18 de Agosto del 2019
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE JEREMÍAS
CAPITULO XXXI
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE JEREMÍAS CAP. XXXI– 31"
Jeremía, y profetiza
la liberación del pueblo de Israel el cual, reunido todo, servirá al Señor y
será colmado de Bendiciones. Nacimiento del Mesías y formación de la nueva ley.
En aquel tiempo dice el Señor, yo seré el Dios de todas la tribus de Israel, y
ellas serán mi pueblo. Esto dice el Señor: En el desierto, el resto del pueblo
que quedo libres del castigo, hallo gracia delante de mi: también Israel
llegará a la tierra de su descanso.
Es verdad que me visito el Señor, responde
Israel, más hace ya mucho tiempo, te engañas dice Dios, porque yo te he amado,
con perpetuo amor, y no interrumpido amor: por eso misericordioso te traje a
mí. Y otra vez te renovaré y te daré
nuevo ser, o virgen de Israel: todavía saldaras acompañada del sonido de tus panderos,
y caminaras rodeada de coros de música: todavía plantaras viña en los montes de
Samara: y aquellos que las plantaran no recogerán su ruto, hasta el tiempo
prescrito. Porque tiempo vendrá en que la Señor Dios nuestro.
Porque esto dice el Señor: Regocijaos y
haced fiestas por amor a Jacob, y prorrumpid en gritos de júbilos al frente de
las naciones: resuenen vuestros canticos y decid: Salva o Señor, al pueblo de
tuyo, salva las reliquias de Israel. Sabed dice el Señor, que yo los conduciré
a todos de las tierras del norte, y los recogeré, de los extremos de la tierra:
entre ellos vendrán juntamente el ciego y el cojo, la preñada y la parida;
grande será la muchedumbre de los que volverán acá. Vendrán llorado de gozo, y
yo compadecido de ellos los conduciré a la vuelta por en medio de arroyos de
frescas aguas, vía recta y sin ningún tropiezo, porque padre soy yo de Israel,
y Ephrain es mi primogénito.
Escuchad oh naciones, la palabra del Señor
y anunciadla a las islas más remotas y decid: Aquel mismo que disperso a Israel
le reunirá y le guardará como guarda el pastor a su re baño, pues el Señor ha
redimido a Jacob, y le ha librado del prepotente. Y así vendrán y cantaran himnos
a Dios en el monte Sión, y correrán en
tropas a gozar de los bienes del Señor, del trio del vino, del aceite y de las
crías de ovejas y vacas; y estará su ama cual hermoso jardín abundante de agua,
y no padecerán ya más necesidades. Entonces se regocijaran las vírgenes al
sonido de músicos instrumentos y también los jóvenes a una con los ansíanos. Yo
cambiaré su llanto en gozo y los consolaré, y los llenaré de alegría, en cambio
de su pasado dolor. Y saciaré el alma de los sacerdotes con otras pinguísimas
carnes, y el pueblo mío será colmado de mis bienes, dice el Señor.
Porque esto dice el Señor: Se han oído allá
en lo alto voces de lamento de luto y de gemido, y son de Raquel, y que llora
sus hijos, ni quiere admitir consuelo en orden a la muerte ellos, visto que ya
no existen. El Señor dice así: cesen tus labios de prorrumpir en voces de
llantos, y tus ojos de derramar lágrimas; pues por tu pena recibirás galardón y
ellos volverá de la tierra enemiga. Y para tus últimos días te queda la segura esperanza,
dice el Señor, de que tus hijos volverán a sus hogares. He escuchado con atención
a Ephrain, que en su cautiverio dice: Tú me has castigado oh Señor, yo cual indómito
novillo he sido corregido. Convertidme a ti y yo me convertiré, pues que tú, oh
Señor eres mi Dios. Porque estoy viendo ahora que después que tu me convertirte
yo he hecho penitencia: Después de que me iluminantes, he herido, mi muslo, y
que he quedado confuso y avergonzado, porque he sufrido el oprobio de mi mocedad.
¿NO es Ephrain el hijo querido, el niño que yo he criado con ternura? Desde que
yo le he hablado, le traigo siempre en la memoria: por eso se han conmovido por
amor suyo mis entrañas. Y tendré para con él, entrañas de misericordia, dice el
Señor.
Sea pues oh Ephrain, a manera de un
centinela: entrégate a las amarguras de la penitencia, convierte tu corazón hacia
el recto camino, y por donde anduviste, vuelve, o virgen de Israel, vuelve, oh
pueblo mío, vuelve a tus ciudades. ¿Hasta cuándo estarás entregándote en medio
de los deleites, oh hija perdida? Pues mira, el Señor ha hecho una cosa nueva o
milagrosa sobre la tierra: una mujer virgen encerrará dentro dice, al hombre
Dios.
Esto dice el Señor de los ejércitos, el
Dios de Israel: Todavía se oirán estas palabras en la tierra de Judea, y en sus
ciudades, cuando yo hubiere rendido sus cautivos: bendígate el Señor: oh mansión
hermosa de la justicia, oh monte santo de Sion. Y habitara allí Judea y
juntamente todas sus ciudades, hacia aquellos que labran la tierra, como los
que apacientan los ganados; porque yo embriagaré en Sion a toda alma sedienta y
hartaré a todo hambriento.
Por esto desperté yo como de un Sueño, y
abriré los ojos y me saboree con mi sueño profético, eh aquí que viene el tiempo,
dice el Señor que: yo sembrare la casa de Israel y la casa de Judá de cimiento
de hombres y de cimiente de jumentos. Y al modo que puse mi atención en estriarlos
y abatirlos, y desparramarlos, y afligirlos de mil maneras; y así no perderé
tiempo ahora para restaurarlos y plantarlos dice el Señor, en aquellos días no
se oirán más que aquel dicho: los padres comieron uvas agreces y los hijos
padecieron las dentera: si no que cada uno moriría por su propio pecado: el
hombre que comiera la uva agraz, ese sufrirá la de entera.
Eh aquí que viene el tiempo, dice el Señor,
en que yo haré una nueva alianza con la casa de Israel y con la casa de Judá: alianza,
no como aquella como lo que contraje con mis padres, el día en que los escogí
por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, alianza que ellos invadieron,
y por tanto ejercí sobre ellos mi soberano dominio, dice el Señor: más esta
será la nueva alianza que haré yo dice el Señor, con la casa de Israel, después
que llegue aquel tiempo: imprimiré mi ley en sus entrañas, y la grabare en sus
corazones: y yo seré su Dios y ellos serán pueblo mío. Y no tendrán ya el
hombre que hacer de maestro de su prójimo, ni el hermano de su hermano,
diciendo: conoce el Señor. Pues todos me conocerán, desde el más pequeño al más
grande, dice el Señor: porque yo perdonaré su iniquidad, y no me acordaré más
de su pecado.
Esto dice el Señor: aquel Señor que envía al
sol para dar luz al día, y ordena el curso de la luna y de los astros para
esclarecer la noche: el que alborota al mar y al instante brama sus olas. El que
se llama señor de ejércitos. Dice el Señor cuando dice estas leyes, Dice el
Señor: establecida por mi providencia vinieren as faltar también el linaje de
Israel y dejar de ser nación perdurable a mi presencia. Esto dice todavía el
Señor: cuando alguno pudiere medirá allá arriba los cielos y escudriñar allá
abajo los cimientos de la tierra, entonces podré yo reprobar a todo el linaje
de Israel por sus fechorías.
Sabed que llega el tiempo, añade el Señor
en que será edificada por el Señor la ciudad desde la torre de Jananel, hasta
la puerta llamada del rincón, y la línea de la demarcación se tirará más
adelante enfrente de esa puerta sobre el collado de Gareb y seguirá dado vuelta
por el de Goata, por todo el valle de los cadáveres y de la ceniza y por todo
el sitio de los ajusticiados, hasta el torrente del Cedron, y hasta la esquina
de la puerta de los caballeros, que está al oriente. El santuario del Señor
nunca jamás será arrancado ni destruido.
El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita
sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada
palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y aplícalas en
tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus
estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para
reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y
tú estás en ese CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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