11 DE FEBRERO DEL 2018
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE
ISAÍAS
CAPITULO XXXVI
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS CAP. XXXV– 36"
Sennacherib, rey de los Assyrios, después de haberse apoderado
de las plazas de Judea, envió a Rabsaces a Jerusalem, quien pidió con
insolencia la rendición de la ciudad.
Y sucedió que el año decimocuarto del reinado de Ezechias,
Sennacherib, rey de los Assyrios, puso sitio a todas las ciudades fortificadas
de la Judea, y se apodero de ellas. Y envió después el mismo a Rabsaces su
general, desde la Lachis a Jerusalem con un grueso cuerpo de tropas con el rey Ezechias;
y Rabsaces puso su cumpamento en el acueducto del estanque superior, en el
camino del campo del Batanero. Y salieron a encontrarle Eliacim, hijo de
Helcias, mayordomo mayor del palacio, y sabna, doctor de la ley, y Joahe hijo
de Asaph, canciller.
Y Rabsaces les habló de esta manera: decid a Ezechias: El grande
rey,el grande rey de los Assyrios, dice: ¿Qué seguridad es esa en que confías
tú? O ¿con qué designio o fuerzas te atreves tú a hacerme la guerra? ¿En quién
te apoyas para haberte rebelado contra mí? Veo que tú te apoyas en el Egypto,
el cual es como un bastón de caña cascada, que la que se apoyare en él le
horadara la mano y se la traspasará: eso será Pharaon, rey de Egypto, para con
todos aquellos que en el confían. Que si tú me respondieres: Nosotros confiamos
en el Señor Dios nuestro, ¿Acaso no es ese aquel mismo cuyos lugares excelsos y
cuyos altares destruyó Ezechias, diciendo a Judá y a Jerusalem: solamente ante
este altar adorareis con sacrificios a Dios? Ea pues, sujétate a mi señor el
rey de los Assyrios: yo te daré si quieres dos mil caballos, y tú no podrás
hallar para ellos en todo tu pueblo bastantes jinetes. Pues ¿Cómo podrás hacer
frente al gobernador de un lugar, aunque sea de los de menos graduación entre
los siervos de mi señor? Que si confías tú en el Egypto por sus carros de
guerra y por su fuerte caballería, ¿Acaso he venido yo sin orden del Señor a
destruir este país? Marcha a esa tierra, me dijo a mí el Señor, y arrásala. Entonces
Eliacim, Sobna y Soahe dijeron a Rabsaces: Habla a estos tus siervos en lengua
syriaca, pues que la entendemos: no nos hables en hebrero, a oídas del pueblo
del pueblo que esta sobre la muralla. Contestóle Rabsaces: ¿Por ventura mi amo
me ha enviado a decir todo esto a tu señor y a ti, y no más bien a los
ciudadanos que están sobre el muro, expuestos a que si no rinden, coman sus
propios excrementos y beban con vosotros sus mismos orines?
Y púsose en pie Rabsaces, y grito en alta voz y dijo en lengua
judaica: Oíd las palabras del gran rey, del rey de los Assyrios. Esto dice el
rey: No os engañes Ezechias; pues no podrá librarlos. No os llene Ezechias la
cabeza de confianza en el Señor. Diciéndoos: sin fala nos liberará el Señor; no
temáis, no será entregada esta ciudad en manos del rey de los Assyrios. No escuchéis
a Ezechias; porque esto dice el rey de los Assyrios: aceptad la paz que os
ofrezco, y venid a tratar conmigo de vuestra rendición: y comerá cada uno del
fruto de su viña, y cada uno del fruto de su higuera, y beberá cada cual de
vosotros el agua de su cisterna; hasta tanto que yo vaya y os conduzca a una
tierra que s como la vuestra, tierra de grano y vino, tierra de panes y de
viñas. Ni os conturbe Ezechias diciendo: El Señor nos liberará. ¿Acaso los
dioses de las gentes han librado cada uno a su tierra de las manos del rey de
los Assyrios?¿Dónde está el dios de Emath, y de Arphad? ¿Dónde está el dios de
Sepharvaim? ¿Por ventura han librado sus dioses a Samaria de caer en mi poder? ¿Cuál
es el dios entre todos los dioses de estos países, el cual haya podido librar
su tierra de la fuerza de mi brazo, para
que esperéis que el Señor podrá salvar a
Jerusalem de caer en mis manos? Callaron todos y no le respondieron palabra;
pues así se lo había mandado el rey diciendo: No le respondáis. En seguida
Eliacim hijo de Helcias, mayordomo mayor de palacio, y sobna, doctor de la ley,
y Joahe, hijo de Asaph, canciller, rasgados sus vestidos, volvieron a Ezechias,
y refiriéronle las de Rabsaces.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas
con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra
para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor
esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
No hay comentarios:
Publicar un comentario