domingo, 27 de enero de 2019


27 de enero del 2019
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE JEREMÍAS  


CAPITULO V

DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE JEREMÍAS CAP. V– 5"

El Señor, en vista de haber llegado a lo sumo las maldades de su pueblo, le anuncia que va a castigarle por medio de un pueblo extranjero.

Recorrer las calles de Jerusalem, ved, y observad; y buscad en sus plazas si encontráis un hombre que obre lo que es justo, y que procure ser fiel; y si le hallareis, yo usaré de misericordia. Pues aun cuando dicen todavía: vive el Señor, Dios verdadero, aun entonces juran con mentira. Señor, tus ojos están mirando siempre tu fidelidad o verdad: azotaste a estos perversos, y no les dolió: molístelos a golpes, y no han hecho caso de la corrección: endurecieron sus frentes más que un peñasco, y no han querido convertirse a ti. Entonces dije yo: tal vez estos son los pobres e idiotas, que ignoran el camino del Señor, los juicios de su Dios. Iré pues a los principales del pueblo y hablaré a ellos: que sin duda esos saben el camino del Señor, los juicios de su Dios. Pero hallé que estos más que los otros, todos a una quebrantaron el yugo del Señor, rompieron sus coyundas. Pero el león del bosque los ha desgarrado: el lobo al anochecer los ha exterminado: el leopardo está acechando en torno a sus ciudades: todos cuantos salgan de ellas caerán en sus garras; porque se han multiplicado sus prevaricaciones, y se han obstinado en sus apostasías. ¿Por qué título podré yo inclinarme a serte propicio a ti, oh pueblo rebelde? Tus hijos me han abandonado, y juran por el nombre de aquellos que no son dioses: yo los colme de bienes, y ellos se han entregado al adulterio, y han desahogado su lujuria en casa de la mujer prostituta. Han llegado a ser como caballos padres desenfrenados, y en estado de calor: con tanto ardor persigue cada cual la mujer de su prójimo. Pues qué, ¿No he de castigar yo estas cosas? dice el Señor, y no se vengará mi alma de una tal gente.

Escalad, oh pueblo de Chaldéa, sus muros, y derribadlos: más no acabéis del todo con ella: quitadle los sarmientos: porque no son del Señor. Ellas renegaron del Señor, y dijeron: no es él el Dios verdadero: no nos sobrevendrá ningún desastre; no veremos la espada, ni el hambre. Sus profetas hablaron al aire; y no tuvieron jamás respuesta de Dios. Tales cosas pues a ellos les sobrevendrán, no a nosotros.

Esto me dice el Señor Dios de los ejércitos: Porqué habéis proferido vosotros tales palabras, he aquí, oh Jeremias, que yo desde ahora pongo en tu boca mis palabras cual fuego devorador, y le doy ese pueblo por leña, para que sea de él consumidor. Yo voy a traer sobre vosotros, oh familia de Israel, dice el Señor, una nación lejana, nación robusta, nación antigua, nación cuya lengua tu no sabrás, ni entenderás lo que habla.

Su aljaba es como un sepulcro abierto; todos ellos son valerosos soldados. Esta nación conquistadora se comerá tus cosechas y tu pan; se tragará tus hijos y tus hijas, comerá tus rebaños y tus vacadas; acabará con tus viñas y tus higuerales; y asolará con la espada tus fuertes ciudades, en que tú tienes puesta la confianza. Con todo eso, en aquellos días no acabaré del todo con vosotros, dice el Señor. Que si dijereis: ¿Por qué ha hecho el Señor Dios nuestro contra nosotros todas estas cosas? Tú les responderás: Así como vosotros me habéis abandonado a mí, dice el Señor, y habéis servido a los dioses extraños en vuestra tierra, así les serviréis ahora en tierra extranjera.

Anunciad esto a la casa de Jacob, y pregonadlo en Judá, diciendo: Escuchad, oh pueblo insensato, y sin cordura; vosotros que teniendo ojos no veis, y teniendo orejas no oís. ¿Con que a mí no me temeréis, dice el Señor, ni os arrepentiréis delante de mí? Yo soy el que al mar le puse por termino la arena, ley perdurable que no quebrantará: levantarse han sus olas, y no traspasaran sus límites; y se encresparan, pero no pasaran más adelante. Pero este pueblo se ha formado un corazón incrédulo y rebelde: se han retirado de mí, y se han ido en pos de los ídolos; en vez de decir en su corazón: Temamos al Señor Dios nuestro, que nos da a su tiempo la lluvia temprana y la tardía, y que nos da todos los años una abundante cosecha. Vuestras maldades han hecho desaparecer estas cosas: y vuestros pecados han retraído de vosotros el bienestar. Por cuanto se hallan impíos en mi pueblo, acechando como cazadores, poniendo lazos y pihuelas para cazar hombres. Como jaula o red de cazadores llena de aves, así están sus casas llenas de fraudes; con ellos se han engrandecido y se han hecho ricos. Engrosáronse y engordaron; y han violado pesimamente mis preceptos. No han administrado justicia a la viuda, ni han defendido la causa del huérfano, y no hicieron justicia al pobre. ¿Cómo no he de castigar yo estas cosas? Dice el Señor: ¿O cómo puede mi alma dejar de tomar venganza de una tal gente?

Cosa asombrosa, cosa muy extraña es lo que ha sucedido en esta tierra: los profetas profetizaban mentiras, y los sacerdotes los aplaudían con palmoteo; y mi pueblo gustó de tales cosas: ¿Qué será pues de él al llegar su fin?

El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                  

JJ = J2





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