Curso gratis
de Técnicas de Estudio
Si sabemos guiar con paciencia a
nuestros estudiantes en el camino del
conocimiento obtendremos mejores resultados.
LECCIÓN: 3
Planificación
del Estudio
El éxito en los estudios depende en gran medida de una buena planificación.
Los estudiantes que destacan no son habitualmente los más inteligentes, sino aquellos que saben planificar su trabajo, aplican un buen método de estudio, están motivados y
tienen mucha confianza en sí mismo.
La planificación del estudio permite obtener mejores resultados y
hacer más llevaderos los estudios, evitando en gran medida los temidos momentos de agobio.
No es lo mismo llevar al día las asignaturas y en época de
exámenes dedicarse a repasar, que perder el tiempo durante el curso y cuando
llegan los exámenes tratar de hacer lo que no se ha hecho antes, con jornadas
de estudio maratonianas, agotadoras, con una enorme ansiedad y con muchas
probabilidades de que esa gran "paliza" final no sirva para nada (ni
para aprobar, ni por supuesto para aprender).
Planificar el estudio es sencillamente organización y para ello
el estudiante deberesponder a las siguientes preguntas:
¿Qué material hay que dominar perfectamente de cara a los
exámenes?
¿Qué esfuerzo hay que realizar para lograr este nivel de
conocimiento?
¿De cuanto tiempo se dispone?
Y en función de las respuestas a las preguntas anteriores:
¿Qué esfuerzo diario hay que realizar para llegar a los exámenes
bien preparado?
Con ello se trata de determinar el ritmo de
estudio diario ("velocidad de
crucero") que hay que establecer desde el primer día de curso (y no desde
el segundo).
Cuando éste comienza el estudiante no dispone de toda la
información necesaria para precisar el esfuerzo diario que debe realizar, pero
a medida que el curso avanza sí es posible determinar cuantas horas necesita
uno estudiar diariamente.
A principios de curso es preferible ser precavido y establecer
un ritmo diario de estudio más duro.
A medida que va avanzando este ritmo se irá ajustando,
aumentándolo o disminuyendo según proceda.
Si en alguna asignatura uno se va quedando retrasado pueden
utilizar los fines de semanas para darles un "empujón" y ponerlas al
día.
El estudiante que consigue desde el primer día imprimir una velocidad de crucero de 2 - 3 horas diarias
de estudio (salvo en determinadas
carreras que exigirán más) irá asimilando y dominando las asignaturas de forma
gradual, sin grandes agobios finales, y podrá llegar a los exámenes con un
elevado nivel de preparación.
Para llevar una asignatura convenientemente preparada para un examen hay que estudiarla en profundidad y una vez aprendida mantener esos
conocimientos frescos mediante repasos
periódicos.
En la lección 8ª (Fases del Estudio) se explica como afrontar ese primer
estudio.
Esta primera preparación se realiza lección a lección, a medida
que avanza el profesor en su explicación.
Antes de comenzar a preparar una nueva lección es conveniente
darle un rápido repaso a la anterior y para ello pueden ser muy útiles los
esquemas-resúmenes elaborados de cada una de ellas (lección 9ª).
Una vez realizado este trabajo inicial (el más duro), el
estudiante debe planificar los repasos. Habitualmente con tres repasos puede ser suficiente, si bien no hay que tomarlo como un número
exacto.
El primer
repaso se realizará una vez
visto la mitad del temario (o un tercio, si la asignatura es extensa).
En el se revisarán todas las lecciones vistas hasta el momento,
tratando de conseguir un nivel de preparación similar al logrado el día en que
se preparó cada lección individualmente.
Este mismo repaso habrá que realizarlo con la segunda mitad de
la asignatura (o con el segundo y el tercer tercio).
El segundo repaso se debe comenzar unos 10 días antes del examen y en el se
abarcará todo el temario que entra en el mismo.
El tercer repaso se realizará en los 2 días previos al examen.
Es conveniente llevar una agenda en la que ir anotando todos estos
repasosy
al mismo tiempo ir controlando que se van cumpliendo los plazos previstos en el
plan de estudio.
Este trabajo hay que hacerlo con cada una de las asignaturas.
A comienzos de cada
trimestre el estudiante debe
tomar un calendario y señalar lasfechas estimadas de
los exámenes (las irá precisando
más adelante).
En función de dichos días fijará las fechas orientativas para el
comienzo de cada uno de los repasos de cada una de las asignaturas.
Se trata de una planificación preliminar que irá perfilando a
medida que avance el curso y vaya conociendo con mayor precisión el ritmo de
cada asignatura, su nivel de dificultad, los días definitivos de los exámenes,
etc.
Con esta planificación el estudiante podrá llegar a las fechas de
los exámenes con todas las asignaturas convenientemente preparadas, pendientes
únicamente de un repaso final.
Hay que ser muy rigurosos con el
cumplimiento de estos plazos.
Si uno se queda atrás tendrá que acelerar, en cambio, si va por
delante es preferible mantener dicha delantera ya que le permitirá estar más
tranquilo en los días finales.
Por último, señalar que agobiarse no es malo, siempre y cuando se cuente con tiempo suficiente para reaccionar.
Agobiarse a principios del trimestre al ver que el temario es muy
extenso puede ser hasta beneficioso ya que hará que uno imprima un ritmo de
estudio más intenso.
El problema es agobiarse demasiado tarde, cuando ya no hay
posibilidad de reaccionar.
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