15 de FEBRERO
DEL 2014
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DE PROVERBIOS
PARTE IV
DEL LIBRO DE DIOS "PROVERBIOS"
Hoy el
señor también está contigo, lee estas líneas, medítalas profundamente, aplícalas
a tu trabajo diario y compártela con tus amigos y estudiantes. Estas son
palabras sabias y recuerda que hoy más que nunca el mundo y tus estudiantes
necesitan de tu reflexión. .
Del fiador, del perezoso, del apóstata. De
siete vicios que aborrece Dios, y de la mujer.
Hijo mío, si incautamente saliste por fiador
de tu amigo, y has ligado tu mano con un extraño, tu te has enlazado mediante
las palabras de tu boca, y ellas has
sido el lazo en que has quedado preso. Haz pues, hijo mío, lo que te digo, y líbrate a ti mismo, ya que
has caído en manos de tu prójimo: corre de una a otra parte; apresúrate,
despierta a tu amigo, no concedas sueño
a tus ojos, ni dejes que se cierren tus párpados.
Sálvate como el gamo que escapa de la trampa,
y como el pájaro de las manos del cazador.
Anda, oh perezoso, ve a la hormiga, y
considera su obra, y aprende a ser sabio. Ella sin tener guía, ni maestro, ni
caudillo, se provee de alimento durante el verano y recoge su comida al tiempo
de la siega. Hasta cuándo has de dormir tú, oh perezoso? Cuándo despertarás de
tu sueño?
Tú dormirás un poquito, otro poquito
dormitarás, otro cruzarás tus manos para dormir; y he aquí que vendrá sobre ti
la indigencia como un asaltador de camino, y la pobreza como un hombre armado.
Al contrario si fueres diligente, tus cosechas serán como un manantial perenne,
y huirá lejos de tí la miseria.
El hombre apóstata es un hombre
perniciosísimo, no habla más que iniquidades. Guiña los ojos, hace señas con el
pié, habla con los dedos, maquina el mal en su depravado corazón y en todo
tiempo siembra discordia. De repente le vendrá a éste su perdición y
súbitamente quedará hecho añicos, sin que tenga ya remedio.
Seis son las cosas que abomina el señor, y
otra además le es detestable. Los ojos
altaneros, la lengua mentirosa, las manos que derraman la sangre inocente, el corazón
que maquina perversos designios, los pies ligeros para correr al mal, el
testigo falso que forja embustes y el que siembra discordia entre sus hermanos.
Observa,
hijo mío, los preceptos de tu padre, y no abandones la ley o los
documentos de tu madre. Tenlos siempre grabados en tu corazón, y sírvante como de collar precioso. Cuando caminares vayan
contigo, que te guarden cuando durmieres y al despertar consérvalos. Pues el
mandamiento de tu padre es a manera de antorcha, y la ley o instrucciones de tu
madre como una luz, y la corrección que conserva a los jóvenes en la
disciplina, es el camino de la vida. Para que te libren de la mala mujer, y del
lenguaje zalamero de la extraña. No codicie
tu corazón la hermosura de estas, ni ten cautiven sus miradas; porque el
precio de la meretriz apenas es el
precio del pan. Más ese mujer adúltera,
cautiva la preciosa alma del hombre. Por ventura puede un hombre esconder el
fuego en su seno, sin que ardan sus vestidos? O andar sobre las ascuas, sin
quemarse las palmas de los pies? Así el que se llega a la mujer ajena,
tocándola quedará manchado. No es tan gran culpa que uno hurte, pues que huerta
para saciar su hambre.
Con todo eso, si le cogen, lo pagará con las
setenas, y tendrá que dar todos los haberes de su casa. Pero el adultero
acarrea con su insensatez la perdición a
su alma. Va acumulando para sí oprobios e ignominias y jamás se borrará su
infamia. Porque los celos y el furor del marido no le perdonarán buscando
coyuntura de venganza: ni se aplicará por súplicas de nadie, ni aceptará en satisfacción
dones, por muchos que sean.
Que el señor os de una feliz semana.
.
JJ = J2
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