17 DE
ABRIL DEL 2017
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE
ISAÍAS
CAPITULO I
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS CAP. I– 1"
El profeta Isaías amenaza a Jerusalem con una espantosa ruina
por no haberse convertido al Señor, a pesar de haber sido afligida con toda
suerte de males: la advierte que sus fiestas y sus sacrificios son abominables
a los ojos de Dios; y qué es lo que debe de hacer para alcanzar de nuevo su gracia. La anuncia que después del castigo
que sufrirá por sus maldades, vendrá día en que recuperará su libertad y será
feliz.
Visión profética que tuvo Isaías, hijo de
Amos, en orden a las cosas de Judá y de Jerusalem, en tiempos de Ozías, de Johatán, de Achaz, y de Ezechias rey de Judá. Oíd, oh cielos, y tú. Oh
tierra, presta toda tu atención; pues el Señor es quien habla. He criado hijos,
dice, y los he engrandecido, y ellos me han menos preciado. Hasta el buey
reconoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; pero Isráel no me reconoce,
y mi pueblo no entiende mi voz.
¡Ay de la nación pecadora, del pueblo apesgado
de iniquidades, de la raza malvada, de los hijos desgarrados! Han abandona al
Señor, han blasfemado del Santo de Israel, y le han vuelto las espaldas. ¿De
que servirá el descargar yo nuevos golpes sobre vosotros, si obstinados añadís
siempre pecados sobre pecados? Toda cabeza está enferma y todo corazón doliente.
De la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza no hay en él cosa sana,
sino heridas, y cardenales, y llaga corrompida que no ha sido curada, ni
vendada, ni suavizada con bálsamo. Vuestra tierra esta desierta, incendiad
vuestras ciudades: a vuestra vista devoran los extranjeros vuestras posesiones,
y a manera de enemigo las devastan. Y la hija de Sión o Jerusalem, quedará como
cabaña de una viña, como choza de un melonar, y como una ciudad tomada por
asalto. De suerte que si el Señor Dios de los ejércitos no hubiese conservado
algunos de nuestro linaje, hubiéramos corrido la misma suerte de Sodoma, y sido
en todo semejante a Gomorrha.
Oíd la palabra del Señor, oh príncipes de
Judá que imitas a los reyes de Sodoma;
escucha ateto la ley de nuestro Dios, tú oh pueblo semejante al de Gomorrha.
¿De qué me sirve a mí, dice el Señor, la muchedumbre de vuestras víctimas? Ya me
tienen fastidiado. Yo no gusto de los holocaustos de carneros, ni de la gordura
de los pingües bueyes, ni de la sangre de los becerros, de los corderos, y de
los machos de cabrío. Cuando os presentáis ante mi acatamiento, ¿Quién os ha
mandado llevar semejantes dones en vuestras manos, para pasearos por mis
atrios? No me ofrezcáis más sacrificios inútilmente: pues abomino del incienso.
El novilunio, el sábado, y las demás fiestas vuestras no puedo ya sufrirlas más
tiempo: porque en vuestra asamblea reina la iniquidad. Vuestras calendas, y
vuestras solemnidades son por lo mismo odiosas a mi alma: las tengo
aborrecidas: cansado estoy de aguardarlas. Y así cuando levantareis las manos
hacia mí, yo apartare mí vista de vosotros; y cuantas más oraciones me hiciereis, tanto
menos os escucharé: porque vuestras manos están llenas de sangre.
Lavaos pues, purificaos, apartad de mis ojos la
malignidad de vuestros pensamientos, cesad de obrar mal. Aprended a haced bien,
buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Y entonces venid y argüidme, dice al Señor: aunque
vuestro pecado os hayan teñido como la grana, quedaran vuestras almas blancas
como la nieve; y aunque fuesen teñidas de encarnado como el bermellón, se volverán
del color de la lana más blanca. Como queráis, y me escuchéis, series
alimentados de los frutos de vuestra tierra. Pero si no quisiereis, y
provocareis mi indignación, la espada de vuestros enemigos traspasara vuestra
garganta; pues así lo ha dicho el Señor por su propia boca.
¿Cómo la ciudad fiel, y llena de juicio, se
ha convertido en una ramera? Ella fue en otro tiempo alcázar de justicia y
ahora lo es de homicidios. Tu plata se ha convertido en escoria, y tu vino se
ha adulterado con el agua. Tus magistrados son desleales, y van a medias con
los ladrones: todos ellos gustan de regalos: corren tras del interés: no hacen
justicia del huérfano, y no encuentran apoyo en ellos la casusa de la viuda.
Por esto dice el Señor Dios de los ejércitos,
el Dios fuerte de Israel: ¡Ay como tomaré satisfacción de mis contrarios y
venganza de mis enemigos! Y volveré mi mano sobre ti, y acrisolándote quitaré
tu escoria y separaré de ti todo tu estaño. Y restableceré tus jueces, haciendo
que sean tales cuales eran antes, y tus consejeros como fueron antiguamente: después
de lo cual serás llamada Ciudad del justo, ciudad del fiel. Sí, Sión será
redimida en juicio, y repuesta en libertad por justicia. Pero Dios destruirá desde
luego a los malvados y pecadores, y
serán anonadados los que abandonaron al Señor. Los mimos ídolos a quienes
sacrificaron serán su mayor confusión; y os avergonzareis de los jardines que habéis
escogido. Cuando fuereis lo mismo que alcornoque que ha quedado sin
hojas, y como un huerto sin agua. Y vuestra resistencia o fortaleza será
igual a la prevesa de la estopa arrimada a la lumbre, y vuestras obras como una
chispa: uno y otro arderán en el fuego que nadie apagará.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelas con
tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para
reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y
tú estás en este CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
No hay comentarios:
Publicar un comentario