lunes, 19 de marzo de 2018



18 DE MARZO DEL 2018
CONSEJO DIVINO.
LA  PROFECÍA DE ISAÍAS


CAPITULO XLI

DEL LIBRO DE DIOS "LA PROFECÍA DE ISAÍAS CAP. XLI– 41"

Poder infinito de Dios y su bondad con los hombres. Redención de Israel: ruina de Babylonia, y vanidad de sus ídolos.

Callen ante mí las islas, y tomen nuevas fuerzas las gentes: Acérquense, y hablen después, y entremos juntos en juicio. ¿Quién saco del oriente al justo Abraham, y le llamó para que le siguiese? El Señor sujetó a su vista a las naciones, he hízole superior a los reyes, que entregados al filo de su espada, y por blanco de su arco, quedaron reducidos a polvo, y como paja que arrebata el viento. Persiguiólos, pasó adelante sin desastre; tan velozmente que no se vio la huella de sus pies. ¿Quién obró y llevó a cumplimiento estas cosas? ¿Quién ya desde el principio eligió y ordenó a este fin todas las generaciones? Yo el Señor, yo soy el primero y el ultimo.

Viéronlo la las islas, y se llenaron de temor: pasmáronse las más remotas naciones: y a pesar de eso se reunieron y se acercaron. Se auxiliaron mutuamente en esta loca empresa, y cada cual decía a su hermano: Buen ánimo. El broncista que trabaja a martillo, esforzaba al que batía en el yunque diciendo: bien hecha esta la soldadura: ahora a asegura con clavo la estatua del ídolo, para que no se mueva.

Más tú, oh Israel, siervo mío, tú, oh Jacob, a quien escogí, tú, que eres estirpe de mi amigo Abraham, Tú, a quien taje yo de los últimos términos de la tierra, y te llame de sus lejanas regiones, y te dije: Siervo, Siervo mío eres tú;  yo te he escogido, y no te desecharé: no temas, digo; que yo estoy contigo: no te desvíes, pues yo soy tu Dios: yo te he confortado, y te he auxiliado, y la diestra poderosa de mi justo te ha amparado. Sábete, que quedarán confundido y avergonzado todos aquellos que te hacen la guerra: serán como si no fuesen, y perecerán los que te contradicen. Buscaras a esos hombres que se alzan contra ti, y no los hallaras: serán como si no fuesen, y quedaran como un esqueleto cuantos te hacen guerra. Porque yo soy el Señor tu Dios, que te tomo por la mano, y te estoy diciendo: no temas que soy yo el que te socorro.

No temas gusanillo o débil Jacob, no tienes que temer; ni vosotros los que parecéis unos muertos de Israel. Yo soy tu auxilio dice el Señor; y el Santo de Israel es el redentor tuyo. Yo hare que seas como un carro nuevo de trillar las mieses, armadas sus ruedas de dientes de hierro: tú trillaras y desmenuzaras los montes, y reducirás como a polvo los collados. Los aventaras, y el viento se los llevará, y los esparcirás el torbellino; y tú rebozaras de alegría en el Señor, y te regocijaras en el santo de Israel. Los hombres y menesterosos, buscan agua, y no la hay: Secóse de su sed su lengua: Yo, el Señor, benigno. Yo el Dios de Israel, no los abandonaré. Yo haré brotar rio en los más altos cerros, y fuentes en medio de los campos: al desierto lo convertiré en estanque de agua, y en la tierra árida e inhabitable, hare correr copiosos arroyos. Haré nacer en la soledad el cerro, el setim, y el arrayan, y el olivo; y en el desierto mismo produciré aun tiempo el abeto, el olmo y el boj, a fin de que todos a una vean, y sepan y consideren y comprendan que la mano del Señor es la que ha hecho una cosa tal, y que es el Santo de Israel quien lo ha creado.

Salid ahora a defender vuestra causa, dice el Señor: alegad si tenéis alguna razón fuerte, dice el rey de Jacob. Vengan vuestros dioses y anúnciennos, cuantas cosas están por suceder: declaren las antiguas que ya fueron,   y estaremos atentos, y sepamos los sucesos que vendrán después: anúnciennos lo que ha de suceder. Vaticinad, oh ídolos, lo que ha de acontecer en lo venidero, y entonces conoceremos que vosotros soy dioses, haced el bien o el mal, si es que podéis hacer algo; y hablemos y discurramos juntos sobre vuestro poder. Pero es claro que vosotros soy hechos de la nada y de una cosa que nada es, viene vuestro ser: abominable es quien os escogió para adoraros como dioses. Yo empero, llamé al justo Abraham del norte, para que viniese del oriente: él invoco mi Nombre, y pisó como lodo a los príncipes, y como el alfarero que pisa al barro. ¿Quién otro más que yo, ha anunciado estas cosas desde su principio, decidlo a fin de que lo conozcamos, y desde los tiempos antiguos para que digamos: tienes razón: a favor tuyo esta la justicia? Más no hay entre vuestros ídolos quien profetice, ni quien prediga lo futuro, ni quien oiga siquiera las palabras de vuestra boca. El primero dirá Sion: Hélos ahí y daré a Jerusalem un portador de alegres nuevas. Y yo, Isaias estuve observando, y no hubo allí entre estos partidarios de los ídolos ni uno siquiera que fuese capaz de consejo, ni de contestar una sola palabra a quien le preguntaba. Luego todos son inicuos, y vanas son las sombras de sus manos, viento y vanidad sus simulacros.


El señor vuelve con su palabra que tiene poder e infinita sabiduría. Leed tranquila y concienzudamente y hallaras en cada frase, en cada palabra una enseñanza del libro del Señor. Medítalas y   aplícalas en tu vid a, en tu familia y sobre todo, compártelas con tus estudiantes. Cada día el Señor te da una enseñanza y una palabra para reflexionar. El camino de la perfección requiere de mejor y mayor esfuerzo. Y tú estás en ese CAMINO. ¿Por qué Quieres huir de la perfección que Dios te ofrece?

FELIZ SEMANA                                                                   

JJ = J2





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