lunes, 15 de agosto de 2016


14 DE AGOSTO DEL 2016
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO

CAPITULO  XXIV

DEL LIBRO DE DIOS "LIBRO DEL ECLESIÁSTICO  CAP. XXIV – 24"


 Declara el origen y eternidad de la sabiduría, y predica sus alabanzas; explica sus efectos maravillosos, y el ardiente deseo que tiene de comunicarse a los hombres.


La sabiduría se hará ella misma su elogio, y se honrará en Dios y se gloriará en medio de su pueblo. Ella abrirá su boca en medio del pueblo de Dios, o de las reuniones del altísimo y se glorificará a la vista de los escuadrones de Dios, o de la celestial milicia. Será ensalzada, en  medio de su pueblo, y admirada en la plena congregación de los santos. Y recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos y dirá:

Yo salí de la boca del altísimo,  engendrada  primero que existiese ninguna criatura. Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente y como una niebla cubrí toda la tierra. En los altísimos cielos puse yo mi morada, y el trono mío sobre una columna de nubes. Yo sola hice todo el giro del cielo y penetre por el profundo fondo del abismo, me paseé por las olas del mar y puse mis pies por todas las partes de la tierra; y en todos los pueblos, y en todas las naciones tuve el supremo dominio; yo sujete con mi poder los corazones, grandes y pequeños; y en todos esos pueblos y naciones busque donde posar o fijarme, y en la heredad del Señor fije mi morada. Entonces el creador de todas las cosas dio sus órdenes y habló;  y el que a mí me dio el ser, estableció mi tabernáculo o morada,  y me dijo: habita en Jacob, y sea Israel tu herencia, arráigate en medio de mis escogidos.

Desde el principio o ab eterno, y antes de los siglos, ya recibí yo el ser, y no dejaré de existir en todos los siglos venideros, y en el tabernáculo santo ejercite el ministerio mío ante su acatamiento. Y así fije mí estancia en el monte Sion, y fue el lugar de mi reposos, la ciudad santa, y en Jerusalén está el trono mío.  Y me arraigue en un pueblo glorioso, y en la porción de mi Dios, la cual es una herencia: y mi habitación fue en la plena reunión de los santos.

Elevada estoy cual cedro sobre el Líbano, y cual ciprés sobre el monte Sion. Extendí mis ramas, como una palma de Cades, y como el rosal plantado en Jericó, me alce como un hermoso olivo en los campos y como el plátano en las plazas junto al agua. Como el cinamomo y el bálsamo aromático despide fragancia. Como myrrha escogida exhalé suave olor; y llene mi habitación de odoríferos perfumes, como de estoraque, de gálbano, de ónique y de lágrima de myrrha, y de incienso virgen; y mi fragancia es como la del bálsamo sin mezcla. Yo extendí mis ramas como el terebinto, y mis ramas llenas están de majestad y hermosura. Yo como la vid brote pimpollos de suave olor, y mis flores dan frutos de gloria y de riqueza.

Yo soy la  madre del bello amor, y del temor, y de la ciencia de la salud, y de la santa esperanza. En mí, esta todo la gracia para reconocer el camino de la verdad: en mí toda esperanza de vida y de virtud. Venid a mi todos los que os halléis presos de mi amor y saciados de mis dulces frutos. Porque mi espíritu es más dulce que la miel y más suave que el panal de miel mi herencia. Se hará memoria de mí en toda la serie de los siglos. Los que de mi comen, tiene siempre hambre de mí, y tienen siempre sed los que de mi beben, jamás se empalagan. El que me escucha jamás tendrá que avergonzarse, y aquellos que se guían por mí, no pecaran. Los que me esclarecen obtendrán la vida eterna.

Todas esas cosas contienen el libro de la vida, que es el testamento de la vida, y la doctrina de la verdad. Moyses intimó la ley de la justicia, dejándola en herencia a la casa de Jacob con las promesas hechas a Israel.
Dios prometió  a su siervo David, que había de hacer nacer de él, o de su linaje, al rey fortísimo, que se sentaría sobre un trono de gloria para siempre; el cual rebosa en sabiduría, como el agua de Phison y el Tigris en la estación de los nuevos frutos.  Ella lo inunda todo de inteligencia, como el Euphrates, y crece más y más como el Jordán en el tiempo de la siega: ella derrama la ciencia como la luz, e inunda como el Gehon en la estación de la vendimia. El   hijo de Dios, es el primero o único que la ha conocido perfectamente, y otro que sea menos fuerte o inferior, no la comprende. Porque son más vastos que el mar sus pensamientos, y sus consejos más profundos que el grande abismo. Yo la sabiduría derrame ríos de agua viva y celestial. Yo como canal de agua inmensa, derribada del rio, y como acequia sacada el rio y como un acueducto salí del paraíso. Yo dije: regaré los plantíos de mi huerto, y hartaré de agua los frutos de mi prado; y he aquí que mi canal ha salido de madre y mi rio se iguala a un mar. Porque la luz de mi doctrina, con que ilumino a todos es como la luz de la aurora, y seguiré esparciéndola hasta los remotos tiempos. Penetraré todas las partes más ondas de la tierra, y echaré una mirada sobre todos los que duermen para juzgarlos: e iluminaré a todos los que esperan en el Señor. Yo proseguiré la doctrina como profecía y la dejaré a aquellos que buscan la sabiduría, y no cesaré de anunciarla a toda su descendencia hasta el siglo venidero o eternidad santa. Observad como yo no he trabajado solo para mí, sino para todos aquellos que andan en busca de la verdad.



El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en este CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA

JJ = J2


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