La educación es un derecho, tal como está consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Wikimedia Commons
Aunque se espera que casi el 90% de los niños terminen la escuela primaria para 2030, solo el 61% de los adultos jóvenes (de 25 a 29 años) habrán terminado la educación secundaria.
Esa es la conclusión a la que llegó un estudio de la Universidad de Washington, en Seattle (Estados Unidos). Los investigadores, liderados por la estadista Emmanuela Gakidou, realizaron un análisis de datos educativos de 195 países entre 1970 y 2018. El estudio fue publicado en la revista Nature y se centró en una pregunta: ¿Cómo podemos asegurar que cada niño reciba una buena educación?
De acuerdo con los investigadores, “lograr una educación de calidad para todos es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Pero uno de los estudios más grandes de este tipo confirma que los países están lejos de garantizar un lugar escolar para unos 260 millones de niños que actualmente no asisten a la escuela”. En otras palabras, según sus cálculos, el Objetivo de Desarrollo Sostenible que plantea que para 2030 todos los jóvenes deberán completar la educación primaria y secundaria de manera gratuita, no podrá cumplirse.
En 1970, solo el 50% de los jóvenes de 25 a 29 años había completado la escuela primaria. Eso había aumentado al 83% en 2018, y se prevé que alcance el 89% en 2030. Para los setenta, solo alrededor del 20% del alumnado de entre 25 a 29 años había terminado la escuela secundaria. Y en los países del norte de África y Oriente Medio, solo el 7% había alcanzado este hito. Para 2030, los investigadores predicen que alrededor del 75% de la misma edad en estos países habrá completado la educación secundaria.
A pesar de haber aumentado la cobertura en educación en todo el mundo, especialmente en el norte de África y Oriente Medio, el equipo predice que solo la mitad de los jóvenes completarán la educación terciaria para 2030.
“Al mismo tiempo, sabemos qué grupos de niños tienen menos probabilidades de ingresar a la escuela o de progresar desde los niveles de educación primaria a superior. En general, son aquellos cuyos ingresos familiares son bajos, lo que a veces significa que los niños tienen que trabajar para contribuir al presupuesto familiar. Otros niños afectados incluyen aquellos con discapacidades, aquellos en regiones que experimentan conflictos y aquellos que pertenecen a grupos minoritarios. La desventaja en cualquier forma tiende a detener a los niños. Además, en muchos países, los niños no están en la escuela porque no hay suficientes escuelas financiadas con fondos públicos de suficiente calidad”, explica la estadista Gakidou a Nature.
Por último, los investigadores resaltan que se deben recopilar mejores datos sobre los logros educativos, conocidos como resultados de aprendizaje. Aunque en algunos países, se espera que los niños que terminan la escuela primaria puedan leer con un estándar establecido, en muchas partes del mundo no lo hacen. El Banco Mundial está trabajando con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, para crear evaluaciones estandarizadas para los resultados del aprendizaje y, junto con otras organizaciones, está pidiendo que estos sean parte del impulso para lograr el ODS para la educación.
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