DOMINGO 06 DE JULIO DE 2014
LA
|
LLEGADA
DE UNA NUEVA GENERACIÓN DE HÉROES A LA
PATRIA.
Los que tienen más de veinticinco años saben que en un
país llamado Colombia existió una generación de héroes deportistas (ciclistas,
futbolistas, boxeadores, atletas…) la cual se fue extinguiendo poco a poco,
hasta que nuestro país cayó en el olvido, la oscuridad y el ostracismo.
Sin temor a equivocarme puedo asegurar que en esta
segunda década del siglo XXI, el león dormido de una nueva generación de Colombianos
ha empezado a despertar, vientos y clarines de triunfos se sienten por todas
partes, el nombre de Colombia ha vuelto a ocupar los titulares de los grandes periódicos
del mundo; por eso los que amamos el
deporte, queremos a nuestros deportistas y creemos en el futuro del país y de
las nuevas generaciones, siempre tendremos tiempo para estar cerca de nuestros héroes para animarlos con un viva o con
un aplauso reconocerles sus triunfos, sus meritos y darles gracias por la
gloria vivida; nosotros los que vibramos con los grandes y pequeños eventos, nosotros que nos dejamos contagiar de la alegría
y de la emoción del pueblo, que gozamos con cada detalle de las cosas buenas que
acaecen en nuestro país de la misma manera que nos enluta y ensombrece la tragedia; también, nos gusta vivir los
hechos históricos de nuestra época en vivo y en primera fila.
Por eso queriendo vivir la emoción de estar junto a
nuestros héroes de la selección Colombia, de querer ver a ese grupo de jóvenes guerreros,
de gritarles y aplaudirles así fuera de lejos, de ver las caras emocionadas de
esos veintitrés hombres que dieron lo
mejor si representando a todo un país; perseguí a ese bus que transportaba los sueños
de todo un país de cuarenta y siete millones de colombianos, me apretuje entre
la gente y abriéndome camino entre empujones y mordiscos al aire, no en la
carne como el mordelón Suarez, busque la mejor posición para ver al menos de
lejos a nuestro equipo de campeones, de héroes, para tomar una foto y cantar
con orgullo nuestro himno nacional.
Sin duda somos un país de gente buena, de gente que
ama a sus héroes, que quiere a su país, que sueña con la paz y que sabe
comportarse cuando las situación lo
amerita, hoy entre el ondular de banderas, los gritos de Colombia, Colombia, los pitos y vuvuzelas y el rio fluctuante de
un tricolor humano, cientos
de miles de compatriotas siguieron al bus de la fama y nos dimos cita en el
parque Simón Bolívar para gritar el nombre de esta generación de la gloria, corear
nuestro himno y tomar fotos para la
posteridad; les juro que la sensación de
estar extrañamente perdido en medio de tanta gente es agradablemente indescriptible.
La corriente humana no se detiene, toda conformada por
hombres, mujeres, niños viejos, jóvenes, civiles y militares te lleva, te sacude, te jala, te
exprime y luego te libera para dar un respiro; levanto la cabeza y veo que estoy ya muy cerca
de la tarima. Uff que hazaña, pero ya no
hay opción de moverse ni un centímetro, parado de puntillas al filo de un
pequeño anden, me doy un respiro y miro un poco desconcertado a uno y otro lado
de mi posición, me da la sensación de estar flotando en medio de un mar de
banderas, de cabezas y de brazos agitados; en medio de un espectáculo tricolor
y multirracial donde todos hablan el mismo idioma, el idioma de la alegría, el
idioma de la paz, el idioma de sentir y compartir la misma emoción.
Unos segundos después reacciono escuchando la voz de los animadores por los
alto parlantes anunciando el nombre de cada uno de los jugadores, en las grandes
pantallas aparecen su caras y con el saludo y los cánticos, sube la emoción estallando en un grito de infinita alegría, un
grito de vivas, de campeón, campeón y de se
sobro Colombia se sobro.
Es bien sabido que en este país podemos pasar con la
velocidad de un mal pensamiento del gozo a la tragedia, de lo bueno a lo malo, de la dicha al despecho, del llanto a la alegría
o de la gloria al infierno; lo enigmáticamente extraño es que en este país del
sagrado corazón se pueden dar dos o más eventos donde se entre mezclan todos
estos sentimientos al mismo tiempo.
Con la satisfacción del deber cumplido, cansado y
enrojecido por el sol pero con el alma pletórica de alegría, vuelvo a casa a
alistar mis cosas para el día de trabajo, con la ilusión de poder compartir con mis
maestros y estudiantes algún día la emoción que llevo por dentro. EL HABER ESTADO CERCA DE NUESTROS HÉROES DEL FÚTBOL.
Jaime Julián
Angulo Paredes.
Rector.
I.E.R.D.
CACICAZGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario