CARTA AL PADRE Y
OTROS ESCRITOS
DE: FRANZ KAFKA
Este cortísimo libro
puede ser leído de tres maneras distintas como mínimo: Como como si tu fueras
el personaje central hij@, como padre o madre o como docente.
A todos mis
amigos y compañeros docentes que buscan en
la literatura nuevos elementos pedagógicos para perfeccionarse como docentes y
como mejores seres humanos. Quedaras realmente impresionado de lo que puedes
aprender en la reflexión.
….Eso era un
estímulo que duraba un instante, y fuera de eso, nada; pero en el otro lado, tu
peso empujaba cada vez con más fuerza hacia abajo. Nunca aprobaré el primer
grado de la escuela elemental, pensaba yo, pero aprobé, hasta me dieron un
premio; pero el examen de ingreso en el instituto, ése no lo pasaré, pero lo
pasé; pero ahora me suspenden seguro en primero de bachillerato, no, no me
suspendieron, y así fui aprobando un curso tras otro.
Aquello, sin
embargo, no me infundía la menor seguridad, al contrario, siempre estaba
Convencido, de que cuanto más fuese consiguiendo, tanto
peor iba a resultar todo al final.
…..Vivir con
tales ideas no es fácil para un niño. En esas condiciones, ¿qué me importaban
las clases? ¿Quién era capaz de hacerme sentir un mínimo de interés por nada?
Las clases me interesaban -y no sólo las clases sino todo lo que me rodeaba en aquellos
años decisivos- más o menos como le pueden interesar a un estafador de banco, que
todavía está en su puesto y tiembla de que le descubran, las pequeñas
operaciones bancarias que tiene que seguir realizando a diario en su calidad de
empleado del banco.
Tan pequeño, tan lejano
era todo en comparación con lo esencial.
¿Cuál era mi
preparación? La peor que se pueda imaginar. Se deduce ya de lo dicho hasta
ahora. Pero en la medida en que el individuo se prepara directamente a ello y
hay una creación directa de las condiciones generales básicas, tú no
interviniste gran cosa desde fuera.
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