16 DE ABRIL DEL 2018
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE ISAÍAS
CAPITULO XLIII
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS CAP. XLIII– 43"
Promete el Señor su protección a Israel, y se lamenta de la
ingratitud de su pueblo. Se vaticina la conversión de los Gentiles; y la reprobación
de la Synagoga, y su entrada en la iglesia al fin de los siglos.
Y ahora he aquí lo que dice el Señor, criador tuyo, oh Jacob, el
que te formo, oh Israel, no temas, pues yo te redimí, y te llame por tu nombre,
tu eres todo mío. Cuando pasares por
medio de las aguas, estaré yo contigo, y no te anegaran sus corrientes: Cuando
anduvieres por medio del fuego, no te quemaras, ni la llama tendrá ardor para
ti, porque yo soy el Señor Dios tuyo, el santo de Israel, tu salvador: yo di
por tu rescate, el Egipto, la Etiopia y a Saba. Después que te hiciste, estimable y glorioso a
mis ojos, yo te he amado, y entregaré por ti hombres, y daré pueblos por tu
salvación. No temas pues, porque yo estoy contigo: desde el Oriente conduciré
tus hijos, oh Jerusalem, y desde el occidente los congregaré. Dámelos, diré septentrión
y al medio día. No lo retengas, traedme a mis hijos de esos remotos climas, y a
mis hijas del cabo del mundo. Porque todos aquellos que invocan mi santo nombre,
los crie, los forme e hice para gloria mía.
Hecha en pero, fuera el pueblo, aquel que es ciego aunque tiene
ojos, y sordo, no obstante que tiene orejas. Júntese a una las naciones todas,
y reúnanse las tribus: ¿Quién de vosotros anunciará esto y nos hará oír aquello
que debe primeramente acontecer? Presenten sus testigos, justifíquese de modo
que los oyentes puedan decir verdad es. Vosotros dice el Señor sois mis
testigos y el siervo mío a quien escogí, a fin de que conozcáis y creáis y comprendáis
que yo soy el mismo Dios. No fue formado antes de mí, Dios alguno, no lo será después
de mí, yo soy el Señor y no hay otro salvador que yo. Yo lo predije, y yo fui
el que os salve: os lo hice conocer, no hubo entonces Dios extraño entre
vosotros: vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y vosotros sabéis que yo
soy el Dios único y verdadero. Y soy el mismo desde el principio o desde la
eternidad: y no hay nadie que pueda sustraerse de mi mano. Yo haré una cosa, ¿y
quién me lo impedirá? Esto dice el Señor y redentor vuestro, el santo de
Israel: por amor de vosotros he enviado gentes a Babilonia, y echado por tierra
sus defensas y a los Chaldeos, que se jactaban de sus naves. Yo el Señor, el
santo vuestro, el creador de Israel, el rey vuestro. Esto dice el Señor que abrió
camino en el mar, y senda en medio de corrientes impetuosas, él es quien hizo
salir de Egipto carros armados y caballos: los escuadrones y todos sus
valientes durmieron a una el sueño de la muerte y no despertaran. Fueron mojados
como lino y perecieron, más no hagáis, mención de las cosas pasadas ni mires a
las antiguas, he os aquí, haré yo nuevas, y más maravillosas y ahora saldrá la luz
y vosotros la presenciareis. Abriré un camino en el desierto y manantiales de
agua en país yermo. Las bestias fieras, y los dragones, y avestruces me
glorificaran, porque he hecho brotar aguas en el desierto y ríos en despoblado
y para que bebe mi pueblo escogido. Pueblo que yo forme para mí y el cual
cantará mis alabanzas, pues que tu oh Jacob, no me invocaste, ni hiciste caso
de mí, oh Israel. No me ofreciste a mí los carneros en holocausto, ni me has
honrado, con tu sacrificio, no soy yo aquel a quien tú has servido con ofrenda;
ni el que te ha dado el trabajo de quemar el incienso. No has comprado para mí
la caña aromática, ni me has satisfecho con la grosura de tus víctimas. Antes bien
te has servido de mí, en tus pecados: y me has causado gran pena con tus
iniquidades. Yo soy no obstante, yo mismo soy el que borro tus iniquidades por
amor a mí mismo y no me acordaré más de tus pecados. Tráeme sino tú, a la
memoria tus acciones, entremos ambos en juicio, alega si tienes alguna cosa que
te justifique. Tu padre peco, el primero. Y prevaricaron contra mí,
intercesores o mediadores, por eso declaré inmundo los príncipes del santuario,
y a Jacob le entregue al exterminio y a Israel al oprobio.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas
con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra
para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor
esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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