¿Cómo puedo motivar a mis alumnos?
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Nunca tires la toalla con los alumnos desmotivados: aquí tienes 6 recomendaciones para volver a hacer tus clases interesantes
Cada 20 minutos de lección, asigna unos ejercicios rápidos para afianzar conocimientos
La participación, el humor y los ejercicios escritos son elementos importantes para triunfar con tus clases.
- Una cantidad excesiva de deberes puede hacer que los estudiantes pierdan la motivación y el tiempo.
- Los alumnos más conflictivos en ocasiones solo se sienten frustrados y necesitan que los animes a esforzarse.
Uno de los mayores retos al que se enfrentan los profesores es el de motivar a los estudiantes. Los alumnos que no prestan atención, que no se esfuerzan y que distraen a los demás son una constante difícil de resolver. Esta situación puede ser muy frustrante para los educadores, sobre todo cuando los intentos de motivarles caen en saco roto.
Está claro que la solución no es dejarlo pasar ni tirar la toalla con los estudiantes desmotivados. Parte fundamental del proceso de enseñanza es hacer que los alumnos se interesen por la asignatura. Los niños que no atienden en clase necesitan que los profesores crean en ellos y que los animen a aprender.
A continuación te proponemos seis ideas para motivar a tus estudiantes.
Aprender tiene que ser divertido
No es necesario que todo sea interactivo o digital. Si bien las nuevas tecnologías ayudan a que las clases sean más amenas para los niños, en ocasiones basta con ponerle pasión a lo que enseñas. Si estás desganado, tus alumnos lo notarán y no prestarán atención.
Añade historias y anécdotas divertidas a tus lecciones, observa cómo reaccionan, escúchalos. Adapta tus clases a lo que más disfrutan. Pero sobre todo felicítalos siempre por el trabajo bien hecho. Los estudiantes disfrutan de las clases cuando sienten que están teniendo éxito.
No todo es hablar
¿Eres de los profesores que se pasan una hora hablando? Nuestra capacidad de atención se agota cada 20 minutos, por lo que este no es el método más adecuado. Cada 20 minutos de lección, asigna unos ejercicios rápidos donde los estudiantes tengan que responder a cuestionadas relacionadas con lo que acabas de explicar. Escribir es una herramienta poderosa para el aprendizaje, úsala. Les ayudará a afianzar conocimientos y los motivará a estar atentos.
La participación es fundamental
Cuando los alumnos leen en voz alta un texto, prestan atención y aprenden más. Además, los mantiene despiertos porque nunca saben a quién le va a tocar leer a continuación. Aunque se trata de una técnica muy tradicional, no deja de ser eficaz hoy día.
Más deberes no significan más aprendizaje
Controla la cantidad de deberes que mandas a tus alumnos, ya que, cuanto más ejercicios, menor será la calidad y la atención que les prestan. Ten en mente que los demás profesores también les asignan deberes para casa, lo cual puede reducir considerablemente el tiempo de ocio y familiar de los estudiantes. No te preocupes tanto por la cantidad como por lo que van a aprender con los deberes. Si la lección es valiosa y se puede completar en poco tiempo, se sentirán mucho más motivados.
Anima y apoya
Las palabras pueden ser muy poderosas para motivar a los niños que se sienten frustrados por su mal rendimiento. Incluso si sacan malas notas, no olvides lo importante que es felicitar por un ejercicio bien hecho. Poco a poco se sentirán más motivados para superarse a sí mismos. Para eso tienes que creer en el potencial de los alumnos que no consiguen seguir el ritmo del resto de la clase.
Habla con ellos
Cuando el problema es muy grave y no consigues resolverlo de ninguna forma, habla con ellos. Procura entender por qué no les interesa la materia, qué partes de la clase les aburren y cuáles les parecen más motivadoras. Pregúntales cómo cambiaría la clase y te harás una mejor idea de cómo enfocar tus lecciones. Si aun así no logras resultados, tocará la difícil tarea de hablar con los padres.
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