EVITAR
PRONTAMENTE EL MAL COMPORTAMIENTO.
Mantener el orden en una clase es
una tarea básica de la enseñanza. Desde el comienzo de sus carreras, los
profesores expresan a menudo la preocupación de cómo lograr una buena
disciplina en sus clases. Los alumnos esperan que sus profesores sean capaces
de mantener el orden y admiran a aquellos profesores que lo hacen bien. La
gente considera que la disciplina es uno de los más serios problemas con los que
se enfrenta la escuela y consideran que una escuela ordenada es una
"buena" escuela.
Recientes estudios de enseñanza
eficaz apoyan esta creencia popular. Los alumnos aprenden más cuando más tiempo
dedican a un trabajo productivo que en la confusión o el mal comportamiento. Un
profesor eficaz es también un buen controlador de lo que ocurre en el aula. A
pesar de que generalmente se reconoce la importancia de la dirección de la
clase, este tema ha permanecido como una oscura área de ideas conflictivas y reglas
vagas. Los profesores se quejan normalmente de que reciben poca ayuda práctica
frente a la realidad de la enseñanza. No obstante, existen atisbos de mejora.
La investigación sistemática sobre el control y manejo del aula se ha
incrementado en estos años. Se conocen ahora más cosas acerca de lo que hacen
los profesores eficaces.
¿Qué tipo de lugar es una clase? Para la mayoría de los profesores,
es una habitación llena de 20 o 30 alumnos, con un similar número de sillas y
pupitres y un surtido de estanterías, mesas, libros, dibujos, pizarras y
letras. Pero esto es una visión estática. ¡Las clases están en movimiento!
Durante el horario escolar una clase está llena de acción: se habla, se
escribe, se anda, se discute. Hasta cuando se produce una cierta tranquilidad
aparente durante un trabajo de pupitre o un examen, una clase está viva y en
movimiento. Un profesor es responsable de un grupo de alumnos en determinados
momentos, y la vida de la clase tiene un ritmo intrínseco.
Cuando el mal comportamiento
ocurre, los buenos directores de aula lo paran rápidamente repitiendo las
instrucciones para reorientar a los alumnos hacia una conducta más aceptable, o
reprendiéndoles. Son capaces de intervenir tempranamente porque son muy activos
en la guía de actividades y en el control de la conducta de los estudiantes.
Los profesores frecuentemente
utilizan sanciones positivas y negativas para establecer y hacer cumplir las
normas. Es importante recordar, sin embargo, que evitar el mal comportamiento
no es la base para conseguir el orden en una clase. En ausencia de actividades
y de un sistema práctico de normas y procedimientos, la evitación del mal
comportamiento tendrá un pequeño efecto a largo plazo. De hecho ocuparse del
mal comportamiento hasta el punto de que las actividades se paren impedirá
realmente el orden que se quiere conseguir. Los directores eficaces de una
clase son rara vez apartados de la consecución de actividades que han comenzado
y de la comunicación de las normas de conducta a seguir.
Enfatizar las actividades más que
el mal comportamiento en el comienzo del curso es importante cuando se trabaja
con una clase que es probable que sea desordenada. En un grupo de estas
características, ocurre con frecuencia que a) varios estudiantes están
preparados para unirse a cualquier disrupción tan pronto como ocurra, y b) muchos
otros de buena voluntad se comportarán, sin embargo, como un auditorio sensible
ante el mal comportamiento. En otras palabras, los estudiantes díscolos se
unirán rápidamente, y el resto de la clase los animará. Bajo estas
circunstancias, el mal comportamiento de uno de los alumnos se convertirá
rápidamente en un asunto público principal que puede parar fácilmente una
actividad. Un profesor que continuamente llame la atención al mal
comportamiento incrementa los efectos de la audiencia y de este modo contribuye
a la interrupción de las actividades. A la larga, es más útil ignorar las
infracciones menores para preservar la marcha de las actividades. Lo que será
costoso de todas formas. Las normas y procedimientos que son ignorados en el
comienzo de curso puede que no se hagan cumplir más tarde.
Resumen. Tal y como una clase empieza se desarrolla el resto del
año. Los alumnos esperan que los profesores establezcan los prodecimientos de
la clase y hagan cumplir las reglas. Un profesor debe, por lo tanto, demostrar
su capacidad para manejar la clase con pericia. Para comprobar esta pericia,
los alumnos probarán de forma colectiva los límites del sistema de control. El
orden en una clase empieza cuando el profesor transmite: a) una agenda clara;
b) conocimiento de lo que probablemente ocurrirá en una clase; y c) buena
disposición para actuar decisivamente.
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