Baja Autoestima
3.2 Formación de una baja autoestima
La autoestima se va desarrollando a diario en los
primeros años de la vida de los niños y las niñas. Y entre los factores que
producen una baja autoestima podemos describir:
1. Amor condicionado a niños: "Si no sacas
buenas notas en tus exámenes, no te voy a querer".
• La repetición constante del no: No hagas eso, no vengas
tarde y otros.
• La inconsistencia en las reglas de conducta: papá da
una orden y mamá da una orden contraria. Papá no me da permiso, pero mi
mamá si...
• Regaño con alto grado de enojo, malas palabras,
cólera...
• Indiferencia de los padres, no sabe si está enfermo, si come, por donde anda...
• Reglas familiares rígidas. ¡Quien no viene a las 12,
sino después no almuerza en esta casa!
• Pérdidas importantes durante infancia: papá, mamá y
otros.
• El Abuso Físico, o sexual: golpes, violaciones, . . .
• Padre o madre alcohólicos o drogadictos.
• Padres sobreprotectores.
• Padres muy consentidores
• Comunicación de doble vínculo: es el mensaje con doble
fondo, una persona dice una cosa y actúa de otra forma diferente a la que
dijo. Ejemplo: Le pide al niño que no mienta, y él miente.
• Situaciones de estrés agudo o estrés pos traumático
pueden generar Los elementos estresantes pueden ser causa de una baja
autoestima.
"La autoestima es la valoración que
hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias
que hemos ido incorporando a lo largo de la vida.
Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos
gustamos o no. Esta valoración es muy importante, dado que de ella dependen
en gran parte la realización de nuestro potencial personal y nuestros
logros en la vida. De este modo, las personas que se sienten bien consigo
mismas, que tienen una buena autoestima, son capaces de enfrentarse y
resolver los retos y las responsabilidades que la vida plantea. Por el
contrario, los que tienen una autoestima baja suelen limitarse y
fracasar".
Por otro lado, hay una serie de factores, hasta 9 ha
reunido Ludivina García, para detectar un déficit de autoestima. Estos son:
Autocrítica elevada que crea un estado de
insatisfacción consigo misma.
Hipersensibilidad a la crítica, que le hace sentirse
fácilmente atacada y experimentar resentimientos contra sus críticos.
Indecisión crónica, miedo exagerado a equivocarse.
Deseo excesivo en complacer al otro, por miedo a decir
NO, por temor a desagradar y perder el aprecio del otro.
Perfeccionismo, una gran autoexigencia en todo lo
que emprende, lo que le lleva a sentirse mal cuando las cosas no salen con
la perfección exigida.
Hostilidad, irritabilidad a flor de piel, que le hace
estallar fácilmente por cosas de poca monta.
Culpabilidad exagerada, exagera sus errores y los lamenta
indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo.
Actitud supercrítica, casi todo le sienta mal, le
disgusta le decepciona, le deja insatisfecho.
Tendencias depresivas, tiende a verlo todo negro, su
vida, su futuro, y sobre todo su si mismo; incapacidad para
sentir el gozo de vivir.
El aprendizaje. La Autoestima se aprende fundamentalmente en la
infancia, pero también a lo largo de la vida, por lo que es muy importante
la relación de los padres con sus hijos para fomentar en ellos su
seguridad y confianza.
No basta con querer a nuestros hijos, es necesario que
ellos se sientan queridos y valorados, por lo que hay que expresárselo,
verbal y no verbalmente, con claridad.
Creer en ellos y en su capacidad, proponerles metas
accesibles a sus posibilidades. No culpabilizarles,
RESPONSABILIZARLES, y permitirles aprender a realizar aquello que si pueden
realizar, poniendo en marcha una sobreprotección que les impide el
aprendizaje.
Coherencia en los mensajes verbales y no verbales que les
transmiten.
El nivel de Autoestima de los padres influye mucho en la
de sus hijos.
Actitudes de cambio. Sirven para ganar autoestima
A valorarse
A aceptarse: Capacidades y Limitaciones
Cambiando los Automensajes
Cambiando Culpabilidad por Responsabilidad
A expresarse de forma asertiva.
Sobre la base de su experiencia, Ludivina García
considera que "hoy sigue habiendo muchas personas con déficit de
autoestima. Hay más conocimiento del tema y mayor deseo de mejora personal,
lo que lleva a más personas a buscar
ayuda profesional. La confianza y seguridad en si
mismo está en la base de todas las relaciones que establecemos con el otro,
sea relaciones de pareja, en el trabajo, con los amigos, vecinos… Y las
relaciones pueden ser más o menos gratificantes según nos sintamos en
ellas y las relaciones son la mayor fuente de
gratificación. Por lo tanto, unas relaciones sanas y gratificantes son
fuente de felicidad y bienestar".
Causas y consecuencias de la baja
autoestima
Una persona con
baja autoestima suele pensar de forma negativa sobre sí misma. Pero esto es
lo bueno: Que la baja autoestima se sustenta más en creencias que
en hechos y las creencias sí se pueden cambiar.
Aún sin
proponérselo, dichas creencias van cambiando a lo largo de la vida,
dependiendo de las circunstancias y experiencias que atraviese la persona.
Causas de la baja autoestima
Cada persona
sigue su propio y único camino en la vida y, a través del mismo, va
formándose su autoestima. El proceso suele ser gradual. La persona puede no
darse cuenta de que está formando un poso de creencias negativas sobre sí
misma.
En esa
construcción, la naturaleza innata de la persona juega un papel, pero las
experiencias que atraviesa y las personas con quienes se relaciona influyen
decisivamente.
Durante los
primeros años de la vida, cuando la personalidad se está formando, algunas
experiencias pueden dañar la autoestima. Y la persona, que aún no ha
desarrollado las armas para enfrentarse a ellas, es quizás cuando comienza
a sentirse poco valiosa.
Pero, también
de adulta, la persona puede vivir experiencias negativas que afecten su
autoestima.
Algunas
experiencias susceptibles de alimentar las creencias negativas de una
persona sobre sí misma son:
·
Ser víctima
de abusos (sexuales, físicos o emocionales) y la pérdida de control
asociada a ellos.
·
Haber visto
desatendidas sus necesidades básicas en la infancia.
·
Fracasar en
cumplir con las expectativas de sus padres.
·
Sentirse el
“bicho raro” de la escuela.
·
Sufrir
discriminación (por discapacidad, apariencia, estatus social o cualquier
otra circunstancia).
·
Verse
empujado por la presión social para seguir determinadas normas.
·
Sufrir acoso
o bullying laboral.
·
Padecer
enfermedades que condicionen sus actividades cotidianas o impacten en su
calidad de vida.
·
Sufrir por la
pérdida de personas importantes de su vida.
·
Sufrir por
exclusión social y soledad.
·
Afrontar el
desempleo o condiciones laborales precarias.
·
Etc.
Al atravesar
experiencias dolorosas como ésas, la persona puede ir formándose
esa opinión negativa sobre su apariencia, su inteligencia o sus capacidades.
Y, cuando
ocurre algo que le hace recordar esas experiencias vividas, adopta una
actitud negativa a la hora de enfrentarse a las nuevas experiencias.
Dependiendo de
qué tan intensas y arraigadas estén las creencias negativas sobre sí misma,
la persona puede sentirse mal o incluso fatal (por ejemplo, a la hora de
hablar en público) y quizás trate de evadir ese mal trago.
Pero lo malo de
escapar de esa experiencia es que la persona tiende a re-confirmar sus
creencias negativas. Se hacen más fuertes, disminuyendo así la posibilidad
de superar una situación similar en el futuro.
Se construye,
pues, un círculo vicioso que parece indestructible, pero no lo es.
Precisamente por lo que dijimos: se sustenta en creencias que se
pueden cambiar.
Consecuencias de la baja autoestima
De una u otra
manera, todas las áreas de la vida quedan afectadas cuando la persona
piensa tan mal sobre sí misma. Veamos algunas de las situaciones más
comunes…
La persona con
baja autoestima puede involucrarse en relaciones personales tóxicas,
destructivas, porque no se da a valer para que sea tratada con el respeto y
el amor que merece.
Respecto a su
vida social, puede decidir no involucrarse en muchas actividades para
evitar las críticas de la gente, que suele tomarse tan a pecho.
En el trabajo,
puede suceder algo parecido: que evite tareas por miedo a no
hacerlo perfecto o, incluso, que deje de optar a algún puesto de
trabajo por no verse lo suficientemente buena para el mismo.
Por otro lado,
la baja autoestima también puede desembocar en comportamientos muy
negativos como, por ejemplo, las adicciones. O, en algunos casos,
llevar a una persona a desarrollar una personalidad violenta, para
enmascarar sus vulnerabilidades.
Si en lugar de
esas creencias negativas, la persona tuviese una autoestima sana, no quiere
decir que no tendría problemas ni que dejaría de vivir experiencias
desagradables, pero sí tendría mejores armas para afrontarlas.
Concluimos con
un montón de ideas que sirven para construir una autoestima sana,
porque a todos nos viene bien fortalecer esos pilares, ¿a que sí?
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Hola. Me alegra que mi esquema sea de ayuda para aclarar algunas cosas sobre el autoestima. Buen post, por cierto :)
ResponderEliminarPost original del esquema:
http://dcow92.wordpress.com/2012/02/09/definiendo-la-buena-y-mala-autoestima/
Saludos.