26 DE
MARZO DEL 2017
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO
CAPITULO LX
DEL LIBRO DE DIOS "LIBRO DEL ECLESIÁSTICO CAP. LX– 50"
Elogios de Simón, sumo sacerdote. Son vituperados los idumeos,
los Philisthéos, y los Samaritanos.
Simón, hijo de Onías, sumo sacerdote, durante su vida levanto de
nuevo la casa del Señor, y en sus tiempos fue el restaurador del templo. Por él
fue también fue fundada o levantada la altura del templo, el edificio doble o
de dos altos, y los altos muros del templo. En sus días se renovaron los
manantiales de las aguas en los pozos, los cuales se llenaron sobre manera como
un mar.
Este cuido bien de su pueblo, y le libro de
la perdición. Consiguió engrandecer la ciudad, y se granjeo gloria, viviendo
sencillamente en medio de la nación; y ensancho la entrada del templo y atrio
del Señor. Como el lucero de la mañana entre tinieblas, y como resplandece la
luna en tiempo de su plenitud. Y como sol refulgente, así brilla él en el
templo de Dios. Como arco iris, que resplandece en las trasparentes nubes, y
como la flor de la rosa en tiempos de primavera, y como las azucenas junto
a la corriente de las aguas, y como el árbol
del incienso que despide fragancia en tiempos del estío. Como luciente llama y
como incienso encendido en el fuego: Como un vaso de oro macizo, guarnecido de
toda suerte de piedras preciosas. Como el olivo que retoña y como el ciprés que descuella por su altura;
tal parecía el pontífice simón cuando se ponía el manto glorioso, y revestía de
todos los ornamentos de su dignidad. Cuando subía al altar Santo hacia honor a
las vestiduras sagradas. Y asimismo cuando recibía de las manos de los
sacerdotes una parte de la hostia u ofrenda, estando él en pie junto al altar,
circuido del coro de sus hermanos, y a la manera de un alto cedro entre
pequeños árboles sobre el monte Líbano. Como una hermosa palmera cerca de sus
renuevos y racimos, así estaban alrededor suyo todos los hijos de Aarón en su
magnificencia. Los cuales tenían en sus manos la oblación que había de ofrecerse
al Señor en presencia de toda la congregación de Israel; y él consumando el
sacrificio, para hacer más solemne la ofrenda al Rey Altísimo, extendía la mano
para hacer la libación, y derramaba la sangre o el vino de la uva. Esparciéndole
al pie del altar en olor suavísimo al Altísimo Príncipe. Entonces los hijos de
Aarón alzaban sus voces, empezaban a tocar las trompetas hechas a martillo, y hacían
sentir un gran concierto para renovar a Dios la memoria de su alianza. Así mismo
todo el pueblo, a una, se postraban de repente sobre su rostro en tierra para
adorar al Señor Dios suyo, y ofrecer sus plegarias al Altísimo Dios omnipotente. Y alzaban
sus voces los cantores: con lo cual se acrecentaba en aquella gran Casa de Dios
el sonido de una suave melodía. Y presentaba el pueblo sus preces al Señor Altísimo,
hasta que quedaba terminado el culto de Dios, y acabadas las sagradas
funciones. Entonces el sumo sacerdote, bajando del altar, extendía sus manos hacia toda la congregación de los hijos
de Israel, para dar gloria a Dios con sus labios, y celebrar su santo nombre. Y
segunda vez repetía su oración, deseoso de hacer conocer el poder de Dios.
Y ahora vosotros rogad al Dios Señor de
todo lo creado, que ha hecho cosas grandes en toda la tierra, que ha conservado
nuestras vidas desde el sueño de nuestras madres; y que nos ha tratado siempre según
su misericordia; orad, digo, para que nos dé el contentamiento del corazón, y
que reine la paz en Israel en nuestros días y para siempre. Con lo cual crea
Israel que la misericordia de Dios está con nosotros en sus días, para
librarnos de todo mal. A dos naciones o gente tiene aversión mi alma por su
impiedad; y la tercera que aborrezco no es gente: A los que habitan en la montaña
de Seir, y a los Philisthéos, y al pueblo insensato que mora en Sichem.
Estos son documentos de sabiduría y de
moralidad que dejó escrito en este libro Jesús, hijo de Sirach, ciudadano de Jerusalén:
el cual restauro en su pueblo la sabiduría, derramándola en su corazón. Bienaventurado
el que practica estos buenos consejos, y los estampa en su corazón. Este tal será
siempre sabio. Porque obrando así, será
bueno para todo; pues la luz de Dios guiara sus pasos.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelas con
tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para
reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y
tú estás en este CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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