18 DE MARZO DEL 2018
CONSEJO DIVINO.
LA PROFECÍA DE
ISAÍAS
CAPITULO XLI
DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS CAP. XLI– 41"
Poder infinito de Dios y su bondad con los hombres. Redención de
Israel: ruina de Babylonia, y vanidad de sus ídolos.
Callen ante mí las islas, y tomen nuevas fuerzas las gentes: Acérquense,
y hablen después, y entremos juntos en juicio. ¿Quién saco del oriente al justo
Abraham, y le llamó para que le siguiese? El Señor sujetó a su vista a las
naciones, he hízole superior a los reyes, que entregados al filo de su espada,
y por blanco de su arco, quedaron reducidos a polvo, y como paja que arrebata el
viento. Persiguiólos, pasó adelante sin desastre; tan velozmente que no se vio
la huella de sus pies. ¿Quién obró y llevó a cumplimiento estas cosas? ¿Quién ya
desde el principio eligió y ordenó a este fin todas las generaciones? Yo el
Señor, yo soy el primero y el ultimo.
Viéronlo la las islas, y se llenaron de temor: pasmáronse las
más remotas naciones: y a pesar de eso se reunieron y se acercaron. Se auxiliaron
mutuamente en esta loca empresa, y cada cual decía a su hermano: Buen ánimo. El
broncista que trabaja a martillo, esforzaba al que batía en el yunque diciendo:
bien hecha esta la soldadura: ahora a asegura con clavo la estatua del ídolo,
para que no se mueva.
Más tú, oh Israel, siervo mío, tú, oh Jacob, a quien escogí, tú,
que eres estirpe de mi amigo Abraham, Tú, a quien taje yo de los últimos términos
de la tierra, y te llame de sus lejanas regiones, y te dije: Siervo, Siervo mío
eres tú; yo te he escogido, y no te
desecharé: no temas, digo; que yo estoy contigo: no te desvíes, pues yo soy tu
Dios: yo te he confortado, y te he auxiliado, y la diestra poderosa de mi justo
te ha amparado. Sábete, que quedarán confundido y avergonzado todos aquellos
que te hacen la guerra: serán como si no fuesen, y perecerán los que te
contradicen. Buscaras a esos hombres que se alzan contra ti, y no los hallaras:
serán como si no fuesen, y quedaran como un esqueleto cuantos te hacen guerra. Porque
yo soy el Señor tu Dios, que te tomo por la mano, y te estoy diciendo: no temas
que soy yo el que te socorro.
No temas gusanillo o débil Jacob, no tienes que temer; ni
vosotros los que parecéis unos muertos de Israel. Yo soy tu auxilio dice el Señor;
y el Santo de Israel es el redentor tuyo. Yo hare que seas como un carro nuevo
de trillar las mieses, armadas sus ruedas de dientes de hierro: tú trillaras y
desmenuzaras los montes, y reducirás como a polvo los collados. Los aventaras,
y el viento se los llevará, y los esparcirás el torbellino; y tú rebozaras de alegría
en el Señor, y te regocijaras en el santo de Israel. Los hombres y menesterosos,
buscan agua, y no la hay: Secóse de su sed su lengua: Yo, el Señor, benigno. Yo
el Dios de Israel, no los abandonaré. Yo haré brotar rio en los más altos
cerros, y fuentes en medio de los campos: al desierto lo convertiré en estanque
de agua, y en la tierra árida e inhabitable, hare correr copiosos arroyos. Haré
nacer en la soledad el cerro, el setim, y el arrayan, y el olivo; y en el
desierto mismo produciré aun tiempo el abeto, el olmo y el boj, a fin de que
todos a una vean, y sepan y consideren y comprendan que la mano del Señor es la
que ha hecho una cosa tal, y que es el Santo de Israel quien lo ha creado.
Salid ahora a defender vuestra causa, dice el Señor: alegad si tenéis
alguna razón fuerte, dice el rey de Jacob. Vengan vuestros dioses y anúnciennos,
cuantas cosas están por suceder: declaren las antiguas que ya fueron, y estaremos atentos, y sepamos los sucesos
que vendrán después: anúnciennos lo que ha de suceder. Vaticinad, oh ídolos, lo
que ha de acontecer en lo venidero, y entonces conoceremos que vosotros soy
dioses, haced el bien o el mal, si es que podéis hacer algo; y hablemos y
discurramos juntos sobre vuestro poder. Pero es claro que vosotros soy hechos
de la nada y de una cosa que nada es, viene vuestro ser: abominable es quien os
escogió para adoraros como dioses. Yo empero, llamé al justo Abraham del norte,
para que viniese del oriente: él invoco mi Nombre, y pisó como lodo a los príncipes,
y como el alfarero que pisa al barro. ¿Quién otro más que yo, ha anunciado
estas cosas desde su principio, decidlo a fin de que lo conozcamos, y desde los
tiempos antiguos para que digamos: tienes razón: a favor tuyo esta la justicia?
Más no hay entre vuestros ídolos quien profetice, ni quien prediga lo futuro,
ni quien oiga siquiera las palabras de vuestra boca. El primero dirá Sion:
Hélos ahí y daré a Jerusalem un portador de alegres nuevas. Y yo, Isaias estuve
observando, y no hubo allí entre estos partidarios de los ídolos ni uno
siquiera que fuese capaz de consejo, ni de contestar una sola palabra a quien
le preguntaba. Luego todos son inicuos, y vanas son las sombras de sus manos,
viento y vanidad sus simulacros.
El señor vuelve con su palabra que tiene
poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en
cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas
y aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas
con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra
para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor
esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por
qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?
FELIZ
SEMANA
JJ = J2
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