12 DE
FEBRERO DEL 2017
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO
CAPITULO XLIV
DEL LIBRO DE DIOS "LIBRO DEL ECLESIÁSTICO CAP. XLIV– 44"
Elogio de los antiguos
justos, en particular de Henoch, Noé, Abraham y Jacob.
Alabemos a los varones ilustres, a nuestros
mayores, a quien debemos el ser. Mucha gloria redundó al Señor por su
magnificencia con ellos desde el principio del mundo. Gobernaron sus estados,
fueron hombres grandes en valor, y adornados de singular prudencia; y como
profetas que eran, hicieron conocer la dignidad del profeta. Gobernaron al
pueblo de su tiempo con la virtud de la prudencia, dando muy santas
instrucciones a sus súbditos. Con su habilidad inventaron tonos o conciertos
musicales, y compusieron los canticos de las escrituras. Hombres ricos en
virtudes, solícitos del decoro del Santuario, pacíficos en sus casas. Todos estos en sus tiempos alcanzaron gloria
y honraron su siglo. Los hijos que de ellos nacieron, dejaron un nombre que
hace recordar sus alabanzas. Más hubo alguno de los cuales no queda memoria,
que perecieron como si nunca hubieran existido, así ellos, como sus hijos; y aunque nacieron, fueron como
si no hubiesen nacido. Pero aquellos
fueron varones misericordiosos y caritativos, cuyas obras de piedad no han caído
en olvido. En su descendencia permanecerán sus bienes. Sus nietos son una sucesión
o pueblo santo, y su posteridad se mantuvo
constante en alianza con Dios. Y por el mérito suyo durará para siempre
su descendencia; nunca perecerán su
linaje y su gloria. Sepultados en paz fueron sus cuerpos; y vive su nombre por
todos los siglos. Celebren los pueblos su sabiduría, y repítanse sus alabanzas
en las asambleas sagradas.
Heoch agradó a Dios, y fue trasportado al paraíso
para predicar al fin del mundo a las naciones la penitencia. Noé fue hallado
perfectamente justo; y en el tiempo de la ira vino a ser instrumento de reconciliación.
Por eso fue dejado un resto de vivientes en la tierra cuando vino el diluvio. A
Noé fue hecha aquella promesa sempiterna, según la cual no pueden ser
destruidos por otro diluvio todos los mortales.
Abraham, aquel gran padre de muchas gentes,
que no tuvo semejante en la gloria, el cual guardó la Ley del Altísimo, y
estrecho con él alianza. La que ratifico con la circuncisión de su carne, y en
la tentación fue hallado fiel. Por eso juró el Señor darle gloria en su
descendencia, y que se multiplicaría su linaje como el polvo de la tierra. Y que
su posteridad seria ensalzado como las estrellas del cielo, y tendría por
herencia el continente de mar a mar, y desde el rio Euphrates hasta los términos
de la tierra.
Y del mismo modo se portó con Isaac, por
amor de Abraham su padre, a él le dio el Señor la bendición de todas las
naciones, y después confirmó su pacto o promesa sobre la cabeza de Jacob. Al cual reconoció y distinguió con sus
bendiciones, y le dio la herencia, repartiéndosela entre las doce tribus.
Y le concedió el que en su linaje hubiese siempre varones piadosos, que fuesen
amados de todas las gentes.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelas con
tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para
reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú
estás en este CAMINO. ¿Por qué
Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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