolorosas, es difícil confiar. Tener
confianza no significa esperar que la vida resulte sencilla en todo momento,
sino saber que dispones de resortes internos para superar las dificultades.
Cuando tienes confianza sabes que Dios siempre
te acompaña, que nunca estás solo, te sientes más libre para concentrarte en
tus quehaceres. La persona confiada consigue muchos amigos de confianza.
Cómo se practica
La confianza viene cuando estás dispuesto a
creer en Dios, en ti mismo y en los demás. Al confiar firmemente en que las
cosas van a ir bien, ayudas a que las cosas salgan bien. Cuando confías, el
miedo desaparece, y no estás tenso. Si ocurre algo triste o perjudicial, piensa
que hay alguna buena razón que explicará lo que está sucediendo.
La gente que continuamente rompe sus
compromisos no es digna de confianza; pero los que fallan alguna vez, merecen
más oportunidades, como quisieras merecerlas tú cuando has fallado a los otros.
Más vale que te engañen alguna vez a que te vuelvas un desconfiado para
siempre.
Consideración
Tener
consideración es respetar
los sentimientos de
los demás y
valorar su carácter
y sus circunstancias personales. Es pensar cómo les
van a afectar a ellos nuestros actos y preocuparse de cómo se van a sentir. Tener consideración
es ser amable,
prestar atención a
lo que les
gusta. Es dar
tanta importancia a sus preferencias
como a las
tuyas, y luego
hacer lo que
les traiga felicidad.
Cuando tus gustos
difieren, la consideración
entraña que no intentas convencer a los
demás de que están equivocados y de que
tú tienes la razón.
Cuando somos considerados, los demás saben que
son importantes porque los tenemos en cuenta antes de actuar y porque ponemos
empeño en que las cosas salgan bien. Cuando practicas la consideración los
demás también empiezan a practicarla. ¡Es contagiosa!
Afirmación
¿Por qué, entre diez maneras de decir que “no”,
has de escoger siempre la más antipática? —La virtud no desea herir.
Cómo se practica
La consideración empieza cuando nos fijamos en
cómo afectan nuestros actos a los demás. Uno llega a conocer lo que les gusta y
lo que no les gusta y luego tiene en cuenta esos sentimientos.
Cuando
se es considerado,
se actúa como
si los demás
fueran tan importantes
como uno mismo.
La consideración es preguntarse “¿Voy a herir o a molestar a alguien?”.
Si la respuesta es “sí”, entonces piensa en alguna manera creativa de hacer lo
que uno desea hacer sin molestar a los otros.
Anda sin hacer ruido cuando alguien está
estudiado. Cuando la otra persona está ocupada, espera, si quieres hacerle una
pregunta. Arregla las cosas para poder comer en familia. Cuando quieras hacer
un regalo, piensa bien en lo que le agradaría a esa persona, más que en tu
gusto particular.
Delicadeza
Mejor se oyen las palabras sosegadas de los
sabios que los gritos del soberano de los necios. Más vale sabiduría que armas
de combate
La
delicadeza es actuar
y hablar de
manera considerada y
amable con los
demás. Es hacer
uso de nuestro autocontrol para
no herir ni ofender a nadie. Ser delicado significa ser muy cuidadoso. Se ve
que eres delicado con las personas en la manera
como les hablas. Ser delicado con
las cosas o con los animales significa tener cuidado de
su duración o bienestar.
Delicadeza es cortesía. Es importante ser
cortés con los que convives a diario y no sólo con las personas que ves por
primera vez, para que no se cumpla ese dicho de “Donde hay confianza, da asco”.
Decir: “por favor”, “gracias”, “perdona”,
“no hay de
qué” no son
meramente palabras. Son
expresiones que dan
a conocer a
las personas delicadas.
Las personas que son bruscas, irónicas o
contundentes asustan, confunden y perjudican a las otras personas.
Afirmación
Cuando se ama de veras..., siempre se
encuentran detalles para amar todavía más.
Cómo se practica
La delicadeza
se practica en primer lugar “mirando para dentro” y tomando la decisión
de no herir ni ofender a nadie. A continuación,
aprendes a controlarte
a ti mismo,
tu cuerpo, tu
mente y el
tono de tu
voz. Es decir, procuras ser
cuidadoso. Reparas en lo que hacen tu cuerpo, tus manos y tus piernas
y haces un esfuerzo por moverte con cuidado.
Cuanto estés enojado o te sientas herido, en
lugar de dar gritos, emplea tu palabra razonada para hablar abierta y
tranquilamente. Controlarte a ti mismo hace que no perjudiques a la persona que
te ha puesto furioso.
Concentra
todos tus pensamientos
en el amor
y en la
amabilidad: los demás
verán claramente la
delicadeza reflejada en tus ojos.
Entusiasmo
Yo amé la sabiduría desde mi juventud, me
esforcé por hacerla mi esposa y llegué a ser un apasionado de su belleza.
El entusiasmo es ser alegre y animado. Es hacer
algo con entrega, celo y gran deseo. Es dedicar el cien por cien de la
capacidad a tus trabajos,
sin reparos. Ser
entusiasta es emocionarse
con algo, deseando
que se haga realidad.
“Entusiasmo” quiere decir “Dios-dentro”.
Consiste en estar pletórico de un espíritu benéfico. No es algo que haces, sino
el cómo lo logras. Cabe entusiasmarse en
cosas tan simples como ir a la escuela, sacar la basura o ir de excursión.
Hay entusiasmo cuando pones alegría en todo lo
que haces y le dedicas lo mejor de ti mismo. El entusiasmo convierte hasta el
trabajo más aburrido en algo que resulta divertido.
Cómo se practica
El entusiasmo es una actitud. Su fuente está
dentro de ti. Eres entusiasta si de apasionas con tus proyectos. Para
entusiasmarte piensa en lo agradable que va a ser algo o de qué manera
conseguirás que te resulte divertido. Por otro lado, tampoco es posible
emocionarse con todo; por eso, a veces tendrás que recurrir a la imaginación
hasta encontrar el lado atractivo de cada tarea: Para ser entusiasta hay que
ser optimista.
Imagínate
los resultados de
tu obra antes
de verla acabada.
Eso se ayudará
a ilusionarte con
el trabajo. El entusiasmo
comprende también los
placeres sencillos de
la vida, no
sólo las emociones
fuertes, que habitualmente no
llegan y, cuando llegan, cansan antes que las sencillas.
Fidelidad
Si eres fiel hasta la muerte, te daré la corona
de la vida. Apocalipsis, 2,10
La fidelidad es hacer honor a algo o a alguien.
Es mantenerse firme en lo que uno cree que es importante, pase lo que pase. La
fidelidad es una creencia que ha superado la prueba del tiempo. Es comenzar a
andar por un camino y seguir sin tener en cuenta cuántas veces te detienes o te
distraes.
La fidelidad es como ser una roca en medio de
aguas agitadas. Entonces es cuando te mantienes firme sin que nada te importe.
La fidelidad consiste en saber qué es aquello en lo que crees y de vivir en
consecuencia. Cuando eres fiel, se
puede contar contigo
y confiar en
ti, porque mantienes tus
compromisos, al margen de lo que te
apetecería hacer.
La fidelidad es necesaria cuando tienes
creencias o principios que no puedes probar a los demás: los demás las verán
reflejadas en tu conducta.
Afirmación
No ambiciones más que un solo derecho: el de
cumplir tu deber.
Cómo se practica
Ser
fiel significa cumplir
nuestras promesas. Si
prometes que harás
algo por alguien,
lo cumples, aunque
te apetezca hacer otra cosa. Cumplir el trabajo fielmente significa que
lo haces con tanto esmero y precisión como estén a tu alcance.
La
fidelidad se practica
aprendiendo, preguntando y
encontrando respuestas acerca
de tus propias
creencias. Atiende a tu corazón cuando las cosas ponen a prueba tu fe.
La fe no es tal hasta que es sometida a prueba. Cuando eres
fiel en tus relaciones demuestras
ser una persona leal. No hablas de nadie a sus espaldas. Si te sientes herido, te
acercas a la persona que te ha ofendido y hablas de ello en privado. No
abandonas a un viejo amigo cuando llega otro, sino que amplías tu círculo de
amistades.
Firmeza
¡Mi corazón está pronto, mi corazón está
dispuesto! Salmos, 57,8
La firmeza es ser constante y formal, y ceñirse
a algo a pesar de los pesares. ¿Conoces el cuento de la liebre y la
tortuga? Aunque la
tortuga era muy
lenta en comparación
con la liebre,
ganó la carrera
por ser firme. Siguió adelante hasta el final.
La firmeza es ser fiel y decidido ante todo. La
firmeza es permanecer fiel a algo y a alguien a pesar de las pruebas u
obstáculos de toda clase que puedan surgir en el camino. Si eres firme,
atenderás a tu compromiso el tiempo que haga falta.
Cuando
hay firmeza también caben las
vacilaciones; pero en el fondo del
corazón el compromiso sigue. A los demás les
llena de tranquilidad
ver el ánimo
y seriedad con
que nos comprometemos. En
cambio, con una persona veleidosa es difícil confiar que
seguirá colaborando.
Afirmación
¿Que has fracasado? —Tú —estás bien convencido—
no puedes fracasar.
No has fracasado: has adquirido experiencia.
—¡Adelante!
Cómo se practica
La firmeza se practica comprometiéndonos desde
lo más hondo. Es preciso que decidas si la meta vale la pena. Piénsalo y luego
decide en consecuencia. Antes de empezar ya sabes que, de seguir, continuarás
hasta el final.
A continuación, fíjate un ritmo. Cuando se
actúa con firmeza hay que fijarse un ritmo constante: ni tan rápido que te
canses, ni tan lento que lo llegues a tiempo.
Si eres firme cuando tratas de aprender algo,
continúa con el estudio aunque no sepas si acabarás entendiéndolo. Si eres
firme y constante en tus relaciones, continúa viéndote con ellas aunque no sean
muy divertidas o te exijan mucha dedicación.
Flexibilidad
El corazón obstinado se carga de fatigas. Eclesiástico, 3, 27
La flexibilidad es estar abierto a la necesidad
de cambiar. Son muchas las cosas inesperadas que nos suceden.
No podemos controlar los acontecimientos.
Cuando ocurre algo que nos perturba, quizá eso sea un aviso de que debemos
obrar diferentemente. Ser flexibles significa que, en lugar de quedar afectados
por las dificultades, las afrontamos como un desafío, dispuestos a efectuar los
cambios necesarios.
La flexibilidad significa que no siempre
tenemos que salirnos con la nuestra. Estamos abiertos a las opiniones y
sentimientos de los demás. Justo porque eres flexible estás dispuesto a cambiar
de idea.
La flexibilidad
significa reemplazar los malos hábitos por otros nuevos. Hacer cambios no
significa que pierdas algo de ti, sino simplemente que te estás volviendo mejor
persona.
Rectificar. —Cada día un poco. —Este es tu
labor constante si de veras quieres hacerte santo
Cómo se practica
La flexibilidad comienza por reconocer que
debes cambiar algo de ti. Quizá sea la manera de disponer tus asuntos o la
necesidad de adquirir una virtud. Si hay algo en tu manera de actuar que no
funciona, probablemente sea signo
de que necesitas
cambiar. Si algo sigue
yendo mal en una
parte de tu
vida, a lo mejor
se trata de una prueba que debes aceptar y superar. Puede que te esté
enseñando lo que te espera en tu progreso espiritual.
Una
vez que veas
la necesidad de cambiar, hazlo con
constancia, día a día. Deshazte de los
viejos hábitos y aprende otros
nuevos. Pídele a Dios que te ayude a cambiar. Cuando practicas la flexibilidad,
te olvidas de lo que no puedes cambiar. No te empeñas en salirte con la tuya
todo el tiempo. No intentas controlar a los demás ni su manera de actuar. Sabes
que solamente puedes controlarte a ti mismo y disfrutas con las sorpresas.
Generosidad
Esta pobre viuda, en cambio, ha dado de lo que necesita todo lo que tenía
para vivir. Evangelio de San Lucas, 21,4
La generosidad es compartir. Es dar libremente,
sin pensar en regalos, recompensas ni atenciones a cambio. Dar libremente
comporta dar sin preocuparte por lo que la otra persona haga con tu regalo. La generosidad
es una cualidad
del alma. Es ser
consciente de que
hay abundancia para
todos. Es buscar la oportunidad de compartir con los demás lo que tienes
para darlo todo simplemente por el agrado de dar. Es una de las mejores maneras
de demostrar amor.
Sin generosidad el mundo sería un triste lugar.
Las personas que necesitan ayuda se sentirían como mendigos sin honra ni
dignidad. En un mundo sin generosidad todos los regalos se harían con
condiciones: el donante siempre podría manipular las situaciones en provecho
propio. Dar sin esperar nada a cambio es una muestra preciosa de espiritualidad.
Afirmación
¿Hay locura más grande que echar a voleo el
trigo dorado en la tierra para que se pudra? —Sin esa generosa locura no habría
cosecha.
Cómo se practica
La
generosidad comienza cuando
nos damos cuenta
de que hay una persona o un grupo
que merece nuestra ayuda. Podría ser nuestra propia familia. Luego, piensa en
alguna manera de ayudar, o en algo que puedas dar.
Para compartir, busca cosas que aprecies; no
sólo posesiones o dinero, también tu tiempo y conocimientos. Busca la manera de
dar lo que puedas, una manera de dar que haga que esa persona o grupo se sienta
merecedor de lo que tú les das.
No busques recibir nada a cambio. No mires la
manera en que se utiliza tu regalo; simplemente, dalo libremente y deja que se
vaya ¡Te sentirás bien porque habrás dado con generosidad!
Gratitud
¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha
hecho?
Alzaré la copa de la salvación / bendiciendo su
nombre. Salmo 115, 12.
La gratitud es estar agradecido por lo que
tienes. Es una actitud de agradecimiento por ser capaces de aprender, amar y
ser. La gratitud es dar las gracias por las cosas especiales que nos vienen.
También es ser agradecido por las
pequeñas cosas que
todos los días
suceden a nuestro
alrededor y dentro
de nosotros. Es
estar abierto y dispuesto a recibir cada don de Dios.
Ser agradecido es tener una sensación de
maravilla acerca de la belleza del mundo y acoger como si fuese un regalo todo
lo que nos da la vida. La gratitud es un camino hacia el contento.
La gratitud es una manera de adquirir
perspectiva cuando las cosas no tienen buen aspecto y empiezas a perder la esperanza. Es
una manera de crecer
cuando suceden cosas dolorosas, observando los dones,
que siempre están ahí, aunque parezca
que están ocultos.
Afirmación
Todo lo que ahora te preocupa cabe dentro de
una sonrisa
Cómo se practica
La gratitud se practica fijándote en la belleza
que hay a tu alrededor y dentro de ti. Luego, deja que esa sensación de
gratitud se apodere de tu corazón. Ten presente tus beneficios pasados,
especialmente en los malos momentos. Busca lecciones en todas las cosas, pues
ellas son los verdaderos dones de la vida. Evita la envidia como evitarías a un
animal salvaje, porque puede destruir tu confianza. Aprende a recibir. Es
necesario que todo el mundo tenga la oportunidad de dar. Valora las cosas
pequeñas: la hermosura de las criaturas, los retos superados, los sentimientos
compartidos.
Honradez
Mejor es que no jures, antes de que jures y no
cumplas. No dejes que tu boca haga pecar a tu carne, y no digas luego ante el
mensajero que fue un error. Eclesiastés, 5,34
Ser
honrado es ser
digno de honra. Y eso quiere decir que se puede
contar contigo. Cuando eres
honrado, al hacer una promesa
o un voto,
procuras cumplir tu
palabra, por difícil
que resulte. Cuando
te ejercitas en la
honradez, los demás pueden confiar en ti, pues saben que, en la medida de lo
posible, harás lo que has dicho que harías.
Ser honrado quiere decir que si alguien te pide
que hagas algo, y te pones a hacerlo, lo vas a terminar, y vas a hacerlo lo
mejor posible, aunque se te haga muy cuesta arriba.
Las
personas que practican
la honradez son
conocidas por su
determinación, su formalidad,
su justicia y su
veracidad. En otras palabras: cumplen su compromiso. Los demás saben que pueden
confiar en ellas.
Afirmación
“Algo ha debido pasarle —decían—: siempre
entrega a tiempo su labor” Y, efectivamente, aquella noche había entregado su
alma a Dios.
Cómo se practica
Cuando practicas la honradez, antes de hacer
una promesa te detienes a pensarlo, para
cerciorarte de que es algo que realmente quieres y puedes hacer. La
honradez se practica, por ejemplo, cuando le haces una promesa a alguien.
Entonces debes decidir que vas a cumplirla, no simplemente que vas a
intentarlo. Para ello hay que empezar por cumplir lo prometido y estar atento
a cualquier traba que pudiera desbaratar
el compromiso. Quizá salgan trampas u
obstáculos al paso, como las distracciones, o acaso llegues a sentirte
demasiado cansado.
Cuando eres honrado sigues adelante, por
difícil que resulte, y eso por la sencilla razón de que para ti es muy, muy
importante ser digno de la confianza de los demás.
Humildad
Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: El
que quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos. Evangelio
de San Marcos, 9, 3315
La humildad es ser humilde. Ser humilde es
darte cuenta de que no eres más importante que nadie. Te sientes dichoso de
servir a tus
semejantes, porque entiendes
que sus necesidades son importantes.
Cuando se es humilde no cabe criticar a los demás.
Tampoco despotricas contra ti mismo. La humildad te ayuda a entender que la vida
está hecha para
aprender: para comprender
que, por mucho que
sepas, siempre hay mucho más
que aprender. Significa que no te haces ilusiones de ser perfecto. Si
cometes un error, estás dispuesto a rectificar. Si necesitas ayuda, no eres tan
orgulloso de no pedirla.
La humildad es actuar según tú leal saber y
entender, sin querer acaparar la atención. Es dar lo que debes dar, pero no por
causar buena impresión, sino sólo por el hecho de dar.
Afirmación
No eres humilde cuanto de humillas, sino cuando
te humillan y lo llevas por Cristo.
Cómo se practica
La humildad se practica no prestando demasiada
atención a lo que los demás dicen sobre uno, ya sea bueno o malo. No gastes tu
energía intentando impresionar a otras personas. Simplemente, sé tú mismo y
obra lo mejor que puedas.
La humildad te ayuda a comprender que todos
somos seres humanos, cada uno diferente, pero no por ello menos persona.
Eres
humilde cuando aprendes
de tus errores
y no te
avergüenzas de ellos. La humildad
te mantiene libre de prejuicios y hace que no juzgues a otras personas. Cuando
eres humilde y necesitas ayuda, no tienes miedo a pedirla. Todos necesitan
ayuda alguna vez.
Justicia
Yo camino por la senda de la justicia, por los
senderos de la equidad, para repartir hacienda a los que me aman, y así llenar
sus arcas.» Libro de los Proverbios,
8,10-11
Practicar la justicia es ser imparcial en todo
lo que haces. Es ver con tus propios ojos y no juzgar algo por lo que te digan
los demás. La justicia significa
que la persona
recibe lo que
merece. Todo el
mundo ha de
recibir lo que
en justicia le corresponde. Es justo que las personas
recibamos un castigo cuando obramos mal, para que así la próxima vez nos
acordemos de hacer las cosas de otra manera. También es justo que se nos
recompense cuando actuamos bien o mejoramos en algo.
Ser justo es defender tus derechos y los de los
demás. Cuando eres justo,
tratas a cada
persona como un
ser diferenciado, único.
No encasillas ni
clasificas a las personas. Simplemente, trátalas una por
una como lo que son.
Afirmación
¡Qué poco valen los juicios de los hombres! —No
juzguéis sin tamizar vuestro juicio en la oración.
Cómo se practica
Ser justo es investigar la verdad por uno
mismo, aceptando lo que digan los demás únicamente como una opinión individual
de cada uno. Investiga los hechos con tus propios ojos. Piensa por ti mismo. Cuando
eres justo actúas sin prejuicios, viendo a cada cual como la persona que es. No
tomas decisiones acerca de los demás en función de su raza, nacionalidad,
religión o sexo, o por ser ricos o pobres.
Cuando se es justo se admiten los errores
propios y se aceptan las consecuencias. Se comparte lo que se tiene con los
demás y así todos reciben la parte justa. Cuando se practica la justicia no se
chismorrea ni se critica a sus espaldas. Cuando eres justo te defiendes a ti mismo
y a los demás.
Lealtad
Muy bien, siervo bueno y fiel: has sido fiel en
lo poco, te constituiré sobre lo mucho: entra en el gozo de tu Señor. San Mateo, 25, 23
La lealtad es defender algo en lo que crees,
con una fe inquebrantable. La lealtad es ser fiel a tu familia, país, amigos o
ideales. Es permanecer al lado de una persona, país o causa tanto en las horas
malas como en las buenas. Cuando eres leal permaneces al lado de tus amigos,
aunque a veces te causen daño o decepción. Con
las personas desleales
no se puede
contar, porque cuando
las cosas se
ponen feas, acostumbran
a esfumarse.
Cuando pones en práctica la lealtad los demás
saben lo que defiendes. Los amigos y la familia saben que, suceda lo que
suceda, vas a
apoyarles. Cuando eres
leal a tus
compromisos los demás
saben que nada
puede interponerse entre ellos y tú.
Afirmación
Un hombre, un...caballero transigente, volvería
a condenar a muerte a Jesús.
Camino, n. 39317
Cómo se practica
Eres leal cuando te comprometes con una
persona, un país o un ideal. Uno tiene que tener mucho cuidado con qué se
compromete, porque si es leal,
no tendrá más
remedio que mantener
ese compromiso durante
largo tiempo, o para toda la vida, como, por ejemplo, cuando te casas.
Hay que asegurarse de que esa persona o ese
ideal son dignos de la lealtad de uno. Si alguien intenta utilizar esa lealtad
con malos fines no es lealtad, sino complicidad, y entonces, lo que hay que
hacer es romper el compromiso cuanto antes. Tu lealtad te llevará a dar
respaldo a una persona o a una causa en las duras y en las maduras: cuando está
de moda o cuando está mal visto. Si eres leal con tu familia, sabrás defenderla
ante las injusticias.
Misericordia
Bienaventurados los misericordiosos, porque
ellos alcanzarán misericordia. San Mateo, 5, 7
Mientras
que la justicia
es dar a
las personas según
sus méritos, la
misericordia es darles
más de lo
que se merecen. La
misericordia es una
cualidad del corazón.
Ser misericordioso significa
tratar a los
demás con compasión y clemencia.
Si eres misericordioso estarás dispuesto a perdonar si se te hace daño.
Ser misericordioso es estar dispuesto a empezar
de nuevo, a hacer borrón y cuenta nueva de todos los errores y heridas recibidas,
a conceder una
nueva oportunidad. Dios
es muy misericordioso con
nosotros, pues nos da
muchas bendiciones y muchas oportunidades de seguir aprendiendo de nuestros
errores.
Al ser misericordioso, siembras confianza,
alegría y ternura a tu alrededor.
Afirmación
¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la
justicia de Dios! —Porque en los juicios humanos se castiga al que confiesa su
culpa: y, en el divino, se perdona. —¡Bendito sea el santo Sacramento de la
Penitencia!
Cómo se practica
Para practicar la misericordia puede serte útil
ponerte en el lugar de los demás. Sobre todo cuando alguien hace algo que te
molesta, piensa en lo que se siente cuando tú obras mal y en cómo quisieras ser
tratado entonces. Ser amable cuando la
otra persona comete
un error, especialmente
cuando lo ha
hecho sin querer,
es una buena manera de ser misericordioso.
Cuando alguien ha cometido un grave error debes
decidir cual será la manera correcta de enfocar el asunto: si quieres que sufra
las consecuencias de su error o si debes darle otra oportunidad. A veces, lo
más misericordioso. Será que se aplique la justicia; pero a veces será mejor
actuar con más indulgencia: corregirle con toda claridad y después perdonarle.
Obediencia
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor;
porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer
mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu
vida sobre la tierra. Epístola de San Pablo a los Efesios, 6, 1-3.
La finalidad de la obediencia es guardarte y
protegerte. Por esta razón es necesario que pienses por ti mismo y que te
sientas seguro de que cuando obedeces a alguien, incluso a tu familia, es por
tu propio bien y que no va a perjudicarte ni a ti ni a los demás.
Cuando eres obediente acatas las reglas aunque
no te gusten o tengas que echar mano de una gran dosis de autodisciplina para
conseguirlo. Obedeces las normas incluso cuando nadie te está viendo. Ser
obediente es ser digno de confianza.
Cuando obedeces a las personas que cuidan de ti
y quieren protegerte, dispones de más libertad y seguridad.
Afirmación
El enemigo: —¿Obedecerás hasta en ese detalle
“ridículo”?
Tú, con la gracia de Dios: —Obedeceré, hasta en
ese detalle “heroico”.
Cómo se practica
La obediencia comienza por el conocimiento.
Aprende, pues, cuáles son las reglas de tu familia y escuela, de tu país y de
tu religión. La obediencia es
jugar limpio, según
las normas. Eso
mantiene la justicia
en las cosas. Emplea
tu fuerza de voluntad para seguir las normas, incluso
cuando te gustaría quebrantarlas o desatenderlas. Sé fiel a ellas, incluso cuando
nadie te esté viendo. Aunque no estés
de acuerdo o no
entiendas todas las
razones, procura ser
respetuoso con los
que tienen autoridad y
te dicen lo
que debes hacer.
Si tienes que
poner en duda
una norma o
una decisión, hazlo
con respeto.
Obedece a tu propia autoridad interior, ese
lugar de la verdad que hay en ti que sabe lo que está bien. Ten el valor de
defender lo que es verdadero.
Orden
Así dice el Eterno: “Pon tu casa en orden...” Libro
2º de los Reyes, 20,1.
El orden es tener las cosas en regla y vivir de
acuerdo con un sentido de la armonía. Es tener un lugar para las cosas que
utilizas, de modo que al devolverlas a su sitio están siempre a mano para
cualquier necesidad.
El orden significa ser organizado y estar listo
para ponerse en marcha inmediatamente. Significa planear algo para que
funcione, hacer algo paso a paso, siguiendo un método, en lugar de perderse con
rodeos. Ser ordenado hace más fácil conseguir cosas. Ser ordenado es mostrarte
pulcro y cuidadoso al emprender una tarea para rematarla lo más limpia y
bellamente posible.
Cuando has obrado mal, está en ti que lo
corrijas volviéndote mejor.
Si aprecias el orden de la creación de Dios,
percibirás la belleza y la armonía de todos los seres vivos.
Afirmación
Cuando tengas orden se multiplicará tu tiempo y,
por tanto, podrás dar más gloria a Dios, trabajando más en su servicio
Cómo se practica
Una de las maneras más importantes de ser
ordenado es decidir cómo y cuándo quieres colocar las cosas que usas
(como, por ejemplo,
tus ropas, libros y
herramientas), y ponerlas
donde corresponde al acabar con ellas. Tomas las cosas
y luego las vuelves a colocar en
su sitio. Las cosas que estén
relacionadas las colocas en el mismo lugar. De este modo siempre sabrás dónde
están. El orden proporciona paz y alegría.
Si deseas hacer algo de manera eficiente,
primero elabora un plan, y luego síguelo. No permitas que te distraigan. Cuando
algo resulte difícil, reparte el quehacer en “trozos” y haz un “trozo” cada
vez. En el espacio donde vives, consigue un ambiente de armonía, que te haga
sentirte bien. Mantén tu casa tan limpia y ordenada como te sea posible.
Paciencia
Con vuestra paciencia poseeréis vuestras almas.
(Evangelio de San Lucas, 21,19).
La paciencia es la esperanza tranquila y la
expectativa basada en la confianza de que, al final, todo saldrá bien.
Paciencia quiere decir esperar. La paciencia es soportar un retraso y una
situación conflictiva sin quejarse. La paciencia significa tener autodominio.
Paradójicamente, es la virtud de los fuertes.
Cuando eres paciente, sabes que las cosas
llevan su tiempo, igual que una semilla que uno planta se convertirá algún día
en una flor o un árbol frutal. La paciencia es un compromiso con el futuro. Es
actuar ahora de tal manera que más tarde ocurra algo bueno. También es soportar
lo necesario para conseguir que suceda.
La paciencia es ver el final en el comienzo,
poner todos los medios, humanos y sobrenaturales, y luego esperar
tranquilamente, con la confianza en que los resultados llegarán.
Afirmación
Serenidad. —¿Por qué has de enfadarte si
enfadándote ofendes a Dios, molestas al prójimo, pasas tú mismo un mal rato...,
y te has de desenfadar al fin?
Cómo se practica
La paciencia se practica aceptando que hay
cosas más allá de tu control. A decir verdad, aunque te impacientes por dentro,
actúas con calma y aceptas tener que esperar por alguien que se ha retrasado.
Tienes fe en que al final las cosas saldrán bien. ¡El sentido del humor ayuda!
Cuando practicas la paciencia te sometes a lo
que tienes que soportar, como, por ejemplo, una enfermedad que va a durar algún
tiempo o una discapacidad que vas a sufrir para siempre.
La paciencia te ayuda a no abandonar lo que
intentas hacer, por difícil o pesado que resulte.
Te sientes dispuesto a fijarte metas para el
futuro, sabiendo que la recompensa por el esfuerzo tardará o, incluso, que no
llegarás a verla tú, aunque sí otros. La confianza en Dios te puede dar
paciencia, una esperanza tranquila que te ayudará a pasar los tiempos
difíciles.
Perdón
Con la misma medida con que midáis, seréis
medidos. Evangelio de San Lucas, 6,38).
Todos cometemos errores en algún momento.
Perdonar es pasar por alto los errores que cometen los demás y amarles lo mismo
que antes. Perdonar no quiere decir que de repente ya no te sientas herido o
que lo malo se vuelva bueno. Perdonar
quiere decir que
en tu corazón
das a esa
persona otra oportunidad.
El perdón o la
clemencia significa que no castigas a la gente por lo que ha hecho, aunque se
lo merezca.
Puedes incluso perdonarte a ti mismo: significa
dejar de castigarte y de sentirte desesperado por haber hecho algo malo.
Es seguir adelante, dispuesto a actuar de otra manera, con
compasión por ti mismo y confianza en que puedes cambiar.
La gente que no perdona, juzga y critica a los
demás, en lugar de darles oportunidades para mejorar. Su influencia no es
benéfica y suelen ser personas rencorosas.
Afirmación
Esfuérzate, si es preciso, en perdonar siempre
a quienes te ofendan, desde el primer instante, ya que, por grande que sea el
perjuicio o la ofensa que te hagan, más te ha perdonado Dios a ti.
Cómo se practica
El
perdón se practica,
en primer lugar,
admitiendo el error
que has cometido
tú mismo. Hace falta
valor para enfrentarse con la verdad
de los hechos. Si eres sincero contigo mismo, serás más flexible al juzgar los
errores de los demás.
Piensa que Dios siempre perdona, cuando alguien
se arrepiente sinceramente. Tú debes hacer lo mismo. Lo más
difícil de perdonar
es lo que uno hace
una y otra
vez. Si alguien
no hace más
que molestarte
repetidamente, sin asomo
de arrepentimiento, lo
mejor que puedes
hacer es no
darle oportunidad de que te moleste. Si te enfrentas a él, es probable
que endurezcas la relación. Si no hace caso a tus deseos de que se corrija, no
le des ocasiones de que te moleste.
Pudor
El cuerpo no es para la fornicación, sino para
el Señor. San Pablo a los Corintios, I, 6, 13).
El pudor es tener una sensación de respeto
sereno hacia uno mismo. Las personas pudorosas no son llamativas. El pudor es
saber valorarse y poseer un sentido de intimidad hacia el propio cuerpo. El
pudor significa que sabes qué es adecuado o no al mostrar tu cuerpo y en qué
grado debes permitir que los demás tengan contacto con él. Es reservar las
partes íntimas de tu cuerpo sin dejar que los demás observen o lo toquen de
manera que abusen de tu intimidad.
El cuerpo humano tiene su propio “lenguaje” y
sabe cuándo puede “hablar” y cuando debe “callar”.
El pudor significa controlar los elogios que te
hagan sobre tu imagen externa sin volverte engreído, y sin utilizarla para
manipular los sentimientos de los que te admiran.
Afirmación
El pudor y la modestia son hermanos pequeños de
la pureza
Cómo se practica
El pudor es una actitud. Empieza por estar
conforme contigo mismo. Es saber que tienes cualidades especiales y que los
demás también tienen sus cualidades. La humildad ayuda a practicar el pudor. El
pudor se practica cuando impides que otras personas te exploten a su gusto.
Eres respetuoso con tu cuerpo y con
su intimidad y
esperas que los
demás también lo
sean. Si alguien te toca de una
manera que consideras incorrecta,
cuéntaselo a alguna persona de confianza. Nunca lo debes mantener en secreto.
Cuando eres pudoroso, no intentas llamar
demasiado la atención. Te vistes
moderadamente y con comodidad. Verás que crece tu propia autoestima y no estás
inseguro de tu propia imagen.
Respeto
Evita las contestaciones y las discusiones
inútiles, instruye, soporta, reprende con dulzura.
San Pablo a Timoteo, II, 2, 24-25).23
Ser respetuoso es la actitud por la cual se
honra a las personas y se muestra consideración por sus derechos. El respeto se
refleja en la cortesía con que nos tratamos unos a otros, en nuestra manera de
hablar y en el trato que damos a las pertenencias del prójimo. Es especialmente
importante ser respetuoso con las personas mayores, con los educadores, con las
autoridades.
Por su edad o por su responsabilidad pueden
ayudarte con su sabiduría y con sus criterios.
En el respeto se incluye cumplir las normas de
tu familia, tu escuela o tu centro laboral, así como comportarse de manera que
haga que la vida sea más tranquila y ordenada.
Ser respetuoso significa también respetarse a
uno mismo. Esto quiere decir que cuidas tus derechos, como por ejemplo la
intimidad y el pudor.
Afirmación
Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversación
que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: “Éste lee la vida de
Jesucristo”.
Cómo se practica
Una buena manera de practicar el respeto es
pensar cómo te gustaría que te trataran, y luego tratar a los demás de esta
manera. Si te apetece hacer uso de un objeto ajeno, es mejor que pidas permiso
antes siquiera de tomarlo prestado.
Ser respetuoso es expresar, incluso los
sentimientos más fuertes, de una manera tranquila. No es interrumpir, sino
decir: “Perdone...”, esperando
a que alguien
nos preste atención.
Es expresar una
opinión como tu
opinión, respetando el hecho de que hay más de una manera de ver las
cosas.
Ser respetuoso con uno mismo es tratarse como
uno considera que los demás merecen ser tratados. ¡Tú también te lo mereces!
Responsabilidad
Todos hemos de comparecer ante el tribunal de Dios. San Pablo a los
Romanos, 14,10.
Ser responsable significa que los demás pueden
confiar en ti. Ser responsable significa hacer las cosas tan bien como puedas.
Ser responsable es estar dispuesto a dar cuentas de lo que haces y de lo que no
haces. Significa aceptar las felicitaciones cuando se te dan las cosas bien
(por supuesto, con humildad) y recibir las correcciones cuando no.
Si eres responsable es que cumples tos
compromisos. Cuando te comprometes a hacer algo por tu familia o por un amigo,
no lo aplazas ni lo olvidas, sino que te preocupas de llevarlo a cabo. Ser
responsable es la capacidad de responder con eficacia.
Cuando
cometas un error,
no le eches
la culpa al mal
tiempo, a otra
persona o a la
mala memoria (“¡Se me olvidó!”). Si algo va mal, se puede explicar por qué han
sucedido las cosas; pero no valen excusas. Al hacerte responsable es como si
dijeras a los demás que pueden contar contigo.
Afirmación
“Se me ha pasado el entusiasmo”, me has
escrito. —Tú no has de trabajar por entusiasmo, sino por Amor: con conciencia
del deber, que es abnegación.
Cómo se practica
Si te comprometes a hacer algo, tómatelo en
serio, como si fuera un encargo sagrado, ya se trate de los estudios, de un
trabajo, de cuidar a una persona. Responsabilízate de lo que puedas hacer. No
aceptes tareas demasiado difíciles
o para las
cuales te vaya
a faltar tiempo.
Recuerda: es una
irresponsabilidad
responsabilizarte de demasiadas cosas
y luego no hacerlas.
Cuando aceptes un encargo, cerciórate de que lo
has entendido bien e intenta cumplirlo con la mentalidad del que te lo ha
pedido. Si al hacerlo algo te va mal o cometes un error, no te pongas a la
defensiva. Es mejor pedir ayuda a tiempo o reconocer tu incapacidad para
completarlo. Así te evitarás disgustos y malentendidos.
Reverencia
Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu
nombre en toda la tierra!. Salmo 8, 2.
La reverencia es comportarse con conciencia de
que siempre se está en presencia del Creador. Es una cualidad del alma
que te permite
sentir la presencia
de Dios. La
reverencia puede experimentarse en
momentos de recogimiento, oración
o reflexión. Es tratar los objetos y libros sagrados como algo muy especial.
La
reverencia es mostrar
respeto. Es tener
el cuidado de
hacer honor a
los dones de
la vida, incluyendo
los demás. Ya sea que estés en un lugar sagrado, o pasando un tiempo en
un paraje de gran belleza, la reverencia consiste en quedarte inmóvil y dejar
que la maravilla que sientes brille en ti. Si no tratas como se merecen las
cosas que son sagradas para ti, por tu fe, porque son recuerdos familiares,
etc., las cosas más importantes se vuelven de lo más común.
Afirmación
Ten presencia de Dios y tendrás vida
sobrenatural
Cómo se practica
La reverencia se puede experimentar en momentos
de meditación o comunión interpersonal, con Dios y con los demás. Verás que ese
recogimiento te permite escuchar cuando Dios habla a tu corazón.
La
reverencia quiere decir
que cuando entras
en un lugar
de culto lo
haces en silencio
y con respeto.
Se manifiesta en actos diarios de amabilidad hacia los demás,
especialmente las personas cercanas y aquellas que son para ti un motivo de
admiración.
La
reverencia incluye un
respeto profundo hacia
todos los seres
vivos. La reverencia
se alcanza cuando
te permites experimentar la belleza de la creación y cuando encuentras
gusto en los actos sagrados.
Servicio
Porque el Hijo del Hombre no ha venido para ser
servido, sino para servir. Evangelio de San Marcos, 10, 45.
El servicio es dar a los demás y querer ser
útil en la vida de los demás. Ayudar a los demás es una de las mejores maneras
de servir a Dios. Tener una actitud de servicio significa buscar maneras de
ayudar sin esperar a que los demás te lo pidan. Para ti, las necesidades
de los demás
son tan importantes
como las tuyas
propias. Cuando eres
servicial prevés las necesidades de los demás y luego reparas
en el modo de ayudarlas.
Actúas
simplemente para ser útil, no porque esperes que te vayan a pagar o a recompensar. Haces las cosas simplemente porque te preocupas. Cuando
uno trabaja con espíritu de servicio, pone en su trabajo lo mejor de sí mismo y
el mayor empeño. Su aportación es muy rica.
Hay multitud de circunstancias en que los servicios
públicos o la justicia no alcanzan a atender las necesidades de las personas.
Si no fuera por el servicio de personas voluntarias, muchas personas quedarían
abandonadas.
Afirmación
Cuando hayas terminado tu trabajo, haz el de tu
hermano, ayudándole, por Cristo, con tal delicadeza y naturalidad que ni el
favorecido se dé cuenta de que estás haciendo más de lo que en justicia debes.
—¡Eso sí que es fina virtud de hijo de Dios!
Cómo se practica
Cuando quieras prestar servicios, observa a otras personas para ver
qué ayuda necesitan. Luego, haz algo por ayudar. Busca pequeñas maneras de
hacer más grata o más feliz la vida a los demás. Si alguien parece perdido o
solo, ve y pregúntale en qué puedes ayudarle. Descubre pequeñas maneras de
servir a tu familia, por ejemplo, llevando a cabo alguna tarea de más o bien
teniendo detalles.
Puedes
servir a tu
ciudad si reciclas
tus propios residuos,
si no ensucias
las calles o
avisas a los
servicios públicos.
Un
magnífico servicio —y gratuito— es
saber escuchar con
paciencia a los
que nadie hace
caso. La persona servicial enseguida encontrará
ocasiones.
Sinceridad
Que vuestro sí sea si y vuestro no, no. Evangelio
de San Mateo, 5,37.
Ser sincero es ser franco, veraz y digno de
confianza. Cuando las personas son sinceras puedes contar con que no van a
mentir, engañar ni robar. Si te dicen que les gustas, sabes que te lo dicen de
verdad, porque no van a decir nada simplemente por salirse con la suya o causar
buena impresión.
Si alguien
se muestra amigable,
la sinceridad consiste
en ser amigo
de verdad, no
por razones ocultas,
sino porque quiere ser amigo. Cuando hay sinceridad cabe confiar en que
las cosas son lo que parecen.
La sinceridad es decir la verdad sin que
importen las consecuencias. Es ser veraz incluso si conlleva admitir una verdad
que nos cuesta reconocer o que defraude a alguien. Sinceridad es también no
alardear para impresionar a los demás.
La sinceridad es la sencillez del corazón, la
claridad de las palabras, la naturalidad de los gestos. Sinceridad es tener el
pecho de cristal.
Afirmación
Que tus faltas e imperfecciones, y aun tus
caídas graves, no te aparten de Dios. El niño débil, si es discreto, procura
estar cerca de su padre.
Cómo se practica
Haciendo que tus actos se correspondan con tus
palabras y tus palabras con tus pensamientos. Lo contrario es hipocresía,
simulación. Di lo que piensas y piensa lo que vayas a decir. Si prevés que lo
que vas ha decir puede herir a alguien, hazlo con caridad y a solas con el
interesado.
Promete
únicamente lo que
puedas cumplir. Di
la verdad, a
pesar de los
pesares. Si cometes
algún error, admítelo. Es la
mejor manera de arreglar las cosas. El llevar una doble vida siempre se descubre.
Antes
que con los
demás, has de
ser sincero contigo
mismo: no te
engañes. No intentes
convencerte de lo contrario de lo que te diga tu conciencia.
Solicitud
No vaciles en hacer el bien a quien lo merece,
cuando está en el poder de tu mano hacerlo
Proverbios, 3, 27
La solicitud es estar dispuesto a ayudar a los
demás. Es hacer algo útil por otra persona o con ella. Cuando uno es útil, hace
cosas que tienen efectos positivos que de verdad importan. La solicitud es
hacer algo que una persona no puede hacer
por sí misma,
o para la
que no tiene
tiempo; o, simplemente,
algo que vuelve
la vida más agradable a los demás.
Ser solícito o servicial no es hacer siempre lo
que la otra persona quiera (eso sería sólo buscar el agrado de los demás, mera
obsequiosidad): es posible que su deseo
no sea bueno ni útil para ella. Ser solícito es darle a la persona lo que
necesita, pero no siempre lo que le apetezca.
Has
de ser solícito
contigo mismo: proporcionarte alimentos
sanos, ropa cómoda,
descanso suficiente,
distracciones sanas, amistades leales.
Hay
momentos en que
puedes sentirte desasistido.
Es un buen
momento para pedir
ayuda a los
demás. Tú también te la mereces.
Afirmación
Que sepas, a diario y con generosidad,
fastidiarte alegre y discretamente para servir y para hacer la vida agradable a
los demás.
—Este modo de proceder es verdadera caridad de
Jesucristo.
Cómo se practica
Eres solícito si te fijas en lo que otras
personas necesitan a diario. Busca pequeñas oportunidades de hacer algo por tus
amigos o tus familiares, o incluso por alguien que no conozcas. Cuando eres
solícito no esperas a que la otra persona te lo pida; te fijas en lo que esa
persona necesita y simplemente lo haces.
Las personas (incluso tú mismo) necesitamos
todo tipo de cosas en cualquier momento. A veces quizá sea ayuda de tipo
físico: que nos
ayuden con los
paquetes, que nos
aguanten la puerta. También necesitamos
abrazos, comprensión y aprecio por parte de los que nos rodean. A veces
la mejor ayuda del mundo es un oído dispuesto a escuchar.
Y recuerda: siempre podemos pedir ayuda a Dios,
que no es sordo.
Unidad
Habéis sido llamados a conservar la unidad del
espíritu con el vínculo de la paz. San Pablo a los Efesios, 3, 3.
La unidad es una virtud sumamente potente y
creadora. Es una manera de ver la armonía de todo lo que salió de las manos del
Creador: unidad de las fuerzas de la naturaleza, de los afanes de la humanidad,
de los proyectos de las sociedades, de las ilusiones de los miembros de
cualquier grupo.
Cuando practicas la unidad, valoras lo que cada
parte aporta al conjunto. Gracias a la unidad puedes esforzarte por lograr la
armonía en el hogar y con la gran familia humana.
La unidad produce paz. La unidad no exige que
todo el mundo tenga la misma apariencia, o piense lo mismo, o hable igual.
Mediante el poder de la unidad podrás resolver los conflictos, o descubrir una
solución que satisfaga las necesidades de todos.
Lo que nos une es que somos criaturas del mismo
Creador, hijos del mismo Padre. Esto está por encima de todas las diferencias.
Afirmación
¿Ves? Un hilo y otro y muchos, bien trenzados,
forman esa maroma capaz de alzar pesos enormes.
—Tú y tus hermanos, unidas vuestras voluntades
para cumplir la de Dios, seréis capaces de superar todos los obstáculos
Cómo se practica
Las diferencias, ya sea en una familia concreta
o en la familia humana, no tienen porqué hacer daño. Dios ama la diversidad; la
diversidad hace la vida más interesante. ¿No sería aburrido que todas las
flores fueran del mismo color, o que todas las canciones tuvieran la misma
música?
Cuando surjan discrepancias, os reunís y
escucháis lo que tengáis que decir. Evitáis echaros la culpa. Echar la
culpa no
es una buena
manera de comenzar
un diálogo. No
actúes como si
fueras el único
que tiene ideas buenas.
Piensa que la dicha de uno es la dicha de todos
y que el daño de uno es el daño de todos. Reza por los que más lo necesitan,
porque todos estamos comunicados en Dios, como una “internet” espiritual.
Valor
¡Valor, que vuestro corazón se afirme, vosotros
todos que esperáis en Yahveh! Salmo 31, 25.
Tener valor es ser valiente ante el miedo. Es
hacer lo que hay que hacer, aunque resulte arduo, es seguir adelante aunque
prefieras abandonar. A veces el valor significa reconocer el peligro y aguantar
a pie firme. Desde luego, no quiere decir que se deban correr riesgos
innecesarios simplemente para aparentar valentía.
Se necesita valor para probar cosas nuevas,
para hacer frente a situaciones difíciles, para recobrar el ánimo tras un error
e intentarlo de nuevo.
El valor es una cualidad del corazón. Se
origina en el acto de conocerte a ti mismo y de saber en lo más hondo que
puedes y debes hacer algo. El valor viene de saber que Dios está ahí listo para
ayudarte y que siempre cabe contar con Dios. El amor puede darnos valor. Nos da
fuerzas, nos ayuda a hacer lo que es justo, no permitiendo que nuestros temores
nos paralicen.
Afirmación
Eres calculador. —No me digas que eres joven.
La juventud da todo lo que puede: se da ella misma sin tasa.
Cómo se practica
Haciendo lo que tienes la seguridad de que es
correcto, aunque sea arduo o dé miedo. Haz frente a los errores con valor,
aprende de ellos y vuelve a intentarlo. Prueba cosas nuevas.
Esfuérzate por comprender lo que te da miedo, y
decide si es real o sólo te lo imaginas.
Recuerda que siempre podemos pedir
ayuda cuando la necesitemos.
Puedes contar con
Dios y con
otras personas para
que te den fuerzas y te presten ayuda.
Defiende lo que sabes que es justo, aunque
vayas a contracorriente o te granjees incomprensiones. Los santos fueron muchas
veces incomprendidos. Deja que el valor inunde tu corazón, a pesar de las risas
o insultos de los mediocres o resignados.
VIRTUDES TEOLOGICAS: Las
virtudes teologales son las que tienen como origen, motivo y objeto inmediato a
Dios mismo. Infusas en el hombre con la gracia santificante, nos hacen capaces
de vivir en relación con la Santísima Trinidad, y fundamentan y animan la
acción moral del cristiano, vivificando las virtudes humanas. Son la garantía
de la presencia y de la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser
humano.
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BANDERA
INSTITUCIÓN EDUCATIVA RURAL DEPARTAMENTAL DE
CACICAZGO
Bandera
VALOR Y TRASFONDO DE LA BANDERA
CACIQUISTA.
“PARA NO
OLVIDAR”.
Se PIENSA LA BANDERA de la I.E.R.D. CACIQUISTA y se rediseña
después de varios intentos como un símbolo institucional CON UNA significancia
especial, tan poderoso que puede influir en la moral y espíritu de grandeza de
los estudiantes y de todos los miembros de la comunidad educativa.
Un símbolo institucional que los represente y
los haga sentirse realmente orgullos de tenerle, de portarlo y de ser parte
viva de ellos.
Es así como sus colores representan:
EL AMARILLO: Las riquezas del municipio, de la
región y de sus gentes.
EL AZUL:
Sus riquezas hídricas de su rio Bogotá y
de sus aguas subterráneas. De igual manera el limpio y hermoso color de su cielo.
COLOR LADRILLO: La grandeza, majestuosidad y
color de sus rocas y de la tierra donde esta ubicada la vereda de Cacicazgo que
nos vio nacer y nos dio se nombre.
EL AGUILA: El espíritu de grandeza, poder y libertad de esta ave majestuosa, será el espíritu que perseguirá un buen
Caciquista. Ágil, veloz, inteligente y con ganas de las más elevadas alturas,
es decir, la gloria de los verdaderos dioses. De los verdaderos Caciques.
LA CORONA DE LAUREL: Representa la gloria de la
cual se han vestido los alumnos y ex
alumnos de la institución, de esa gloria que estamos seguros se vestirán
nuestros estudiantes y por la cual están dispuestos a luchar en la ciencia, en
las artes, en el deporte o como profesionales en cualquier área del
conocimiento.
Buenos días. En diferentes ocasiones he querido mostrar el vídeo del himno del colegio y no carga. Favor revisar pagina institucional gracias.
ResponderEliminarBuenas tardes
ResponderEliminarTeniendo en cuenta los cambios realizados a nuestro horizonte institucional sugiero actualizar el blog. Gracias