6 de Abril del 2017.
Curso gratis de PSICOLOGÍA
INTELIGENCIAS
MÚLTIPLES
Lección 6.
Inteligencia Musical
La música es para el alma lo que la gimnasia es para el cuerpo. Platón
Esta inteligencia se desarrolla en aquéllas personas con capacidades para discriminar con facilidad diferentes sonidos y notas musicales, son capaces de crear obras y composiciones musicales, con pleno conocimiento del desarrollo que genera su voz y/o el instrumento que tocan, gran sensibilidad al ritmo, dominio de la lectura musical y expresión de la misma.
Esta inteligencia se relaciona con la lógico-matemática, espacial y cinestésica corporal.
Personas con alta inteligencia musical: Mozart, Pavarotti, Plácido Domingo, Beethoven, etc.
La música es un fenómeno que se puede percibir desde la propia gestación, de hecho cuando el humano nace, habiendo pasado dos meses puede imitar sonidos, antes de cumplir el 6º mes puede balancearse rítmicamente al compás de una música, entre el año y medio y los dos años puede inventarse sonidos y canturrearlos; por último, en esa primera etapa y desde los 3 a los 10 años, las zonas cerebrales vinculadas a esta inteligencia propician el aprender instrumentos con cierta facilidad.
Las habilidades más características de esta inteligencia son la reproducción, percepciones de sonidos claramente, discriminación auditiva perfecta, composición, etc.
El desarrollo de la inteligencia musical se focaliza en el lóbulo frontal y lóbulo temporal.
INTELIGENCIA
MUSICAL
La Inteligencia Musical es aquella que tiene que ver
con la habilidad para apreciar, discriminar, transformar y expresar las formas
musicales, así como para ser sensible al ritmo, al tono y al timbre. El padre
de la teoría de las Inteligencias Múltiples, Howard Gardner,
entiende que cualquier individuo que haya escuchado desde pequeño música con
cierta frecuencia, puede manipular estos tres factores (ritmo, tono y timbre)
para participar con cierta soltura en actividades musicales, como la
composición, el canto o incluso tocar algún instrumento.
Se trata de una inteligencia que, al igual que el resto de las
Inteligencias Múltiples, se puede manifestar de una manera muy temprana.
Está demostrado que el ser humano es capaz de desarrollar, desde muy joven, la
sensibilidad al sonido, el timbre y el tono, por lo que se puede provocar que
un niño cuente con la base necesaria para contar con una posterior habilidad
musical. Por ello, la música en casa o en un centro educativo proporciona una importante
base para el desarrollo temprano de esta inteligencia.
Pero la Inteligencia Musical no sólo es la habilidad de componer e
interpretar piezas musicales, también es la capacidad para escuchar y
para juzgar, y en este sentido, guarda relación con otras
inteligencias como la Lingüística, la Espacial y la Corporal-Cinética. Con la
Inteligencia Lingüística, porque requiere un cierto desarrollo
lingüístico, al demandar del individuo una habilidad para retener estructuras
lingüísticas y asimilarlas en sus realizaciones fonéticas. Con la Inteligencia Espacial,
porque se necesita contar con una buena percepción de la información sonora
para identificar la extensión de los ritmos, cadencias, silencios o volúmenes.
Y por último, con la Inteligencia Corporal-Cinética, porque la
Inteligencia Musical comprende el desarrollo motriz necesario, por ejemplo,
para la práctica con los instrumentos musicales.
Cabe señalar que las personas con discapacidad mental tienen una sensibilidad
especial hacia la música, y que algunos alumnos pueden tener lesiones
que les impidan hablar, por ejemplo, pero pueden tener una gran capacidad para
cantar o seguir un ritmo, por lo que, como docentes, podemos trabajar la
Inteligencia Musical con alumnos que presenten Necesidades Educativas
Especiales.
En la Inteligencia Musical, según Howard Gardner, encontramos las
siguientes dimensiones: movimiento y audición. Con movimiento nos
referimos a la capacidad de percutir, moverse o crear acciones de acuerdo con
la música que se está escuchando. En cuanto a la audición, se trata
de la capacidad para discriminar y asociar sonidos o melodías escuchados.
Existen algunas características que, con carácter general, presentan los
alumnos con Inteligencia musical. Son propensos a aprender el lenguaje
cantándolo, encontrando en la actividad musical una prioridad ante
cualquier otra actividad. Son capaces de percutir con un pulso regular, siguen
con bastante acierto la entonación de las canciones, y cuentan con una
extraordinaria capacidad para memorizarlas.
Los alumnos con Inteligencia Musical tienen preferencias muy marcadas
por ciertos estilos y canciones. Distinguen con facilidad la música del ruido,
disfrutan haciendo sonidos y experimentando con objetos e instrumentos
improvisados, y muestran respuestas de movimientos diferenciadas según el tipo
de música que escuchen en ese momento.
Estos rasgos pueden ayudar a los docentes a identificar si un
determinado alumno cuenta o no con Inteligencia Musical. No obstante, conocerlo
es sólo el primer paso para una labor de motivación que deberá
tener como fin el utilizar esta inteligencia como canal para el aprendizaje del
alumnado que la posee.
Al interactuar con material musical estamos desarrollando la
Inteligencia Musical y, por ende, propiciando que el alumno encuentre esa
actividad mucho más motivadora, con independencia de la materia tratada a
través de la misma. Las estrategias a seguir por el docente son variadas y dependen
de las características del alumnado. En general, deben ser
introducidas de manera natural y adaptada a las condiciones materiales del
aula. Ejercicios que tienen que ver con la utilización de la música como
elemento de relajación son válidos para cualquier materia, así como aquellos
que vinculan determinadas corrientes musicales con el contexto histórico y/o
espacial en el que se desarrolla un contenido concreto del temario.
En lo que respecta a la evaluación de la Inteligencia
Musical, existen diversos cuestionarios ya elaborados que permiten identificar,
evaluar y medir hasta qué punto se está desarrollando esta inteligencia en un
alumno concreto. No obstante, al igual que sucede con el resto de las
inteligencias, lo procedente es que el profesor lleve a cabo una observación
sistemática y elabore un porfolio en el que figuren las muestras del trabajo
realizado durante todo el curso.
En cualquier caso, y ante
la necesidad de contar con instrumentos de evaluación y medición, especialmente
útiles para aquellos docentes que afronten por primera vez la evaluación bajo
la perspectiva de las Inteligencias Múltiples, varios autores han diseñado cuestionarios
específicos.
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