05 DE
FEBRERO DEL 2017
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DEL LIBRO DEL ECLESIÁSTICO
CAPITULO XLIII
DEL LIBRO DE DIOS "LIBRO DEL ECLESIÁSTICO CAP. XLIII– 43"
Prosigue el sabio haciendo memoria de las obras
maravillosas del Señor.
Hermosura del altísimo cielo es el
firmamento; la belleza del cielo es una muestra en que se ve la gloria del
Creador. El sol, al salir, anuncia con su presencia la luz admirable
instrumento, obra del excelso. Al hilo del medio día quema la tierra, ¿Y quién
es el que puede resistir de cara el ardor de sus rayos? Como quien mantiene la
fragua encendida para las labores que
piden fuego muy ardiente. El solo abraza tres veces más los montes los montes,
vibrando rayos de fuego, con cuyo resplandor deslumbra los ojos. Grande es el
Señor que lo creó, y de orden suya acelera su curso.
También la luna con todas sus mutaciones o
periodos indica sus los tiempos y señala los años. La luna señala los días festivos;
luminar, que luego que llega a su plenitud comienza a menguar, (de ella ha
tomado nombre el mes), crece maravillosamente hasta estar llena.
Un ejército de estrellas hay en las
alturas, el cual brilla gloriosamente en el firmamento del cielo. El resplandor
de las estrellas es la hermosura del cielo: El Señor es el que allá desde lo
alto ilumina al mundo. A una sola palabra del Santo están prontas a sus órdenes,
ni jamás se cansan de hacer de centinela.
Contempla el arco iris, y bendice al que le
hizo: es muy hermoso su resplandor: cine al cielo con el cerco glorioso de sus
vivos colores: las manos del Altísimo son las que le han formado. El Señor con su
mandato hacer venir con presteza la nieve, y despide con suma velocidad las
centellas, según sus decretos. Por eso abren sus tesoros, de donde vuelan las
nubes a manera de aves. Con su gran poder condensa las nubes, y lanza de ellas
piedras de granizo. A una mirada suya se conmueven los montes, y a su querer
sopla el Ábrego. La voz de su trueno conmueve la tierra: el huracán del norte,
y el remolino de los vientos, esparcen los copos de nieve, la cual desciende
como las aves que bajan para descansar
en el suelo, o como las langostas que se echan y cubren la tierra. Los ojos
admiran la belleza de su blancura, y las inundaciones que causa llenan de
espanto el corazón.
El Señor derrama como sal sobre la tierra
la escarcha, la cual en helándose se vuelve como puntas de abrojos. Al soplo
del frio del Cierzo se congela el agua en cristal; el cual cubre toda reunión de
aguas, y pone encima de ellas una como coraza de hielo, y devora los montes, y
quema los desiertos, y seca toda verdura como fuego. El remedio de todo esto es
una nube que comparezca como fuego: y un rocío que sobrevenga templando le hará
amansar o derretir.
A una palabra suya calman los vientos, y
con solo su querer sosiega el mar profundo; en medio del cual el Señor planto
varias islas. Que los que navegan el mar cuenten sus peligros. Y al escucharlos
nosotros con nuestros propios oídos, quedaremos atónitos. Allí hay obras grandes
y admirables: varios géneros de animales, y bestias de todas especies, y
criaturas monstruosas o enormes. Por Él fue prescrito a todas las cosas el fin
a que caminan, y con su mandato lo puso todo en orden.
Por mucho que digamos, nos quedara mucho
por decir: más la suma de cuanto se puede decir es: Que el mismo Dios está en
todas las cosas. Para darle gloria ¿Qué es lo que valemos nosotros? Pues siendo
Él Todopoderoso, es superior a todas sus obras. Terrible es el Señor y grande
sobremanera, y su poder es admirable. Glorificad al Señor cuando más pudieres,
que todavía quedará Él superior a vuestras alabanzas; siendo como es prodigioso
e incomparable su magnificencia. Bendecid al Señor, ensalzadle cuanto podáis;
porque superior es a toda alabanza. Para ensalzarle recoged todas vuestras
fuerzas; y no os canséis, que jamás llegareis al cabo. ¿Quién le ha visto a fin
de poderle descubrir?¿Y quién explicara su grandeza tal cual es ella ab eterno?
Muchas son sus obras que ignoramos, mayores que las ya dichas; pues es poco lo
que de sus obras sabemos. Pero todo lo hizo el Señor; y a los que viven
virtuosamente les da la sabiduría.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelas con
tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para
reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y
tú estás en este CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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