5 CONSEJOS PARA COMENZAR BIEN
UNA CLASE
Comenzar con buen pie una
clase es un aspecto que todos los docentes debemos tener muy en cuenta. Suena
el timbre o la sirena y es la señal del comienzo de una
nueva clase lectiva. Pues bien, el inicio de una sesión lectiva es,
posiblemente, uno de los momentos más delicados con el que nos podemos
encontrar los docentes.
Para comenzar con buen pie
una clase, os quiero dar cinco recomendaciones muy sencillas que creo que
facilitará, y mucho, el éxito de vuestra sesión. Sé que no es lo mismo que
suene el timbre a primera hora de la mañana, después del patio o a última hora.
Pero, independientemente de la hora en que nos toca hacer la clase, es bueno
que tengáis en cuentas estos aspectos e intentar no variar vuestra rutina:
1.
Sé puntual. Sin duda la puntualidad es un elemento clave
para empezar con buen pie una clase. Sé que no siempre es fácil llegar muy
puntual, porque en muchas ocasiones debemos desplazarnos de una clase a otra.
Sin embargo, en otras ocasiones esperamos a que suene el timbre para ir al
lavabo, beber agua, buscar nuestro material escolar, apurar el café, etc. Esto
provoca que lleguemos precipitadamente a clase y hayan pasado entre cinco o
diez minutos. Todo este tiempo que perdemos antes de llegar al aula es un
tiempo que después nos costará recuperar una vez estemos dentro. Tampoco hay
que olvidar que buena parte de los conflictos que se producen en el aula se
producen justo al inicio o al final de las sesiones lectivas, en ese lapso en
el que el aula se queda momentáneamente sin profesor o sin control.
2.
Saluda. Cuando entremos en clase debemos empezar con
un saludo a nuestros alumnos, una oración o una corta reflexión. Debe ser un
saludo enérgico y que conlleve una fuerte actitud postural. Además de
demostrarles respeto y educación, ayuda a que los alumnos que suelen estar a
veces de pie o en las taquillas oigan nuestra voz e interioricen que hemos
llegado a clase. Recordad también que vuestro saludo debe implicar una
respuesta de todos los estudiantes. Insistid en las primeras clases del curso y
después veréis como es muy fácil llevarlo a cabo. No olvides aprovechar este
momento para poner el salón en orden o cómo quieres que ellos trabajen en tu
clase. En todos los casos es mejor primero ponerlos en orden, y luego después
de la explicación e indicaciones para hacer el trabajo, dar la segunda orden. Nunca seguir o comenzar una clase en el
desorden.
3.
Evita sentarte. Como a veces no es suficiente con saludar y
que nos devuelvan el saludo, yo os recomiendo que, al llegar a clase, no os
sentéis inmediatamente en vuestra silla. Normalmente, la mesa y la silla del
profesor suele estar en una esquina del aula. Si os sentáis en seguida os
pasará que una parte de los alumnos no os verán, seréis invisibles, y no tendrán
la conciencia de que la clase ha empezado. Hay que hacerse visible. Es
importante que vuestros alumnos capten vuestro saludo y además vuestra
presencia en el aula. Colocaos en el centro de la misma o id avanzando por los
pasillos del aula. El alumno rápidamente interiorizará que estáis ahí y que la
clase ha comenzado. Pasearse entre las filas de estudiantes, mirar lo que están
haciendo, felicitarlos y corregirles hasta la ortografía en forma muy íntima
(personal) es una excelente forma de
tenerlos trabajando.
4.
Evita gritar. Otro de
los errores que cometemos es aumentar el tono de voz durante los primeros
minutos de clase. Debéis evitarlo, y para ello os recomiendo algo tan sencillo
como empezar a hablar siempre de pie y centrados en el aula con vuestro tono de
voz normal. Es sorprendente como a los pocos segundos el ruido ensordecedor de
los primeros minutos va desapareciendo. Los ruidos se transforman en murmullos
y los murmullos en silencio.
5.
Di lo que trabajarás en tu sesión
lectiva. Es muy
importante que, una vez hayas conseguido un clima de silencio adecuado,
expliques muy brevemente qué tienes pensado trabajar durante la sesión lectiva.
Puedes hacerlo de varias maneras: de viva voz, escribiéndolo en la pizarra
tradicional o proyectarlo en la pizarra digital. Si explicas lo que harás
durante la sesión lectiva, le estás diciendo al alumno que la clase no es una
improvisación, que sabes perfectamente lo que se trabajará en todo momento.
Esto te dará seguridad y hará que los estudiantes no te cuestionen lo que
tienes programado para ese día. No olvides el valor de la palabra, sobre todo,
el de la palabra escrita.
Estas son algunas de las
pautas que te aconsejo para comenzar con buen pie una clase. Habréis comprobado
que no son para nada difíciles de llevar a cabo y sus resultados son realmente
positivos. Sólo me resta animaros a que pongáis en práctica estos consejos y
compartáis vuestras opiniones al respecto.
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