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Cómo callar a un salón de clases
¿Sueñas con tener un salón de clases callado y apacible? ¿Con estudiantes que trabajan en silencio, a los que no tienes que regañar constantemente para que recuerden no hacer alboroto? Entonces esta guía es la indicada para ti.
Pasos 1
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Conviértelo en un juego. Funciona especialmente con alumnos de primaria: si juegas al “Juego del Silencio” con ellos se calmarán enseguida. Dales unos últimos segundos para terminar la plática y hacer todo el ruido que quieran, y entonces comienza el juego: resistir todo el tiempo que sea posible sin hablar. Si quieres, puedes poner un cronómetro con alarma o decirles que esperas que logren estar callados cinco minutos, y volver a empezar la cuenta si no lo hacen. Cuando los alumnos no estén cooperando, puede ayudar ofrecer un premio o recompensa para el que guarde silencio durante más tiempo.
- 2 Pon algo de música, pero sólo si están callados. Dependiendo de la música que elijas, esta técnica también puede funcionar para alumnos de secundaria. Dile a tus alumnos que encenderás la radio, o un reproductor de música en CD o formato MP3, pero quitarás el volumen si ellos comienzan a hablar. Debes elegir canciones que sean adecuadas para las diferentes edades: sólo si realmente quieren escuchar música funcionará esta dinámica.
- 3 Apaga las luces. Si el ruido es demasiado fuerte en el salón y nadie te está haciendo caso, puedes presionar el interruptor de la luz para encenderlas y apagarlas varias veces. Cuando hayas llamado su atención de esta manera, puedes comunicarles tus instrucciones.
- 4 Gasta su tiempo. Diles que cada vez que su alboroto te impida dar clase, están haciéndote perder el tiempo, y tú les harás perder el suyo. Cuando el ruido se eleva tanto que interrumpe la clase, voltea a ver a tu reloj y cuenta los minutos que transcurran hasta que guarden silencio:diles que tendrán que reponer esos minutos con su tiempo de recreo. En lugar de mirar el reloj, puedes sólo anotar líneas pequeñas en una esquina del pizarrón, que representen minutos de recreo, y colocar una línea cada que se hagan acreedores a perder un minuto.
- 5 Levanta tu mano. En la mayoría de los salones de clases de alumnos pequeños, los estudiantes reaccionarán si el maestro levanta su mano en todo la alto para llamar su atención. Como incentivo, puedes regalar estampas o dibujos a los alumnos que guarden silencio en menos de 5 segundos después de que hayas levantado tu mano.
- 6 Haz un poco de ruido. Otro recurso para conseguir la atención de los alumnos es hacerlos notar un ruido distintivo, como una campana o un silbato. Los estudiantes deben guardar silencio inmediatamente después de escuchar el ruido. Esto evitará que gastes tu voz gritando instrucciones inútiles.
- 7 Hazlos levantar sus manos. Cuando logres apaciguar un poco al grupo, puedes decirles: “los que me estén escuchando levanten sus manos hasta arriba”. Esto te permitirá estar seguro de que los alumnos te prestan atención, creará entre ellos la conciencia para hacerlo si ven a otros compañeros con las manos levantadas, y evitará que se distraigan con lápices, gomas o juguetes. Cuando identifiques a alguien que no te esté prestando atención, podrás llamarlo por su nombre y pedirle que cambie su actitud.
- Usa un sistema de puntos para recompensarlos. Algunos maestros llevan a su salón un frasco grande para colocar en él canicas o pequeñas esferas de colores cada vez que un alumno haga algo bien, y sacar unas cuantas en cada ocasión en que un estudiante no se comporte o el grupo en general esté haciendo ruido. También puedes sacar una a la vez por cada minuto que tarden en guardar silencio. Cuando logren llenar el frasco, es momento de darles una recompensa: dejarlos ir a la escuela vestidos como quieran, o ponerles una película en clase, o llevarlos a una excursión.
- 9 Bate tus palmas. Aplaude con tus manos creando un patrón, y pídele a tus alumnos que intenten replicarlo. Continúa haciéndolo hasta tener la atención de todos. Esta es una gran idea para estudiantes de primaria, pero puede funcionar en algunos salones de secundaria si la utilizas muy de vez en cuando (si lo conviertes en un recurso frecuente pensarás que los tratas como niños pequeños).
- 10 Recompénsalos por grupos. Divide al salón en pequeños grupos, dales una tarea específica y diles que el grupo callado durante mayor tiempo ganará un punto (asegúrate de registrar las puntuaciones en una tabla grande y visible sobre una pared del salón). También podrías probar a darles un punto por cada minuto que permanezcan en silencio. Así los grupos intentarán cada día durar más tiempo sin hacer ruido, y los niños son bastante competitivos: influirán sobre sus compañeros para mantenerlos callados e intentar que su grupo tome la delantera. Al final del mes, recuerda darle una buena recompensa al grupo que hay obtenido más puntos.
- 11 Siempre mantén la calma y no grites. Si logras comunicar tus instrucciones de guardar silencio con una voz amable pero firme, los alumnos seguirán tu ejemplo e intentarán mostrar un comportamiento igual de ecuánime. Cuando detectan un ambiente de calma en el salón, los estudiantes se sienten inclinados a mantenerlo.
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