jueves, 18 de julio de 2024

 PARTE II

Disciplina positiva en el aula: cómo ofrecer retroalimentación de forma respetuosa


Castigos y consecuencias

Castigos en el aula

La disciplina positiva es una metodología pedagógica que pone en juicio la imposición de castigos para que el niño realice la conducta que el profesor quiere. 

Al hilo de esto, en la masterclass nuestra coach educativa y experta en disciplina positiva, Miriam Antón, también hablaba del refuerzo positivo y lanzaba la siguiente pregunta: ¿qué pasa si el niño cumple la norma? ¿Hay que reforzarlos positivamente? 

La respuesta es no. Al haber acostumbrado al niño al refuerzo positivo, un método comprobado que funciona, lo que estamos haciendo es que en unos años, en su vida ya adulta, hayamos contribuido a crear una persona:

¿Y qué pasa cuando el niño no cumple la norma? 

Solemos confundir dos términos: castigo-consecuencia y consecuencia natural. Si un alumno no estudia, va a suspender. Esto es una consecuencia lógica o natural que guarda relación con el hecho. 

En cambio si un alumno no estudia y se le castiga expulsándolo de clase, esto no guarda ninguna relación con la situación. Además, los castigos generan frustración y provocará que el alumno pase del profesor y que empeore su comportamiento. 

Profesora regañando al alumno

Por tanto, no estaríamos atendiendo a sus necesidades. Pero, ¿y si le preguntaras qué le pasa y cómo puedes ayudarle? La situación cambiaría.

El enfoque en soluciones

Cuando un alumno suspende, castigarlo no es la solución. Pero sí puedes hablar con él, escucharle y encontrar soluciones útiles. Esto hará que en un futuro, el alumno en su vida adulta sea resolutivo e independiente.

Por tanto, este enfoque le dará al alumno herramientas que les ayudará a cuidar sus necesidades y la de los demás, de su entorno más cercano. 

Algunas ideas para aplicar el enfoque de soluciones:

  • Escucha activa.
  • No juzgarlos.
  • No imponerles nada.
  • Comunicaros y crear un vínculo afectivo.
  • Empatizar.

Es evidente que este enfoque requiere de más energía y constancia por parte del profesor. Pero es sin duda muy beneficioso y se obtienen buenos resultados.

Hay que ser consciente, autoevaluar cómo lo hacemos y empezar a fijar mini objetivos para implementar en el aula y ponerlo a prueba. Es una carrera de fondo en la que se van recogiendo frutos durante el camino.

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