Curso de La
Autoestima - Psicología
LECCIÓN: 17
FACTORES EN EL DESARROLLO DE LA
AUTOESTIMA
Autoestima para
Padres
Los padres somos el modelo de adulto al cual se refieren en primer
lugar nuestros hijos cuando toman sus primeras decisiones sobre cómo ser y cómo
actuar en la vida.
Nosotros somos también la primera fuente de información para
nuestros hijos sobre su propia valía e importancia, sobre lo que es bueno y es
malo y sobre lo que pueden y no pueden ser y hacer. Según seamos y actuemos
nosotros, así aprenderán nuestros hijos a actuar y a reaccionar ya desde la
primera infancia e incluso desde el vientre materno.
Como padres, podemos empezar a preguntarnos: “¿Quiero de veras
que mis hijos sean felices, tengan éxito y relaciones más sanas y más
satisfactorias que las que yo he tenido?”. Si lo quiero y quiero lo mejor para
mis hijos ¿Por qué no buscar en mí mismo la fuente de esta paternidad sana,
positiva, efectiva y motivante que quiero transmitirles?
Debo aprender a expresar mis sentimientos y mis emociones, en
lugar de dejarme atrapar por la frustración y el resentimiento. No tengo por
qué rechazar o controlar mis estadios emocionales sean cuales sean, sino
únicamente aceptarlos y darles espacio para que se vayan integrando, aclarando
y modificando en un proceso vivencial y natural de maduración.
El camino del autocrecimiento es sencillo, pero no fácil;
significa un trabajo sin límites. Es una tarea para toda la vida, pero los
resultados bien merecen todo el esfuerzo que se le dedique. Es posible que cada
dos pasos dados en el camino emprendido, retrocedamos uno, aunque no queramos.
Tenemos que darnos cuenta que agobiarnos por ello no sirve de
nada. Es mucho más efectivo apreciar mi avance, sea cual sea, pese a las
posibles recaídas en pensamientos, acciones y reacciones negativas y en los
contextos inesperados.
Para poder criar hijos con unas determinadas actitudes positivas
hacia sí mismos, hacia los demás y hacia la vida en general, los padres tenemos
que motivarnos a reconocer y activar estas actitudes en nosotros mismos.
El primer paso es preguntarnos ¿Puedo yo hacer algo para
facilitar el desarrollo de la educación y de la formación de la personalidad de
mi hijo, de forma que pueda ser una persona auto-realizada en su vida?, ¿Qué es
lo que puedo hacer?, ¿Puedo conseguirlo si antes no entro yo en una dinámica de
crecimiento y de cambio?
Debemos hacer una declaración de fe en nosotros y en nuestros
hijos, y generar un compromiso de acción. Entrar en una dinámica vivencial y de
relación efectiva y motivadora.
Tenemos que modificar nuestra propia pauta de comportamiento y
de relación en familia y fuera de ella. Según decía Waldo Emerson, nuestro
comportamiento hace tanto ruido que no nos deja oír las palabras que lo
acompañan.
Desarrollo de la autoestima de los padres a través de un trabajo personal:
• Romper esquemas
Darnos permiso a romper esquemas tradicionales con nosotros
mismos y los demás; todos tenemos la posibilidad de mejorar nuestra forma de
vivir y relacionarnos, dirige tu vida hacia el cambio y hacia metas cada día
más satisfactorias.
• Estamos cambiando
Yo no soy hoy lo que era ayer, ni soy a las 5 de tarde lo que
era a las 4, las experiencias me han modificado, tomar en nuestras manos el
cambio de la vida diaria, nuestras actitudes, relaciones, comportamientos y
resultados vivenciales: Autoconocernos, asumir nuestra propia responsabilidad,
convencernos de que podemos ser directores efectivos y competentes del barco de
nuestra vida.
Abriendo nuestro cambio creamos automáticamente la oportunidad a
nuestros hijos de ser ellos mismos los responsables de su propia vida, y actuar
de forma efectiva para cambiar hábitos, actitudes y comportamientos.
• Mecanismos de
supervivencia
Protección y defensa destinada a evitar o reducir las penas y
las dificultades causadas por nuestro entorno. Debemos cuidar y aprender a
manejar los mecanismos de supervivencia básicos no satisfactorios como los de
rebeldía, victimismo, adulación, afectos forzados para complacer a los demás,
quejarse, callar, llorar, no llorar, no permitir exteriorizar emociones y
sentimientos, reconocer y dar muestras de fragilidad, miedos, resentimientos,
debilidad o dar gritos para intimidar a los demás.
• Amarse a sí mismo
La mayor parte de las personas nos queremos y apreciamos, pero
si te preguntan las razones concretas de por qué te aprecias o quieres, se hace
difícil contestar de una forma clara. Se nos ha enseñado a combatir el orgullo
y la soberbia, y no nos alabamos a nosotros mismos, la meta es neutralizar y
desactivar el condicionamiento que nos impide, en pos de la modestia, reconocer
y desarrollar la propia identidad y esencia divina sea cual sea la forma como
la imaginemos.
• Aceptación de sí mismo
Como somos, con honestidad y sin sentidos de culpa, vergüenza,
insuficiencia, falso orgullo, soberbia o frustración. Para aceptarse es
necesario conocerse, mirar al pasado en clave de presente con vistas a inventar
un futuro más satisfactorio. A menudo hacemos cosas y tenemos emociones que
conscientemente consideramos sin sentido, reaccionamos desde un aspecto de
ansiedad o de malestar, nos encontramos a disgusto con nosotros mismos y con
nuestra forma de actuar y de pensar.
Nuestro "niño interior" reacciona y se rebela contra
la perspectiva del adulto que quiere crecer y desarrollarse.
En caso de querer apreciar nuestra valía e importancia, nuestro
yo consciente pretende que el aprecio ya existe, sin embargo en el momento de
actuar, se encuentra con el bloqueo de su propio mecanismo de supervivencia
anterior. Así se dan casos de personas muy efectivas en su trabajo y que son
completamente negativas cuando se trata de relaciones familiares, donde sus
actitudes son completamente distintas.
• Pensamiento creativo
Creencias positivas, reconocer oportunidades para crearnos
contextos para salir de nuestras limitaciones y condicionamientos. Si pienso
que no puedo, mi pensamiento creativo de búsqueda de soluciones, creación de
fórmulas, activación de la voluntad y de una motivación suficiente, no sólo no
se activa, sino que tampoco se manifiesta. En su lugar se pone en marcha un
pensamiento creativo de carácter negativo, que es el que hace que me convenza
de que no puedo y continúe en el mismo espacio insatisfactorio en que me encontraba.
No estamos acostumbrados a considerarnos como la causa de
nuestra vida, factor que nos impide utilizar todas las energías en la
consecución de lo que queremos conseguir. Empezamos a pensar qué, por qué o
cómo. Racionalizamos pros y contras, nos embargan las dudas y acabamos por no
intentar y no conseguir nada.
• Interpretación del
presente sobre la base del pasado
Resaltar la importancia de vivir en el aquí y en el ahora, y no
instalados en el pasado o ansiosos del futuro y del porvenir. Estamos influenciados
pero no condicionados por el pasado. Sumergirnos en los recuerdos del pasado o
en los sueños del futuro, nos gasta y desgasta la felicidad del momento.
Podemos hacer una acción de reinterpretación del pasado desde el
espacio anímico experiencial en que nos encontramos, poniendo las raíces para
el futuro. Hacer una reinterpretación del pasado desde nuestra situación
actual, en lugar de ignorarlo con bloqueos de recuerdos lastimosos, nos sirve
para desactivar desde nuestra perspectiva actual los posibles eventos negativos
del pasado.
La acción de restauración o de reconstrucción de los hechos para
revisar nuestra situación presente nos sirve para motivarnos a la acción de
creación de un presente o futuro tal y como queremos que sea, en lugar de ir a remolque
de una realidad que ni nos satisface ni nos motiva.
• Asunción de la propia
personalidad
Ser responsables de nuestra vida por nuestras acciones,
interpretaciones, reacciones y actitudes. Nuestra primera responsabilidad es
aclararnos cuáles son nuestros valores, cuáles nos sirven y cuáles son un
obstáculo en la presente situación.
Hacer un balance al respecto, y desde ahí empezar partiendo del
ajuste y cierre de procesos anteriores, es una de las acciones básicas de
nuestro autocrecimiento. No se habla de borrón y cuenta nueva, sino de claridad
de cuentas, de pagos de deudas, de cobro de facturas y revisión de direcciones.
Lo re-evalúo desde un hecho cierto: soy un ser humano auto-realizante y me doy
cuenta de que todo tiene un valor mucho mayor cuando lo sitúo en un contexto
positivo.
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