20 de Julio del 2017
2. La
evaluación en el aula
(DOCUMENTO 11
DEL MEN)
Antes de
profundizar sobre los conceptos y finalidades que en-marcan y direccionan la
evaluación de los estudiantes en el aula, es conveniente reflexionar sobre los
objetivos que deben tener y mover a un docente, una institución educativa y al sistema educativo en
general, en el ejercicio de su profesión, su quehacer o su misión.
La meta
fundamental que debe regir a todo maestro o maestra, institución o sistema
educativo, es la de procurar de manera absoluta que todos sus estudiantes
alcancen de manera exitosa los fines pro-puestos o establecidos dentro de un
determinado proceso y período educativo. Pensar que existen niñas, niños, jóvenes
o adultos con los cuales es imposible realizar alguna actividad formativa,
incluyendo los aprendizajes escolares, es negar la naturaleza y esencia del ser
humano. La Historia, ha mostrado que el motor fundamental para la sobrevivencia
de nuestra especie ha sido la pregunta, la búsqueda de respuestas sobre el
entorno social y natural, la relación o correlación de sucesos, entre otros,
para así, a través del ensayo, el error y la re-significación de este último
–léase aprendizaje–, generar nuevos conocimientos, que contribuyan a vencer la
adversidad y los obstáculos que a diario surgen en su mundo físico y cultural
resolviendo así, las problemáticas sociales o las dificultades con sus
semejantes, que son importantes de solucionar.
Es importante
tener en cuenta que todas las personas que ingresan o llegan a las aulas,
aprenden, se forman y desempeñan en miles de actividades que exigen procesos
complejos cognitivos, valorativos, actitudinales o comportamentales, que
demuestran de manera contundente las capacidades que ellas tienen para aprender
y desempeñarse bien en y sobre lo que aprenden, así lo hagan con ritmos
distintos. En ese sentido, es
inadmisible pensar, que los estudiantes de hoy no aprenden porque son malos,
les falta capacidades y no les interesa estudiar o aprender. A renglón
seguido, habría que preguntarse por el método que se utiliza para que ellos
aprendan; por qué unos sujetos que aprenden infinidad de cosas cuando salen del
aula de clase, no lo hacen o logran dentro de ella; qué tan pertinente es el
saber, los temas y conceptos que circulan en el aula. Si un sujeto demuestra
amplias habilidades para aprender en espacios distintos de los
que ofrecen los muros educativos, habrá que preguntarse entonces no por la
falta de condiciones del sujeto, sino por los ambientes y estrategias de
aprendizaje que se procuran en el espacio de la institución escolar.
Así entonces, es responsabilidad de los maestros, como
profesionales expertos en pedagogía y didáctica, procurar, utilizar,
desarrollar y crear si es el caso, todos los ambientes, estrategias y métodos
posibles para lograr que sus estudiantes se acerquen, comprendan y den vida a
su propuesta de formación; en otras palabras, que la totalidad de los educandos
aprendan lo que la institución, la sociedad y el desarrollo del conocimiento
han definido como pertinente y necesario en el mundo actual.
Al respecto es
importante mencionar lo que dice Juan Manuel Álvarez Méndez, quien es un
experto en el tema:
Consciente
de que el fracaso escolar está ahí, el profesor que actúa cabal y
razonablemente en favor de quien aprende, trabaja con el ánimo de superar. En
ese sentido no acepta [el fracaso escolar] como algo inevitable debido a causas
que obedecieran únicamente y de modo determinante a las capacidades naturales
de los sujetos, cuestión de dones innatos, sin tener en cuenta otros factores,
sin descartar los didácticos y los institucionales […]. El reto que cada
profesor tiene es no dejar a nadie fuera… (2001, p .13).
Hay que
recordar entonces, que es obligación de todo establecimiento educativo velar
por el cumplimiento de tales propósitos, garantizando los elementos,
procedimientos, mecanismos y actividades que sean necesarios para que los estudiantes
aprendan y no sean excluidos del proceso educativo… del saber. Debe ser claro
que nadie va a la escuela con el propósito de no “aprender nada”, ser excluido
o “perder el año”; por el contrario, se llega a ella, con diferentes ritmos y
desarrollos de aprendizaje, intereses y disposiciones, los cuales deben ser
capturados, canalizados y enfocados, por los maestros y los establecimientos
educativos, para conducirlos a su objetivo principal: lograr que todos
aprendan; que todos sean competentes en el mundo actual y en la sociedad en que
se desempeñan. Especialmente, si entendemos como
Nadie va a la escuela con el
propósito de no “aprender nada”, ser excluido o “perder el año”; por el
contrario, se llega a ella, con diferentes ritmos y desarrollos de aprendizaje,
intereses y disposiciones
La evaluación en los niveles de enseñanza básica y media,
debe tener única y exclusiva-mente propósitos formativos, es decir, de aprendizaje
para todos los sujetos que intervienen en ella.
educación el acceso a la cultura 1 y a la ciencia,
consideradas éstas como bienes construidos históricamente y a las cuales todo
sujeto social tiene derecho. Así mismo, los establecimientos educativos tienen
el compro-miso de involucrar de manera continua, responsable y decidida a todos
los actores a los que convoca el tema: docentes, estudiantes y padres de
familia, como lo señala el Decreto 1290.
No hay comentarios:
Publicar un comentario