CARTA A NUESTROS ESTUDIANTES
Hola mi querido(a) estudiante.
Quiero que te tomes unos minutos
para leer esta carta.
¿Qué quieres ser? ¿Qué quieres lograr? ¿Cómo quieres vivir?, quieres
andar a la sombra del fracaso o dar un paso a la luz de la grandeza, el éxito y
la abundancia que resplandecen ante ti. Hoy quiero confesarte lo mucho que creo
de ti. Naciste para triunfar, para lograr lo que te propongas. Sé que tienes
una familia maravillosa, que está preocupada por ti, que a pesar que no te han
dicho una sola palabra hoy, han llorado en silencio por lo que te pasa, por tu
año y por tu futuro; debes saber, que tus padres, hermanos, docentes, amigos y
yo, estamos muy preocupados, porque sabemos que quedan pocos días de clase y
que has descuidado algunas materias y obligaciones, pero aún tenemos confianza en
ti, en lo que eres capaz de hacer para ganar este año. Sé que se aproximan grandes
nubarrones, pero sé además, que solo los valientes como tú son capaces de enfrentar
sus miedos, sus inseguridades, su timidez y su pereza, y vencer la sombra del
fracaso que quiere acobijarte. Mira en tu interior, dentro de ti y descubrirás tus
cualidades, lo bueno que eres, los talentos que tienes, eres un ser humano maravilloso,
increíble, lleno de virtudes. Así que no dejarás ni hoy ni nunca, que nadie se
ría de ti, porque te diste por vencido y ayudaste a que eso ocurriera.
Dale a tus padres, unos días más
de vida, porque si cambias tu actitud y haces un mejor esfuerzo para ganar y
logras este propósito, ellos serán recompensados con alegría y felicidad, y la alegría
y la felicidad, hacen que las personas ganen días de vida; el sufrimiento, la
tristeza, la rabia, el odio, la envidia y el rencor son un catalizador para que
la vida se acorte.
Hoy debes llenar tu mente de
confianza, tu corazón de amor y tu cuerpo de vitalidad. Empezarás a hacer el
trabajo que te corresponde en forma autónoma, sin excusas, con un propósito para
que las cosas sucedan. Mira bien, solo los valientes aceptan los retos, se enfrentan
a ellos y salen vencedores, y tú eres un valiente. Pedir ayuda no debe ser para
ti, ni para ningún miembro de la familia Caciquista una vergüenza; pedir ayuda es
reconocer que no somos perfectos, que tenemos fortalezas y debilidades, que entendemos
unas cosas y otras se nos dificultan; hazlo, pide ayuda, deja el orgullo y
supera la dificultad. Igualmente ofrece tu ayuda en forma generosa a quien lo
necesite. Pero hijo(a), no eludas tu responsabilidad, persiste, persiste, que
el año aún no ha terminado y tú vas a ganar, porque hoy el compromiso y el reto
es contigo.
Tu rector y amigo
Jaime Julián Angulo Paredes.
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