domingo, 19 de abril de 2015


 19 DE Abril DEL 2015
CONSEJO DIVINO.
TOMADO DE ECLESIASTÉS

PARTE VIII

DEL  LIBRO DE DIOS "ECLESIASTÉS  CAP. VIII - 8"

Guardar la ley de Dios: no abusar de su misericordia: venerar sus juicios, y dejarse con la alegría  en sus divinas manos.  


Resalta en el rostro del hombre su sabiduría, y el todo poderoso le madura el semblante. Yo por mi estoy atento a las palabras del rey, y a los preceptos de Dios, confirmados con juramento. Tú no te apresures a retirarte de su presencia, ni perseveres en el pecado; porque hará todo lo que quisiere, y té castigará como mereces: pues su palabra es muy poderosa; ni puede alguno decirle ¿Por qué haces esto? El que guarda sus órdenes, no experimenta mal alguno. El corazón del sabio conoce el tiempo y la manera de responder. Tiene cada cosa su tiempo y su sazón: más es grande la pena del hombre al querer saberlo; por cuanto ignora lo pasado, y por ninguna vía puede saber lo venidero. No está en poder del hombre el retener el espíritu o prolongar su vida; ni tiene potestad alguna sobre el día de su muerte; ni se  le dan treguas en aquella guerra que le amenaza. No valdrá al impío su impiedad en aquel trance. Todas estas cosas consideré, y aplique mi espíritu a la meditación de cuanto se hace debajo del sol. Y observe que un hombre domina sobre otro hombre a veces para su propia desdicha.

Vi también los pomposos entierros de los impíos; los cuales mientras  vivían impíamente, residían en el lugar santo, y eran alabados en la ciudad como de buenas costumbres:  más también esto es vanidad. Y sucede que los hijos de los hombres, viendo que no se pronuncia luego la sentencia contra los malos, cometen la maldad sin temor alguno. Pero al contrario, esta misma paciencia con que es tolerado el pecador, aunque  peque cien veces, me ha hecho conocer a mí, que serán dichosos aquellos que temen a Dios y respetan su majestad. ¡Ah!  No haya bien para el impío, ni sean prolongados los días de su vida;  antes bien pasen como sombras los que no temen la presencia del Señor.

Hállese todavía otra miseria sobre la tierra: hay  justos que padecen males, como si hubieran hecho acciones de impíos; e impíos hay que viven tan sosegados, como si tuvieran méritos de justos. Cosa es esta que también me parece muy vana. Por tanto alabé la alegría del justo; visto que no hay bien para el hombre en esta vida, sino el comer y beber moderadamente, y estar contento; y que esto es lo que únicamente sacará de su trabajo en los días de su vida, que le ha concedido Dios en a tierra.

Y aplique mi corazón para aprender la sabiduría, a fin de conocer la causa de esta disipación de ánimo en los que moran en la tierra. Hombre hay que ni de día ni de noche admite en sus ojos el sueño. Al fin entendí que no puede el hombre hallar razón completa de todas las obras de Dios que se hacen en este mundo; y que cuanto más trabajare por descubrirlas, menos las hallará: aunque dijere el sabio que él la sabe, nunca podrá dar con ella.

Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalos y   aplícalos en tu vida, en tu familia y sobre todo, compártelo con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tu estas en este CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?



FELIZ SEMANA

JJ = J2


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