12 de noviembre del 2018
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE JEREMÍAS
CAPITULO II
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE JEREMÍAS CAP. II– 2"
Quejase el Señor amargamente de los Judíos, y especialmente de
los pastores y profetas falsos: y por Jeremías les intima su próxima ruina en
castigo de sus maldades.
Y hablóme el Señor, y me dijo: anda y predica a toda Jersualem,
diciendo: Esto dice el Señor: compadecido de tu mocedad me he acordado de ti, y
del amor que te tuve, cuando me desposé contigo, y cuando después me seguiste
en el Desierto, en aquella tierra que no se siembra. Israel está consagrado al
Señor: y es como las primicias de sus frutos: todos los que le devoran se hacen
reos de pecado, y todos los desastres caerán sobre ellos, dice el Señor.
Ahora pues, oíd la palabra del Señor, vosotros los de la casa de
Jacob, y vosotras todas las familias del linaje de Israel. Esto dice el Señor: ¿Qué
tacha hallaron en mi vuestros padres, cuando se alejaron de mí, y se fueron
tras de la vanidad de los ídolos, haciéndose también ellos vanos? Ni siquiera
dijeron: ¿En dónde está el Señor que nos sacó de la tierra y de la esclavitud
de Egypto: que nos condujo por el Desierto, por una tierra inhabitable, y sin
senda alguna por un país árido, e imagen de la muerte, por una tierra que no
pisó nunca ningún mortal, ni habito humano viviente? Yo os introduje después en
un país fertilísimo, para que comieses sus frutos y gozaseis de sus delicias; y
vosotros así que hubisteis entrado, profanasteis mi tierra; e hiciste de mi
heredad un objeto de abominación. Los sacerdotes no dijeron tampoco: ¿En dónde está
el Señor? Los depositarios de la Ley me desconocieron, y prevaricaron contra
mis preceptos los mismos pastores o cabezas de mi pueblo; y los profetas profetizaron
invocando el nombre de Baal, y se fueron en pos de los ídolos.
Por tanto yo estaré en juicio contra vosotros, dice el Señor, y
sostendré la justicia de mi causa contra vuestros hijos. Navegad a las islas de
Cethin, e invormaos: Envía a Cedar y examinad con toda atención lo que allí pasa,
y notad si ha sucedido cosa semejante. Ved si alguna de aquellas naciones
cambió sus dioses: aunque verdaderamente ellos no son dioses: pero mi pueblo ha
trocado la gloria suya por un ídolo infame. Pasmaos, cielos, a vista de esto; y
vosotras, oh puertas celestiales, horrorizaos en extremo sobre este hecho, dice
el Señor. Porque dos maldades ha cometido mi pueblo: me han abandonado a mí,
que soy fuente de agua viva, y han ido a fabricarse aljibes rotos, no pueden
retener las aguas.
¿Es acaso Israel algún esclavo, o hijo de esclava? ¿Pues por qué
ha sido entregado en presa de los enemigos? Rugieron contra él los leones, y
dieron bramidos: su país lo redujeron a un páramo: quemadas han sido sus ciudades,
y no hay una sola persona que habite en ellas. Los hijos de Menphis y de Taphnis
te han cubierto de oprobio e infamia hasta la coronilla de tu cabeza. ¿ y por
ventura no te ha acaecido todo esto porque abandonaste al Señor Dios tuyo, al tiempo
que te guiaba en tu peregrinación? Y ahora, ¿Qué es lo que pretendes tú con
andar hacia Egypto, y con ir a beber el agua turbia del Nilo? ¿O qué tienes tú
que ver con el camino de Assyria, ni para qué ir a beber el agua de su rio
Euphrates? Tú malicia, oh pueblo ingrato, te condenará, y gritará contra ti tu apostasía.
Reconoce pues y advierte cuan mala y amarga cosa es el haber tú abandonado al
Señor Dios tuyo, y el no haberme temido a mí, dice el Señor Dios de los ejércitos.
Ya desde tiempo antiguo quebraste mi yugo, rompiste mis coyundas,
y dijiste: no quiero servir al Señor. En efecto, en todo collado alto, y debajo
de todo árbol frondoso te has prostituido cual mujer disoluta. Yo en vedar te
planté cual viña escogida, de sarmientos de buena calidad, ¿Pues cómo has degenerado,
convirtiéndote en viña bastarda? Por más que te laves con nitro, y hagas
continuo uso de la yerba borith, a mis ojos quedaras siempre sórdida por causa
de tu iniquidad, dice el Señor Dios. ¿Y con qué cara dices tú: Yo no estoy
contaminada; no he ido en pos de los Baales o ídolos. Mira tú conducta allá en
aquel valle; reconoce los que has hecho, dromedaria desatinada que vas girando
por los caminos: cual asna silvestre, acostumbrada al desierto, que en el ardor
de su apetito va buscando con su olfato aquello que desea; nadie podrá
detenerla; todos los que andan buscándola, no tienen que cansarse; la
encontrarán con las señales de su inmundicia.
Guarda tu pie de la desnudez, y tu garganta de la sed. Más tú
has dicho: Desesperada estoy; por ningún caso lo haré: porque amé los dioses
extraños, y tras ellos andaré. Como queda confuso un ladrón cuando es cogido en
el hurto; así quedarán confusos los hijos de Israel, ellos y sus reyes, los príncipes
y sacerdotes, y sus profetas: los cuales dicen a un leño: Tú eres mi padre; y a
una piedra: Tú me has dado el ser. Volviéronme las espaldas, y no el rostro: y
al tiempo de su angustia, entonces dirán: Ven luego, Señor y sálvanos. ¿Dónde están,
les responderé yo, aquellos dioses, aquellos dioses tuyos que tu te hiciste? Acudan
ellos y liberente en el tiempo de tu aflicción: ya que eran tantos tus dioses,
oh Judá, como tus ciudades.
¿Para qué quieres entrar conmigo en juicio, a fin de excusaros? Todos
vosotros me habéis abandonado, doce el Señor. En vano castigue a vuestros
hijos; ellos no hicieron caso de la corrección; antes bien vuestra espada acabó
con vuestros profetas: como león destrozador. Así es vuestra raza perversa. Mirad
lo que dice el Señor: ¿Por ventura he sido yo para Israel desierto, o tierra sombría
que tarda en fructificar? ¿Pues porque motivo me ha dicho mi pueblo: nosotros
nos retiramos; no volveremos jamás a ti? Podrá acaso una doncella olvidarse de
sus atavíos, o una novia de la faja que adorna su pecho? Pues ello es que el
pueblo mío se ha olvidado de mis innumerables días.
¿Cómo intentas tú demostrar ser recto tu proceder para ganarte
mi amistad, cuando aún has enseñado a otros tus malos pasos. Y en las faldas de
tu vestido se ha hallado todavía, la sangre de los pobrecitos e inocentes? No los
hallé muertos dentro de los escondrijos, sin en todos los lugares y parajes que
acabo de decir. Sin embargo dijiste con descaro: sin culpa estoy yo e inocente:
y por tanto aléjese de mí tu indignación. Pues mira, yo he de entrar contigo en
juicio, porque has dicho: no he pecado. ¡Oh, y como te has envilecido hasta lo
sumo volviendo a tus malos pasos! Tú serás burlada del Egypto, como lo fuiste
ya de Assur. Si, volverás también de Egypto avergonzada, con tus manos sobre tu
cabeza; por cuanto el Señor ha frustrado enteramente la confianza tuya, y no
tendrás allá prosperidad ninguna.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas
con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra
para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo.
Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2