RECOMENDACIONES PARA EL TRABAJO
DOCENTE EN EL PRIMER DÍA DE CLASE.
La
docencia, en cualquier nivel y para que sea de alta calidad, entraña la
necesidad y obligación de estar informado y actualizado e indagar críticamente
nuevos conocimientos; exige plantear problemas y buscar soluciones, proponiendo
para ello un método de trabajo que, indudablemente, sea profesional y
constituya para el estudiante una propuesta para que en el futuro pueda
enfrentar otros problemas; es decir, la práctica docente en todo momento debe
mover a la reflexión.
De
esta forma, la docencia contiene en sí misma los deberes de la investigación y
la difusión. De ninguna manera la docencia puede resultar del mero deseo de
difundir acríticamente lo que otros investigan, como si los productos de la
investigación fueran saberes absolutos y acabados. Para que la docencia ocupe
el lugar que le corresponde y que en otros tiempos asumió sin discusión tenemos
que reconocer que implica un esfuerzo doble: por un lado, aceptar el papel de
profesionista conocedor y actualizado en su campo de estudio, tanto teórica
como prácticamente, y, por el otro, asumir con plenitud la actividad docente
como otra carrera más, con compromisos y exigencias diferentes de la primera:
compromisos y exigencias que, en todo caso, se suman a los de la profesión
originaria. El trabajo docente es sin duda alguna de gran importancia para
transformación social.
Estimado
profesor, no olvidemos que el ejercicio diario en las aulas es donde empieza
realmente la transformación de cualquier sociedad. Sometemos a tu consideración
17 recomendaciones que pueden contribuir al Trabajo Educativo en el aula.
Esperamos que te sean útiles:
1. Desde un inicio de clase, date a conocer
como persona: NO solamente tus generales, sino también tus gustos, intereses y
necesidades. Recuerda que tú también eres un ser humano.
2.
Haz que tus alumnos realicen una presentación individual, el primer día de
clase. Inclúyete ente los que se presentan. Recuerda estimado maestro, que tú
también eres un ser humano, no eres más ni menos que los otros. Aprovecha esta
oportunidad para conocer acerca de sus patrones, intereses, motivaciones
profesionales.
3.
Trata por todos los medios disponibles de memorizar sus nombres. Mientras más
pronto mejor.
4.
Cuando llegues al aula, hazlo con la mejor de tus sonrisas. Demuestra que para
ti, el trabajo docente es motivo de alegría, que lo que haces te apasiona
realmente y que esa, materia, la tuya es la mejor.
5. Nunca dejes que tus problemas personales
interfieran en el buen desarrollo de la clase.
6. En
los recesos, sal a los pasillos y confraterniza con ellos. Trata de utilizar un
lenguaje sencillo para que la comunicación sea viable.
7.
Déjalos que se expresen libremente: Nunca mutiles sus ideas; si se equivocan,
utiliza la fuerza del grupo más que la tuya, para convencerlo de sus errores.
8. El
colectivismo, la solidaridad y el compañerismo, se forman trabajando en
colectivo. El uso de técnicas de trabajo en grupo, te pueden ayudar mucho en
ello.
9.
Desarrolla en ellos la confianza hacia ti, como persona experimentada que los
puede ayudar o aconsejar. El autoritarismo sólo conduce a un gran abismo en las
relaciones alumno-profesor.
10.
Nunca los humilles en grupo ni les digas que son tontos. Si tienes
observaciones al respecto, coméntalo en privado y de manera individual. Pon en práctica
el dialogo igualitario.
11. Utiliza
los recursos que te brinda tu materia, para proporcionarles elementos de
cultura y valores universales.
12.
Nunca veas el proceso docente como patrimonio exclusivamente tuyo. Ellos
aprenden de ti, pero debes estar dispuesto a aprender de ellos también.
13.
La educación es una actividad de hondo carácter humano. No la deshumanices
tratando de colocarte en un nivel superior sobre el alumno.
14.
Trata de estar al tanto de cualquier problema personal o familiar que pueda
afectarlos y ofréceles tu ayuda desinteresadamente.
15.
Nunca les prometas algo que no puedas cumplir. Sé puntual y cumple con las
actividades que se programan.
16.
Nunca les impongas nada. Negocia con ellos cualquier tarea o actividad que
deben realizar y pídeles opinión. Habla siempre en términos de
"propuesta" y no de "orden determinante".
17.
Nunca les dejes trabajo que no les vas a revisar. Y deja en claro las reglas de
trabajo, respeto y comportamiento en clase y cómo vas a calificar.
18.
Cuida tu vocabulario e imagen personal. No olvides que somos su
"espejo".
Estas
recomendaciones no constituyen una "receta mágica". Trata de
llevarlas a cabo imprimiéndoles tu sello tu sello personal, tus vivencias, tus
experiencias. Verás que al cabo del tiempo, el resultado será el compromiso, y
entonces sentirás que realmente has educado.
Para
terminar, queremos citar un fragmento del Manifiesto de Córdoba (1918). Como
sabes, este documento fue creado por los estudiantes de la universidad de esa
ciudad, que fueron protagonistas de una rebelión contra el autoritarismo de los
profesores: "Si no existe una
vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es
hostil y por consiguiente, infecunda" Ricardo García Jiménez
Universidad Tecnológica de la Mixteca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario