15 de septiembre del 2019
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE JEREMÍAS
CAPITULO XXXV
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE JEREMÍAS CAP. XXXV– 35"
Obediencia de
los Rechabitas a las reglas de sus mayores, y desobediencia de los judíos: intima
a esto el castigo, y promete la bendición a aquellos.
Palabras que el Señor dirigió a Jeremías en
tiempo de Joakim, hijo de Josías rey de Judá, diciéndole: Anda, ve a la familia
de los Rechabitas, y habla con ellos, y condúcelos a la casa o templo del Señor,
a uno de los aposentos de los tesoros o repuestos, y preséntales vino para que
beban. Llevé pues conmigo a Jezonías, hijo de Jeremías, hijo de Hebsanias, y a
sus hermanos, y a todos sus hijos, y a la familia toda de los Rechabitas; Y los introduje en la casa
del Señor, en el aposento llamado de los tesoros, donde estaban los hijos de
Hanan, hijo de Jegedelías, varón de Dios; aposento que estaba junto al tesoro
de los príncipes, sobre la tesorería de Maasias, hijo de Sellúm, el cual era el
guarda del atrio del templo. Y presente a los hijos de la casa de los
Rechabitas tazas y copas llenas de vino, y déjeles: Bebed vino. Más ellos
respondieron: No le beberemos; porque nuestro padre Jonadad, hijo de Rechab,
nos dejó este precepto: Nunca jamás beberéis vino, ni vosotros, ni vuestros
hijos. No edificareis casa, ni sembrareis granos, ni plantareis viñas, ni las poseeréis:
sino que habitareis en tiendas todos los días de vuestra vida, a fin de que
viváis mucho tiempo sobre la tierra de Israel, en la cual sois vosotros
peregrinos. Hemos pues obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab, hijo de
Rechab, en todo cuanto nos dejó mandado, y por eso no bebemos vino en toda
nuestra vida nosotros, ni nuestras mujeres, ni los hijos, ni las hijas; ni fabricamos
casa para nuestra habitación, ni tenemos viñas, ni campos, ni sementeras; sino
que habitamos en tiendas de campaña, y hemos sido obedientes a todos los
preceptos que nos dejó Jonadab nuestro padre. pero habiendo entrado
Nabuchodonosor rey de Babylonia en nuestra tierra, hemos dicho: vamos y
retiremos a Jerusalem, para huir del ejercito de los Chaldeos, y del ejercito
de la Syria, por eso nos estamos en Jerusalem.
Entonces el Señor hablo a Jeremías,
diciendo: Esto dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: Anda y di al
pueblo de Judá, y a los habitantes de Jerusalem: ¿Es posible que no babéis de
tomar ejemplo para obedecer a mis palabras, dice el Señor? Las palabras con que
Jonadab hijo de Rechab íntimo a sus hijos que no bebieran vino, han sido tan
fielmente observadas que no han bebido hasta el día de hoy, obedeciendo el
precepto de su padre: más yo os he hablado a vosotros de continuo y a todas
horas y no me habéis obedecido. Pues os he enviado todos mis siervos los
profetas, de antemano, y con mucha solicitud; y os envié a decir pos su boca: conviértase
cada uno de vosotros a su pésima vida, y rectificad vuestros afectos, y no andéis
tras los dioses ajenos, ni les deis culto; y así habitareis en la tierra que yo
os di a vosotros y a vuestros padres; pero vosotros no habéis querido
obedecerme, ni escucharme. Así pues los hijos de Jonadab hijo de Rachab, han observado
constantemente el precepto que les dejo su padre; más ese pueblo no me ha obedecido
a mí.
Por tanto esto dice el Señor de los ejércitos,
el Dios de Israel: yo voy a descargar sobre Judá y sobre todos los habitantes
de Jerusalem todas las atribulaciones con que les he amenazado, puesto que yo
les he hablado, y no han querido escucharme, los he llamado, y no han querido
responderme.
Pero a la familia de los Rechabitas díjole
Jeremías: Por cuando vosotros habéis obedecido el mandamiento de vuestro padre Jonadab,
y habéis observado todas sus órdenes y cumplido todo cuanto os prescribió. Por
tanto esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israél: No faltará varón
de estirpe de Jonadab hijo de Recab, que asista en presencia todos los días.
El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita
sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada
palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y aplícalas en
tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus
estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para
reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y
tú estás en ese CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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