Curso de La
Autoestima - Psicología
LECCIÓN No
6
Cada que aprendemos algo para entender el comportamiento de nuestros niños o adolescentes y lo aplicamos, nos acercamos al camino de la perfección y somos mejores maestros. Acércate, atrévete a descubrir un niño con problema, comprometete con él, ayúdale y sentirás como te invade una felicidad de haber ayudado como maestro.
Formación de la Autoestima
Baja
Autoestima
La autoestima se va desarrollando a diario en los primeros años
de la vida de los niños y las niñas. Y entre los factores que producen una baja
autoestima podemos describir:
• La repetición constante del no: No hagas eso, no vengas tarde
y otros.
• La inconsistencia en las reglas de conducta: papa da una orden
y mamá da una orden contraria. Papá no me da permiso, pero mi mamá sí...
• Regaño con alto grado de enojo, malas palabras, cólera...
• Indiferencia de los padres, no sabe si está enfermo, si come,
por donde anda...
• Reglas familiares rígidas. ¡Quien no viene a las 12 sino
después, no almuerza en esta casa!
• Pérdidas importantes durante la infancia: papá, mamá y otros.
• El abuso físico o sexual: golpes, violaciones...
• Padre o madre con problemas de adicciones.
• Padre y madre sobreprotectores.
• Padre y madre muy consentidores.
• Comunicación de doble vínculo: es el mensaje con doble fondo,
una persona dice una cosa y actúa de otra forma diferente a la que dijo. Por
ejemplo: Le pide al niño que no mienta, y él miente.
•
Situaciones de estrés agudo o estrés post traumático pueden generar una baja
autoestima.
La baja autoestima de los niños
El ambiente familiar es el factor que más influye en la
autoestima infantil
Constantemente nuestra autoestima se
ve afectada por las experiencias y exigencias que recibimos del mundo exterior.
La sociedad exige que sigamos pautas de comportamiento estándar o sistemas de
elección y decisión parecidos o iguales que los de la mayoría. Y si no
cumplimos los requisitos exigidos, nuestra autoestima, aunque positiva, puede
verse mermada. Por esta razón, la construcción de una autoestima positiva debe
ser sólida en todos los momentos de la vida de un niño. Solamente así, él no se
sentirá inferior por si lleva un corte de pelo, que le guste, pero que no
agrada a los demás.
Consecuencias de una baja autoestima en los
niños
Una baja autoestima puede desarrollar en los niños
sentimientos como la angustia, el dolor, la indecisión, el desánimo,
la pereza, la vergüenza, y otros malestares. Por este motivo, el mantenimiento
de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento
de los niños. Dentro de cada uno de nosotros, existen sentimientos ocultos que
muchas veces no los percibimos.
Los malos sentimientos,
como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban
por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos pueden llevar a
una persona no solo a sufrir depresiones continuas,
como también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor,
crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva
envidia, miedos,
impotencia, hipersensibilidad y pesimismo, entre otros.
Falta de interés y valor propio en
la baja autoestima infantil
Una baja autoestima también
puede llevar a una persona a sentirse poco valorada y, en razón de eso, a estar
siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades
de los demás. Es posible que les vea como seres superiores y sienta que jamás
llegará a rendir como ellos. Esta postura le puede llevar a no tener objetivos,
a no ver sentido en nada, y a convencerse de que es incapaz de lograr cualquier
cosa que se proponga. Lo que le pasa es que no consigue comprender que todos
somos distintos y únicos, y que nadie es perfecto. Que todos nos equivocamos y
volvemos a empezar.
Estimular la autoestima de los
niños: el papel de la familia
Es dentro del ambiente familiar,
principal factor que influye en la autoestima, donde los niños van creciendo y
formando su personalidad. Lo que su
familia piensa de
él, es de fundamental importancia. Por eso, es
recomendable que a los padres no se les escapen los logros que conquistan sus
hijos. Si el bebé empieza a caminar, pero los mayores ven la situación como una
obligación y no como una conquista del bebé, la criatura no se sentirá
suficientemente estimulada para seguir esforzándose para conseguir otros
logros, para superarse.
Lo importante en todo el
proceso de crecimiento de nuestros hijos es que les demos la posibilidad de
ser, de sentirse bien con ellos mismos.
Que nuestro esfuerzo esté vinculado al afecto, al cariño,
a la observación, a valorar sus calidades y apoyarle cuando algo va mal. Y para
eso es necesario conocerles cada día, favoreciendo los encuentros, las
conversaciones y el contacto físico.
Baja autoestima en adolescentes
La
autoestima es el valor que nos otorgamos a nosotros mismos, es decir, cómo y
cuánto nos valoramos. Todos deberíamos tener una buena autoestima, es decir, un
buen concepto de nosotros mismos, pero no siempre ocurre así, y en los niños y
adolescentes, que tan inestables son por los cambios que les impone el
desarrollo, mucho más. Veamos cómo les afecta una baja autoestima y qué hacer
ante este problema.
La baja autoestima
Hoy
en día, en las sociedades desarrolladas, los niños y los adolescentes tienen
todas sus necesidades cubiertas, incluso, muchos, tienen de todo y más de la
cuenta. Sin embargo, cada vez existen mayor cantidad de niños y adolescentes
con problemas de depresión, problemas con el alcohol y las drogas, el bullying o acoso escolar, etc.
La
autoestima es la conciencia que tenemos de nosotros mismos y está relacionada
con nuestra propia aceptación. Cuando su nivel es bajo, o porque no se ha
desarrollado correctamente o porque se sufren “reveses”, somos vulnerables a
influencias tóxicas o reaccionamos de forma inadecuada.
La
comunicación familiar es el mejor arma para evitar estas influencias tóxicas;
el dedicar tiempo a educar y que este tiempo sea de calidad, sabiendo poner
límites cuando hay que ponerlos y reconocer sus logros, felicitándole por
ellos, es la forma más adecuada de procurarle una autoestima correcta.
Consecuencias
de una baja autoestima
Los
problemas de niños y adolescentes que pueden tener su origen en una baja
autoestima pueden ser:
– Agresividad y actitudes violentas.
– Depresión y tristeza.
– Ideas y tentativas de suicidio.
–
Síntomas de inferioridad e incapacidad.
–
Problemas con el alcohol y las drogas.
– Trastornos
de la conducta alimentaria como
la anorexia y la bulimia.
–
Consumismo y compras compulsivas.
– Timidez
extrema y
dificultades para la interacción social.
Los signos para sospechar una
baja autoestima en tu hijo
Los signos más
habituales de un niño y un adolescente con baja autoestima son los siguientes:
–
Suele usar frases como el “no puedo”, “no sé hacerlo”, “nunca lo aprenderé”,
etc.
–
Tiene sentimientos de impotencia, con lo que suele enfrentarse a los retos convencido
de que no los superará.
–
Se deja influir fácilmente, cambia de ideas y de conductas muy a menudo y en
función de con quién esté.
–
Evita todas aquellas situaciones que le pueden provocar algo de ansiedad.
–
Se queja de que los demás no le valoran.
–
Tiene pobreza de sentimientos y de emociones.
–
Se pone muy a menudo a la defensiva y se frustra con facilidad.
Qué podemos hacer por ayudarle
La
familia debe convertirse en su punto de apoyo principal, son etapas en las que
los padres debemos de volcarnos con los hijos y hacer todo lo posible por
elevar sus niveles de autoestima. Algunas de las claves más efectivas para
lograrlo son:
1.
Habrá que procurarle
oportunidades para que pueda lograr tener éxito. Una buena forma de elevar su
autoestima es que realice actividades en las que pueda tener éxito y pueda
comprobar lo capaz que es de realizarlas.
2.
Hay que hacerle
responsable de determinadas tareas familiares desde pequeño, es necesario que
se le impongan límites en su educación.
3.
Hay que ayudarle a
sentirse seguro y a confiar en sí mismo. Cuando desde pequeño se confía en él,
se le da responsabilidades, y se le da afecto y cariño, reconociéndole sus
logros, ayudamos a forjar una autoestima fuerte y adecuada.
4.
Tener una infinita
paciencia. En la adolescencia sobre todo, hay una tormenta emocional que afecta
a los hijos. Hay que hacer un esfuerzo extra por comprenderlos, y por tolerar
en cierto grado sus cambios emocionales y de conducta, igual que ocurre con las
rabietas infantiles.
5.
Mantener una
comunicación constante con el hijo, ayudará a contrarrestar el efecto de los
mensajes que le llegan a través de otros medios, a solucionar sus dudas e
incertidumbres, y a no tener que recurrir a otras fuentes para solucionar sus
problemas.
“El conocimiento es como la felicidad, no es
nada si no se comparte”
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