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NELSON
ROLIHLAHLA MANDELA
El líder mundial más importante del siglo XX
PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Nació el 18 de julio de 1918, en Mvezo, pequeño poblado
del distrito Umtata, capital del Transkei, Suráfrica. Es miembro del clan
Madiba. Su padre Gadla Henry Mphakanyiswa era miembro de la Casa Real del
reino Thembu, que forma parte de la nación xhosa. Su nombre Rolihlahla
quiere decir arrancar la rama de un árbol", y popularmente significa
"revoltoso"; una predeterminación de lo que ha sido su vida
dedicada a la lucha contra el racismo y por la dignidad del pueblo
surafricano.
"Los
Xhosa son un pueblo orgulloso, patrilineal, con un lenguaje expresivo y
eufórico y una gran fe en la importancia de las leyes, la educación y la
cortesía. La sociedad xhosa era un orden social equilibrado y armonioso, en
el que cada individuo conocía su lugar. Cada xhosa pertenece a un clan que
se remonta a través de sus ascendientes hasta un antecesor específico. Yo
soy miembro del clan Madiba, que lleva el nombre de un jefe thembu que
gobernó en el Transkei en el siglo XVIII".
Poco
después del nacimiento de Mandela, su padre fue despojado de su jefatura,
tierras y fortuna por el gobierno blanco, al negarse a aceptar imposiciones
contrarias a las leyes tradicionales del reino Thembu. Ante esta situación,
su madre se trasladó de Mvezo a Qunu, buscando la protección de sus
familiares. En esta nueva población transcurre la infancia de Mandela, en
medio del trabajo en el campo, la escuela con educación británica, y la
educación xhosa, transmitida por los ancianos en agradables reuniones
nocturnas que Mandela esperaba ansioso cada día.
Con
la muerte de su padre, cuando Mandela cumplió los nueve años, su madre,
Nosekeny Fanny, decidió llevarlo al palacio real Thembu para colocarlo bajo
la custodia del Rey Jongintaba Dalindyebo. Había sido la última voluntad de
su padre. "Mqhekezweni", el Gran Lugar, se convirtió en su nuevo
hogar donde su vida transcurría agradablemente cumpliendo las tareas en la
casa real y asistiendo a la escuela de la iglesia metodista, donde aprendía
inglés, xhosa, historia y geografía.
Fue
en la casa real donde Mandela aprendió la verdadera historia, la filosofía
y los procedimientos de la democracia africana. Había días en que al Gran
Lugar concurrían de toda Thumbulandia los jefes de los clanes y los
mandatarios tribales convocados por el Rey Jongintaba.
"Los
huéspedes se reunían en el patio delantero de la casa del regente, y éste
abría la sesión agradeciendo a todos su asistencia y explicando el porqué
de la convocatoria. A partir de ese momento no volvía a decir palabra hasta
que la reunión tocaba a su fin. Todo el que deseaba intervenir podía
hacerlo. Era la democracia en su forma más pura. Existía una estructura
jerárquica entre quienes tomaban la palabra, pero se escuchaba a todo el
mundo, jefes, súbditos, guerreros y sacerdotes, comerciantes y granjeros,
terratenientes y trabajadores. La gente hablaba sin interrupción y las
reuniones duraban muchas horas. La base de aquel autogobierno era que todos
los hombres eran libres de exponer sus opiniones e iguales en su valía como
ciudadanos. Mucho me temo que las mujeres eran consideradas ciudadanos de
segunda clase". (Nelson Mandela)
Los
momentos más emocionantes que vivió Mandela en la casa real fueron
escuchando los relatos de los ancianos sobre las historias de los pueblos
africanos, de sus guerras, sus héroes, de las luchas contra los blancos cuando
llegaron apoderándose de los territorios.
"En
Mqhekezweni despertó mi interés por la historia africana. Hasta entonces,
sólo había tenido noticias de los héroes xhosas, pero allí escuché
historias de otros héroes africanos como Sekhukhune, rey de los Bapedi; del
rey basotho Moshoesehoe; de Dingane, rey del pueblo zulú; y de otros como
Bambatha, Hintsa y Makana, Monteshiway Kgama. Oí hablar de estos hombres a
los jefes y líderes que venían al Gran Lugar para resolver disputas y
celebrar juicios." (Nelson Mandela)
Mandela
aprendió de los relatos de los ancianos que la historia contada en los
libros en la escuela era totalmente extraña y ajena a los pueblos
africanos. Era una historia que ignoraba la auténtica historia de los
reinos y las civilizaciones de sus antepasados.
"El
jefe Jovi aseguraba que el pueblo africano vivía en relativa paz hasta la
llegada de los abelungu, los hombres blancos, que vinieron de más allá del
mar con armas que escupían fuego. Hace tiempo, contaba, los Thembus, los
Mpondos, los Xhosas y los Zulúes eran todos hijos de un mismo padre y
vivían como hermanos. El hombre blanco había destruido el abantu, la
hermandad entre las diversas tribus. El hombre blanco estaba hambriento de
tierra y era codicioso, y el hombre africano compartió con él la tierra
como compartía el aire y el agua. La tierra no era algo que debiera poseer
el hombre, pero el blanco se apoderaba de la tierra como quien se apodera
del caballo de otro." (Nelson Mandela).
El
rey Jongitaba había determinado que Mandela sería el consejero del sucesor
del trono llamado Sabata, y por ello, debía recibir una excelente
educación. Lo envía a Clarkebury, el mejor centro educativo para africanos
de Thembulandia, que formaba profesores y era una escuela secundaria. El
director era británico y sólo tenía dos profesores africanos. Mandela era
un joven estudioso y en dos años obtuvo su certificado, cuando normalmente
se lograba en tres.
En
1937, a sus 19 años, Mandela fue enviado conjuntamente con Justice, hijo
del Rey, a continuar los estudios secundarios en Healdtown, donde estaba la
mayor escuela africana fundada por la iglesia metodista, llamada Fort
Beaufort. El propósito de la educación era formar "ingleses
negros". "Nos enseñaban -y nosotros lo creíamos- que las mejores
ideas eran inglesas, que el mejor gobierno era el gobierno inglés y que no
había hombres mejores que los hombres ingleses."
En
la nueva escuela Mandela comenzó a pensar como africano, superando su
estrecha visión xhosa. Eran más de 3.000 estudiantes, hombres y mujeres,
sothos, zulúes, basothos, mpondos. En medio de la rigidez de la educación
inglesa, un buen día recibieron la visita del poeta xhosa Krune Mohayi, un
historiador de la tradición oral. Su charla infundió en él un profundo
sentimiento de orgullo y sentido de su africanidad.
"El
poeta miró hacia la hoja de su lanza y después hacia el cable y, absorto en
sus pensamientos, se puso a recorrer el escenario arriba y abajo. La lanza
representa toda gloria y la verdad de la historia africana; es un símbolo
del africano como guerrero y como artista. Este cable metálico es un ejemplo
de la industria occidental, competente pero fría, inteligente pero sin
alma. No podemos permitir que estos extranjeros a quienes no les preocupa
nuestra cultura se apoderen de nuestra nación. Predigo que algún día las
fuerzas de la sociedad africana lograrán una histórica victoria sobre el
intruso. Hace demasiado tiempo que hemos sucumbido ante los falsos dioses
del hombre blanco. Pero algún día emergeremos de entre las sombras y
desecharemos esas ideas venidas de fuera". (Nelson Mandela)
En
1930, Mandela terminó sus estudios secundarios y se matriculó en la
Universidad de Fort Hare, único centro académico para africanos en toda
Suráfrica. Aquí conoce a Oliver Tambó. En su primer año de estudios
promovió una huelga contra la mala comida y es suspendido, condicionado a
que presentase excusas, pero no lo hace. Regresa a la casa real Thembu y se
encuentra con que el rey ha dispuesto matrimonio, según la tradición, para
él y su primo Justice. Los dos deciden huir a Johannesburgo.
En
Johannesburgo tiene que enfrentarse a una nueva vida llena de dificultades.
Encuentra trabajo en una oficina de abogados y, estudiando por
correspondencia, se gradúa como bachiller en artes. En su trabajo conoce a
Walter Sisulu y a Graur Randebe, ambos eran miembros del Congreso Nacional
Africano -CNA y poco a poco, comenzó a interesarse por los planteamientos
de esta organización.
"Graur...
aseguraba que para los africanos el motor del cambio era el CNA. Su política
era el mejor camino para luchar por el poder en Suráfrica. Hacía hincapié
en la larga historia de defensa del cambio por parte del CNA, señalando que
era la organización nacional africana más antigua del país, fundada en
1912. Su constitución denunciaba el racismo, sus presidentes habían
pertenecido a diferentes grupos tribales y predicaba como objetivo que los
africanos fueran ciudadanos de pleno derecho en Suráfrica." (Nelson
Mandela)
En
agosto de 1943 participó en una marcha de apoyo al boicot de autobuses en
el suburbio de Alexandra, en contra del alza de las tarifas. En este mismo
año se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de
Witwatersrand; fue el único estudiante africano de la Facultad. Al comienzo
se sintió como mosca en leche, pero asumió como un reto su permanencia en
representación de su pueblo. Entre los estudiantes descubrió y se relacionó
con un núcleo de blancos, indios y judíos, simpatizantes con la causa del
CNA y los pueblos africanos.
En
1943, Suráfrica era una sociedad racista donde los blancos, descendientes
de ingleses y holandeses (afrikaners), eran dueños del poder, imponían la
segregación racial y chupaban la sangre y el trabajo de los africanos. Los
africanos fueron despojados de sus tierras y quedaron reducidos al 13 por
ciento del territorio. Estaban prohibidas las relaciones sexuales y los
matrimonios entre razas diferentes.
Los
letreros "Blancos solamente", "Negros solamente"
estaban en todas partes. A los africanos les estaba prohibido hacer
huelgas, y usar los parques, las bibliotecas, los teatros y los cines. Los
africanos no podían votar y la educación que recibían era de muy baja
calidad. Los pueblos africanos estaban esclavizados en su propia tierra.
En
la casa de Walter Sisulu se realizaban permanentes reuniones de los
activistas del CNA. En una de estas reuniones Mandela conoció al doctor
Anton Lembede, cuyo pensamiento influyó decisivamente en su proceso de toma
de conciencia y politización.
"Lembede
sostenía que África era el continente del hombre negro, y que era tarea de
los africanos reafirmarse y reivindicar lo que era suyo por derecho.
Detestaba la idea del complejo de inferioridad de los africanos y arremetía
contra lo que llamaba la adoración. e idolatría hacia Occidente y sus
ideas. El complejo de inferioridad, afirmaba, era el mayor obstáculo para
la liberación... "El color de mi piel es hermoso" decía,
"como el suelo negro de la Madre África". Creía que los Negros
tenían que mejorar la imagen que tenían de sí mismo para ser capaces de
emprender acciones de masas con éxito." (Nelson Mandela). Mandela
comenzó a desarrollar sus aptitudes de liderazgo cuando en 1943 creó la
Liga de la Juventud junto a Oliver Tambo, Lembede, Mda, Sisulu y Nkomo. Se
propusieron imprimirle un nuevo espíritu de lucha al CNA y adoptan el
nacionalismo africano como su grito de batalla. Mandela es nombrado
Presidente. La liga de la juventud integraría a todos los pueblos, lucharía
por el derrocamiento de la supremacía blanca, y por el establecimiento de
una forma de gobierno democrático. Mandela se casa con Evelyn Mase con
quien tiene dos hijos.
En
1944, Mandela fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del CNA del
Transvaal. Allí comenzó a proyectar las estrategias para unir las
organizaciones africanas y poder movilizar a los pueblos en contra del
gobierno.
En
1948, el National Party (Partido Nacional) llega al poder. Es una
organización política integrada por blancos "africaneers" cuyo
principio fundamental era la imposición extrema de la supremacía blanca
sobre los pueblos africanos. Es elegido presidente el doctor Daniel Malan,
quien oficializó el sistema del apartheid como forma de vida entre los
surafricanos: implantó, definitivamente, a través de un sistema de leyes,
la segregación racial éon el lema "El hombre blanco debe ser siempre
el amo".
Para
hacer frente al apartheid del nuevo gobierno, la Liga de la Juventud
intensificó sus acciones y propuso al CNA un programa de acción para
combatir las medidas racistas con boicots, huelgas, desobediencia civil y
la no cooperación; además, proponía la realización de un paro nacional.
El
CNA convocó la unidad de acción con el Congreso Nacional Indio y el Partido
Comunista para lanzar una campaña de protestas llamada Campaña de Desafío.
Mandela fue nombrado Jefe Voluntario. Rechazaban las leyes racistas del
apartheid. La respuesta del gobierno de Malan no se hizo esperar: violencia
policial, arrestos masivos, juicio a los dirigentes, intimidación a las
comunidades, amenazas de prohibición a las organizaciones. Del proceso de
movilización echado a andar, resurgió el CNA como una verdadera
organización con base popular.
En
1951 el CNA oficializó en su congreso la Liga de la Juventud y reafirmó la
Presidencia de Mandela, quien distribuía su tiempo entre la promoción de la
lucha, sus estudios de derecho y el trabajo para sostener su familia, que
le reclamaba mayor atención. Junto con Oliver Tambo estableció una oficina
de abogados que en poco tiempo obtuvo numerosos clientes. En 1953 es vetado
para ejercer la abogacía, le exigen renunciar a su militancia con el CNA y
le prohíben las reuniones políticas. Logró defenderse ante los tribunales
con el apoyo de abogados blancos amigos.
En
medio del acoso policial, Mandela seguía organizando diversas campañas
contra el apartheid, entre ellas, las manifestaciones contra los desalojos
de las comunidades de los barrios negros de Sophiatown, y las protestas
contra la Ley de Educación Bantú, que colocaba bajo control del gobierno
todas las instituciones educativas para los africanos.
A
finales de 1954 el CNA realizó su conferencia anual en la ciudad de El
Cabo, y una de las principales iniciativas aprobadas fue la realización de
un Congreso de los Pueblos, que fuese representativo de todos los
surafricanos sin distingos de raza o color. El jefe Luthuli, presidente del
CNA, Nelson Mandela y Walter Sisulu, quedan responsabilizados de promover a
todas las organizaciones posibles. Del congreso debía salir una
Constitución por la Libertad, que recogiera los ideales democráticos y de
igualdad del pueblo surafricano. Un panfleto decía:
"CONVOCAMOS
A TODOS LOS PUEBLOS DE SURAFRICA, BLANCOS Y NEGROS... HABLEMOS JUNTOS DE LA
LIBERTAD...! QUE SE ESCUCHEN TODAS LAS VOCES, QUE QUEDEN REGISTRADAS LAS
PROPUESTAS QUE NOS HARAN A TODOS LIBRES. REUNAMOS TODAS NUESTRAS
REIVINDICACIONES EN UNA GRAN CONSTITUCION POR LA LIBERTAD."
El
Congreso de los Pueblos se realizó en Kliptown, los días 25 y 26 de junio
de 1955, con más de tres mil delegados. Desafiaron la intimidación
policial, cuando ya se habían cumplido los objetivos, entre ellos, la
aprobación de la Constitución por la Libertad; en plena clausura arremetió
una fuerza policial para disolverlo. La Constitución por la Libertad
"reflejaba las esperanzas y sueños del pueblo y fue el embrión de la
siguiente etapa de la lucha por la liberación y el futuro de la
nación"(Mandela).
La introducción dice
así: "Nosotros, el pueblo de Sudáfrica declaramos, para que
nuestro país y el mundo lo sepan:
-
Que Sudáfrica pertenece a todos aquellos que en ella viven, blancos
y negros, y que ningún gobierno puede, en justicia, demandar autoridad a
menos que ésta esté basada en la voluntad popular.
-
Que a nuestro pueblo se le ha robado su derecho a la tierra, a la libertad
y la paz mediante una forma de gobierno basada en la injusticia y la
desigualdad.
-
Que nuestro país jamás será próspero ni libre hasta que todos sus
habitantes vivan en hermandad, disfrutando de iguales derechos y
oportunidades.
-
Que únicamente un Estado democrático, basado en la voluntad del pueblo,
puede garantizar a todos los ciudadanos sus derechos, sin distinción de
color, raza, sexo o creencias.
Por consiguiente, nosotros,
el pueblo de Sudáfrica blancos y negros, unidos como iguales,
como conciudadanos y hermanos, adoptamos esta CONSTITUCIÓN POR LA
LIBERTAD y nos comprometemos a luchar juntos, sin ahorrar esfuerzo ni
sacrificio alguno, hasta que los cambios aquí expuestos se hagan
realidad".
Seguidamente,
las reivindicaciones de la Constitución por la Libertad se sintetizan en
los siguientes títulos:
-
"EL GOBIERNO SERA DEL PUEBLO!
- TODOS LOS GRUPOS DE
LA NACIÓN DISFRUTARAN DE LOS MISMOS DERECHOS!
- EL PUEBLO PARTICIPARA
DE LA RIQUEZA DE LA NACIÓN!
-
LA TIERRA SERA REPARTIDA ENTRE AQUELLOS QUE LA TRABAJAN!
La
respuesta del gobierno al Congreso del Pueblo fue la proscripción de los
líderes del CNA, prohibiéndoles movilizarse fuera de los distritos
asignados y encarcelando a otros, acusados de violación a la Ley de
Supresión del comunismo.
En
su hogar Mandela también estaba viviendo su propio drama. Su esposa Evelyn
Mase se dedicó a actividades religiosas y no participaba en la lucha por la
causa africana. En 1956, cuando se terminaba el matrimonio de Mandela,
recibió la tercera orden de proscripción por 66 meses sin poder salir del
distrito. El 5 de diciembre fue detenido, acusado de alta traición, de
conspirar para derrocar el gobierno. Otros 156 líderes del CNA en todo el
país fueron detenidos.
El
juicio por traición duró cuatro años. El gobierno los acusó de querer
imponer un régimen comunista, mostrando como pruebas: la Campaña de
Desafío, las movilizaciones contra los desalojos de Sophia-town y la
convocatoria del Congreso de los Pueblos. Los acusados y sus abogados
lograron demostrar que los cargos eran infundados; a los cuatro días fueron
puestos en libertad condicional. Por estos mismos días, el 14 de junio de
1958, Mandela se casa con la Trabajadora Social Winnie Nomzano Mdikizela
con quien tendría tres hijas.
En
marzo de 1960, el CNA convoca una jornada nacional de protesta contra la
Ley de Pases; por toda la nación millones de africanos destruyen
públicamente los pases y se realizan grandes movilizaciones. Las agresiones
policiales fueron sangrientas. El 21 de marzo, en la población de
Sharpeville, cerca de Johannesburgo, la policía disparó contra la multitud,
asesinando a 69 personas e hiriendo a más de 400. Esta fecha fue proclamada
por la Organización de Naciones Unidas como Día Internacional para la
Eliminación de la Discriminación Racial.
La
condena al gobierno surafricano fue unánime en el mundo. El régimen racista
desata una violenta represión contra todas las organizaciones. Fueron
detenidos más de 2.000 líderes y activistas del CNA y del CPA, nueva
organización que acababan de fundar exmilitantes del CNA, llamada el
Congreso Pan Africano. El CNA y el CPA junto a otras organizaciones fueron
prohibidos e ilegalizados. Nelson Mandela fue encarcelado el 30 de marzo y
condenado a cinco meses de prisión. Ante la arremetida fascista quedan
cerrados los espacios para la lucha no violenta y por las formas de acción
democráticas. Las organizaciones y los líderes pasaron a la clandestinidad
y comenzaron a reflexionar sobre la decisión de adoptar la lucha armada
como única alternativa para hacer realidad la Constitución por la Libertad.
Al
recobrar su libertad, Nelson Mandela pasó a la clandestinidad y comenzó a
recorrer las regiones del país socializando y promoviendo las nuevas
estrategias de lucha. La liga de la Juventud con Mandela a la cabeza creó.
La UMKHONTO WE SIZWE (La Lanza de la Nación), que abreviadamente se conoció
como MK. El CNA adopta la lucha armada. En una carta a los surafricanos,
Mandela dice:
"He
optado por este camino, que es más difícil e implica más riesgos y
sufrimientos que quedarme sentado en una celda... Combatiré el gobierno
codo a codo con vosotros, pulgada a pulgada y paso a paso, hasta alcanzar
la victoria. ¿Qué pensais hacer? ¿Nos acompañaréis en nuestro camino o
cooperareís con el gobierno en sus esfuerzos por sofocar las legítimas
exigencias y aspiraciones de vuestro propio pueblo? ¿Vais a permanecer
silenciosos y neutrales en una cuestión de vida o muerte para mi pueblo,
para nuestro pueblo? Yo, por mi parte, he tomado una decisión: no
abandonaré Sudáfrica ni me rendiré. Sólo a través de las dificultades, el
sacrificio y la militancia puede alcanzarse la libertad. La lucha es mi
vida. Seguiré luchando por la libertad hasta el fin de mis días."
La
Umkhonto se organizó como una fuerza multirracial. Los primeros golpes se
asestaron el 16 de diciembre de 1961, con el estallido de bombas en
edificios símbolos del apartheid y en torres de electricidad. Tomaron por
sorpresa al régimen racista. Los racistas no esperaban el cambio de formas
de lucha de los africanos.
Al
comenzar 1962, Mandela es designado para representar al CNA en la
conferencia del Movimiento Panafricano de Liberación para el África
Oriental, Central y Meridional. Debía encontrarse con Oliver Tambo,
embajador del CNA quien había difundido la causa en muchos países y
establecido oficinas en Egipto, Ghana, Tanganika e Inglaterra.
Mandela
y Oliver supieron aprovechar bien las oportunidades que les brindaba la
conferencia para difundir la causa y convocar la solidaridad hacia el CNA.
Conocieron a Kenneth Kaunda, líder de Zambia. Terminada la conferencia
viajaron a Lagos, Nigeria, a la Conferencia de Estados Independientes;
después, iniciaron una gira por el continente que los llevaría por doce
países africanos. En todos los países recibieron ayuda política, económica
y militar.
El
contacto con los líderes africanos independentistas, afirmó en Mandela la
convicción y la esperanza de que algún día no lejano, el CNA conquistaría
el poder para los africanos. Conocieron a Julius Nyerere de Tanzania, al
Emperador Haile Selassie de Etiopía, a Sékou Touré de Ghana, Nasser de
Egipto y Leopold Senghor de Senegal. En Rabat, Marruecos, pudieron
compartir con muchos luchadores de los movimientos de liberación de
Mozambique, Angola, Argelia y Cabo Verde. De África volaron a Londres para
establecer contactos con periodistas y líderes políticos influyentes.
Mandela se quedó varios meses en Addis Abeba, Etiopía, para recibir
adiestramiento militar.
En agosto de 1962,
Mandela regresa a Sudáfrica y después de presentar los informes
sobre los resultados de sus gestiones internacionales al CNA, cuando
viajaba hacia Johannesburgo, es detenido por la policía; sus 17 meses de
clandestinidad habían terminado. Lo encerraron en la prisión de El Fuerte,
en Johannesburgo y fue llamado a juicio, acusado de alta traición y
organización de guerrillas para asesinar a los blancos y establecer un
gobierno comunista.
Mandela
asumió su propia defensa para convertir el juicio en una tribuna de
denuncia y concientización nacional e internacional. Asistió al tribunal
con el kaross, vestido africano tradicional shoxa, sabiendo que irritaría a
las autoridades blancas y representaría la cultura estimulando el nacionalismo
africano.
"Señoría,
detesto intensamente la discriminación racial y todas sus
manifestaciones... Por poderoso que sea el miedo que siento ante las
aterradoras condiciones a las que puedo enfrentarme en la cárcel, mayor es
mi odio por las aterradoras condiciones a las que está sometido mi pueblo
fuera de ella en todo el país... Cuando cumpla mi pena me veré empelido por
el odio a la discriminación racial contra mi pueblo a emprender de nuevo,
en la medida de mis posibilidades, la lucha por la eliminación de estas
injusticias hasta que, por fin, queden abolidas de una vez por
todas..."
Mandela
recibió la condena más severa que se había aplicado en Suráfrica por un
delito político: tres años por incitación a la huelga y dos años por salir
del país sin pasaporte. Lo encarcelaron, primero en la prisión de Pretoria,
luego en la isla Robben.
Pasaban
los nueve meses cuando fue trasladado nuevamente a Pretoria junto a otros
líderes de la Lanza de la Nación -MK-, que serían sometidos al proceso
conocido como el Juicio de Rivonia, acusados, otra vez, de violación de la
ley contra el sabotaje y de la ley de supresión del comunismo. En esta
ocasión la policía racista había encontrado serias pruebas, al allanar la
sede central de la MK, que demostraban la conspiración de los acusados
organizando una rebelión armada contra el estado racista.
Nelson
Mandela, a la cabeza de sus compañeros, organizó la defensa. Todos
utilizaron el juicio para dirigirse al país y al mundo, reafirmando sus
ideales en las intervenciones y actitudes ante el tribunal.
"He
dedicado toda mi vida a la lucha del pueblo africano. He combatido la
dominación blanca. He acariciado el ideal de una sociedad democrática y
libre, en la que las personas convivan juntas en armonía y con igualdad de
oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que aspiro alcanzar.
Pero, si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a
morir".
Al
finalizar el Juicio de Rivonia, el Juez dictaminó cadena perpetua. En el
exterior del recinto la multitud agitaba carteles y pancartas:
"ESTAMOS CON NUESTROS LIDERES", y no cesaban de gritar
"MANDELA" "LIBERTAD, FUERZA" y de entonar el bello
himno "Nkosi Sikelel’ IAFRIKA". Lo regresaron a la isla Robben,
donde había estado 2 años atrás. Mandela fue el preso 466 admitido en 1964.
Tenía 46 años. Permaneció 18 años de su vida en la isla, que sumados a
otros anteriores, fueron 27 años encarcelado por sus ideales políticos.
Acompañado siempre de sus inseparables compañeros del CNA, nunca se doblegó
ante los chantajes y propuestas de libertad hechos por los racistas ni
permitió que les ultrajaran la dignidad personal.
Durante
la estancia en la isla prisión de Robben el mundo cambió vertiginosamente.
Pasaron muchos acontecimientos dentro de la propia prisión, en Suráfrica,
en el continente africano y en el resto del mundo. El CNA lanzó una intensa
campaña " ¡LIBERTAD PARA MANDELA!". En todos los países su nombre
se repitió incesantemente, y su imagen se convirtió en un símbolo gigante
de la lucha contra el racismo y por la justicia a favor de todos los
pueblos oprimidos.
Dentro
de la isla, los prisioneros se las arreglaron para vivir dignamente.
Crearon la "Universidad de la isla Robben", para estudiar unos
con los otros, aprovechando los conocimientos e inteligencia de los
valiosos profesores e intelectuales políticos allí reunidos. Los
prisioneros, cohesionados por sus convicciones y firmes con el CNA, siempre
supieron permanecer unidos fortaleciéndose mutuamente, manteniendo la
esperanza de que la lucha del pueblo africano y la solidaridad mundial le
devolviera a la libertad.
Afuera,
en Sudáfrica la lucha continuaba, creciente e incontenible, a
pesar de la represión racista y la política de división y manipulación de
las divisiones tribales, a través de los "bantustanes" o
"patrias africanas". La MK mantenía sus operativos guerrilleros,
y el CNA, desde la clandestinidad y junto a las demás organizaciones,
mantenía la actividad organizativa y la movilización popular.
El
16 de junio de 1976, en el suburbio de Soweto, donde Mandela había vivido y
trabajado activamente durante su vida en Johannesburgo, millares de jóvenes
estudiantes realizaban una manifestación de protesta contra la imposición
del "afrikaans" (lengua de los racistas africaneers de descendencia
holandesa) en las escuelas, en vez del inglés y las lenguas africanas. La
policía arremetió contra la multitud, asesinando 20 niños e hiriendo
cientos más. El levantamiento de los jóvenes se extendió por toda Suráfrica
y revivió las movilizaciones de masas en contra del apartheid.
"Los
acontecimientos de aquel día reverberaron en todas las ciudades y suburbios
de Suráfrica. El alzamiento actuó como detonador de insurrecciones y actos
de protesta a lo largo y ancho del país. Los funerales masivos por las
víctimas de la violencia del Estado se convirtieron en escenario de
concentraciones a nivel nacional; de repente, los jóvenes de Suráfrica se
sintieron enardecidos por el espíritu de la protesta y la rebelión. Los
escolares boicotearon las clases en todo el país y el CNA apoyó activamente
su protesta. La ley de Educación Bantú había regresado para acosar a sus
creadores, ya que aquellos jóvenes iracundos y audaces eran su
progenie." (Nelson Mandela).
La
isla Robben se sacudió. Llegaron centenares de jóvenes "valerosos,
hostiles y agresivos. Se negaban a aceptar órdenes y gritaban
"Amandla" cada vez que tenían ocasión. "Era la generación
criada por el sistema educativo del apartheid y que ahora se convertía en
su verdugo. Muchos jóvenes de la rebelión de Soweto informaron a Mandela y
sus compañeros de los nuevos acontecimientos y del surgimiento del
Movimiento Conciencia Negra, que trabajaba con la juventud y las
comunidades, concientizando y formando líderes, llenando los espacios que
dejaron por las prohibiciones, el CNA, el CPA y el Partido Comunista.
"El
Movimiento Conciencia Negra (fundado por Steve Biko) se trataba no tanto de
un movimiento como de una filosofía surgida de la idea de que los Negros
debían liberarse, ante todo, del sentimiento psicológico de inferioridad
que les habían imbuido durante siglos de dominación blanca. Sólo entonces
podría el pueblo levantarse con confianza y sacudirse la opresión."
(Nelson Mandela).
En
todo el mundo continuó desarrollándose el gigantesco movimiento
antiapartheid, simbolizado en "LIBERTAD PARA MANDELA". Mantener el
sistema racista, la prisión de los líderes políticos y la proscripción de
las organizaciones, se convirtió para el gobierno en una grave pesadilla
nacional e internacional. Suráfrica era el pan de cada día en las. Naciones
Unidas, los foros internacionales, y conclusión obligada, en rechazo al
apartheid, de todas las reuniones sindicales, religiosas, culturales y de
derechos humanos.
Suráfrica
fue aislada y marginalizada por el sistema de Naciones Unidas. Fueron
aprobadas convenciones contra el crimen del apartheid y se acordaron
sanciones económicas, culturales, científicas y deportivas. Centenares de
países rompieron relaciones diplomáticas con el gobierno, y las mercancías
exportadas fueron boicoteadas por los sindicatos. En la frontera
surafricana los países vecinos crearon la "Línea del Frente"
contra el apartheid, dando refugio y apoyo a los guerrilleros del MK y a
los líderes exiliados del CNA, el CPA.
La
situación fue insostenible para la sociedad blanca que se beneficiaba del
apartheid. Mantener la guerra del Estado contra las sociedades africanas
producía una profunda crisis económica, política y moral. Fue tomando
fuerza la corriente blanca en pro de la eliminación del apartheid y el
establecimiento de una nueva Suráfrica democrática y multiracial. Proponía
una salida política negociada, que evitara la destrucción generalizada de
la nación. La clave del proceso de negociación era Mandela; era necesario
liberarlo de la isla Robben.
A
finales de 1979, Mandela es honrado con el Premio por los Derechos Humanos
de la India Jawaharlal Nehru, y en todos los países la solidaridad de
gobiernos, instituciones y universidades la expresaban otorgándole decenas
de distinciones honoríficas. La campaña "Libertad para Mandela"
se convirtió en un poderoso movimiento ideológico y político dentro y fuera
de Suráfrica.
En
marzo de 1982, Mandela, y sus compañeros Walter Sisulu, Raymond Mhalaba y
Andrew Mlangeni fueron trasladados a la prisión de alta seguridad de
Pollsmoor, en Ciudad del Cabo. Durante la siguiente década, el gobierno
racista trató de convencer a Mandela de abandonar la lucha armada y en
cambio le darían la libertad. La respuesta de Mandela fue siempre
contundente.
¿Qué
clase de libertad se me ofrece cuando la organización de mi pueblo sigue
estando prohibida? ¿Qué clase de libertad se me ofrece cuando puedo
ser detenido por no llevar un pase? ¿Qué clase de libertad se me ofrece
para vivir mi vida en familia mientras mi querida esposa permanece exiliada
en Brandfort? ¿Qué clase de libertad se me ofrece si debo pedir permiso
para vivir en una zona urbana? ¿Qué clase de libertad se me ofrece si
incluso mi ciudadanía como surafricano no ha de ser respetada?... No puedo,
ni pienso hacer promesas en un momento en el que vosotros, el pueblo y yo,
no somos libres." (Carta de Nelson Mandela).
En
1987 comenzaron las discusiones entre Mandela y Kobie Coetsee, Ministro de
Justicia, creando las condiciones para entablar una negociación entre el
CNA y el Gobierno. Acordaron la creación en el Gobierno de un Comité de
Altos Funcionarios. La primera reunión la realizaron secretamente en mayo
de 1988.
En
diciembre de 1988, después de varios meses en el hospital recibiendo un
tratamiento contra la tuberculosis, Mandela fue trasladado a la cárcel de
Paarl, llamada Víctor Verster, a 50 Kilómetros de El Cabo. Vivía en una
casa pequeña con piscina y jardín. "La casa creaba cierta ilusión de libertad...
Aunque todo era muy agradable, no olvidaba ni por un momento que era un
prisionero en una jaula dorada". En este sitio continuó las reuniones
con el comité de funcionarios del gobierno, y recibió las visitas de muchos
amigos y personalidades.
El
CNA y el Congreso de los Sindicatos Surafricanos lanzaron una Campaña de
Desafío, para presionar a las instituciones que apoyaban el apartheid. La
MK intensificó sus acciones de sabotaje. Muchas empresas se retiraban de
Suráfrica, y las presiones internacionales se intensificaron, el Congreso
de EE.UU. aprobó serias sanciones contra Suráfrica.
En
enero de 1989, el presidente P.W. Botha, renunció a la dirección de su
Partido Nacional y el cargo fue asumido por Frederick W. De Klerk. El 5 de
julio, Mandela se entrevistó en la casa presidencial con el Presidente
Botha. Fue una reunión informal de conocimiento mutuo, y a cuyo final
Mandela solicitó al Presidente la liberación de todos los presos políticos.
Un mes después renunció a la presidencia P.W. Botha y le sucedió al día
siguiente F. W. De Klerk, quien en su posesión reafirmó el compromiso con
el cambio y las reformas al apartheid.
Las
negociaciones continuaron. El 10 de octubre de 1989, el presidente De Klerk
asistió a la liberación de Walter Sisulu y siete de los dirigentes del CNA.
Otros líderes fueron liberados de la cárcel de Johannesburgo.
El
presidente De Klerk y Mandela se conocieron y escucharon atentamente el 13
de diciembre de 1989. Un mes después, el presidente anunció ante el
Congreso: La legalización del CNA, el CPA, el Partido Comunista y otras 31
organizaciones; la liberación de los presos políticos encarcelados por
actividades no violentas; la abolición de la pena de muerte y el
levantamiento de otras restricciones. "Ha llegado la hora de las negociaciones",
dijo. El 9 de febrero de 1990 se realizó una nueva reunión y De Klerk le
comunica a Mandela su libertad el día siguiente. El 11 de febrero Mandela
abandona la cárcel cuando tenía 72 años y pudo gritar" ¡AL FIN LIBRES¡
¡AL FIN LIBRES! “recordando el sueño del gran líder Martin Luther King.
Ya
en libertad, Mandela se toma tiempo para agradecer y reconocer a sus viejos
camaradas del CNA, a sus amigos, al país y al mundo. El deseaba sentir a
las gentes que tanto habían gritado ¡LIBERTAD PARA MANDELA! y las gentes
querían tocarlo, sentirlo vivo y triunfante.
En
julio de 1991, el CNA realizó su primera Conferencia Anual dentro de
Suráfrica en 30 años, Mandela fue elegido Presidente. En medio de la
felicidad Mandela seguía viviendo su propio drama familiar: el 13 de abril
de 1992, anuncia su separación de Winnie. Mandela el mito siempre vivió con
ella, Mandela el hombre ya era un ilustre desconocido.
El
CNA y el gobierno de F. W. De Klerk, entre 1991 y 1995, recorrieron un
largo y complejo camino de negociaciones y concertaciones. Surgieron
enemigos poderosos, tanto dentro de la comunidad africana como en la
comunidad blanca, que provocaron momentos difíciles de tensiones,
asesinatos y desconfianzas. El propósito era firme, y con la buena voluntad
superaron las partes las dificultades. En 1993, Mandela y De Klerk fueron
premiados con el Premio Nobel de la Paz. Así sellaba los acuerdos la
comunidad mundial.
Después
de concertar el plan de acción para la institucionalización de los cambios
democráticos en la convención por una Suráfrica Democrática, se fijó la
fecha de elecciones para el 27 de abril de 1995. El CNA obtuvo el 62 por
ciento de los votos. Se iniciaba una nueva etapa en la historia de
Suráfrica. El 10 de mayo, en medio de los mismos cánticos que lo
defendieron durante 27 años en prisión, Nelson Mandela se posesionó como
Presidente de la República de Suráfrica, Frederik W. De Klerk como
Vicepresidente: Negros y Blancos, ¡por fin unidos!.
"De
la experiencia de un desastre humano que ha durado demasiado ha de nacer
una sociedad de la que toda la humanidad se sienta orgullosa...
Hemos
logrado por fin nuestra emancipación política. Nos comprometemos a liberar
a nuestro pueblo de las cadenas de la pobreza, las privaciones, el
sufrimiento, el género y cualquier otra discriminación...
Que
reine la libertad. ¡Que Dios bendiga a África!" (Nelson Mandela)
Todas y todos unidos, emanando buenas energías en pro de la
mejoría de salud de este gran hombre, referente mundial, que luchó a favor
de la población afrodescendiente de Sudáfrica y generó en otros países y
regiones las mismas dinámicas de cambio, perseverancia, poder social y
político.
El
apartheid sudafricano
El apartheid es un fenómeno que podría ser definido como una
práctica de segregación racial, donde se da el desarrollo separado de dos o
más grupos. En esta relación desigual, un grupo se beneficia de ello; y el
otro sufre dicho proceso. En el caso que elegí para estudiar, Sudáfrica, el
primer grupo está representado por los blancos y el segundo por los negros.
El fin que persigue está política discriminatoria es puramente
económico. Los grupos blancos manejan el poder económico y político, y para
el correcto desarrollo del sistema someten a los grupos negros. Con el
desarrollo del trabajo, veremos cómo este último grupo, al no tener ninguna
forma por la cual desarrollarse como autónomamente, debe ofrecerse al
mercado como mano de obra al servicio de los blancos. Y, si a este dato le
sumamos que esta mano de obra no está calificada, porque las leyes no
permiten otra cosa; la conclusión es obvia: el papel que desempeñan los
negros en Sudáfrica es el de mano de obra barata.
El modo
en que estructuré el trabajo es marcar, en un primer momento, los
antecedentes históricos del apartheid. Con esto se pueden rastrear las
raíces del proceso, y ver que es un problema histórico de larga duración.
En una segunda etapa, describí el proceso del apartheid en sí mismo, como
fenómeno histórico autónomo, teniendo en cuenta el papel que desempeñó la
resistencia. Luego, con el fin del apartheid, ver las causas de dicha
decisión y marcar, por último, las consecuencias que el proceso dejó en
Sudáfrica hasta la actualidad.
En el transcurso de la investigación, espero dejar en claro que, el proceso
histórico que estudio, no puede ser entendido sino tenemos en cuenta la lógica
del desarrollo capitalista y el papel que desempeñó el imperialismo, en las
continuas reestructuraciones que el apartheid sufrió en Sudáfrica.
Antecedentes históricos.
Los antecedentes históricos que pueden destacarse son muchos.
El primero es la conquista del territorio en cuestión por parte de los
grupos blancos.
A partir de ahí estos dominaron a los negros. En un primer
momento sirviéndose de la ciencia, donde la teoría del darwinismo social
aparece como un arma novedosa y peligrosa a la vez. Ésta planteaba
diferentes grados de evolución cultural y afirmaba una separación entre
blancos y negros. El mundo occidental, y obviamente los blancos, se
presentaba como lo superior en dicha escala. Basándose en esto legitimaron
la empresa civilizadora. O sea, debían imponer la estructura occidental al
resto del mundo.
En un segundo momento, surgen problemas entre los grupos
blancos más antiguamente asentados en la zona y los nuevos. Los primeros
eran los afrikaners, colonos holandeses y refugiados protestantes
franceses, que desempeñaban trabajos granjeros y ganaderos. Estos llegaron
al lugar a finales del siglo XVII. Los segundos, los ingleses, que llegaron
a la región a finales del siglo XVIII, se ocuparon de la industria minera.
Surgen enfrentamientos entre los dos bandos, los cuáles se
conocen con el nombre de las guerras Bóers. Estas se extienden de 1899 a
1910, cuando el Parlamento británico fundó la Unión Sudafricana.
A partir de esto se produce un cambio. Se da una fuerte
coerción proveniente de las medidas del estado, controlado celosamente por
el grupo blanco. En 1911, por ejemplo, se implementó una legislación que
extendía las sanciones criminales a los que rompieran un contrato de
trabajo obligatorio, que se practicaba desde hacía tiempo. Mediante este
sistema se reclutaban trabajadores para la minería. El modo en que se hacía
esto era obligándolos a migrar, desde sus comunidades a los centros
mineros. Esta práctica se venía dando desde 1867, momento en que empieza la
producción. Los jefes de las comunidades tuvieron un papel importante en
este sistema de leva. Actuaban como intermediarios entre las partes.
Organizaban y controlaban los grupos de trabajadores. Otra medida importante
fue una ley del año 1913, la cual prohibía la compra de tierras a los
negros. Con esto se manejaba mejor el reclutamiento de mano de obra.
El otro sector dominante en la economía era la agricultura.
Ésta servía para abastecer de alimentos a los trabajadores del sector
minero. Al unir intereses entre ambas partes, este sector redujo los
precios de sus productos, y las ganancias del primero aumentaron. La única
condición era que no debían competir por la mano de obra, ya que el sector
agrícola necesitaba de una plantilla permanente de trabajadores, aparte de
una estacionaria. Las diferencias se superaron y esto perjudicó al grupo
negro, ya que la presión era doble.
A partir de la década de 1930, se suma un tercer yugo a los
anteriores: el industrial. Éste se establece por el proceso de sustitución
de importaciones, que dirigía el estado. Esto se da por el contexto
internacional generado por la guerra mundial y la crisis económica.
Comienza de este modo un proceso de proletarización, basado en las mismas
diferencias raciales que venimos viendo hasta ahora. Aparece una clara
división del trabajo. Los mejores puestos, los calificados y mejor
retribuidos, fueron asignados a los blancos. Los peores a los negros,
porque seguían siendo una mano de obra no calificada, y por lo tanto
barata. Es importante destacar que, sólo se le permitió la organización
sindical al grupo blanco y no al negro. Esto es para prohibirles la
utilización de una herramienta legal de lucha, por medio de la cual podrían
haber reivindicado sus intereses, aunque más no sea los laborales.
Teniendo en cuenta todo esto, vemos los cambios que produjo la
intromisión extranjera en esta zona de África. Mediante una organización
del territorio bajo la forma de un estado fuerte (forma típica que ésta
institución adquirió después de la revolución francesa), se producen
cambios en lo económico. En la división internacional del trabajo,
Sudáfrica era productora minera, principalmente y agrícola, como
complemento. Era un país dirigido por una elite política blanca,
descendientes de los primeros colonos e inmigrantes. Pero estaba apoyado en
la fuerza de producción de color, a la cual oprimían con medidas absurdas
basadas en la discriminación racial. Pero, por medio de estas producían,
como ya dije, efectos económicos especialmente planeados y deseados.
Es en esta lógica en que debe inscribirse el comienzo del
apartheid como proceso único en la historia. Esto es así porque surge como
una reestructuración capitalista, ya que se modifica para tratar de superar
un problema económico, que surgió en la década del 40. En dicho momento
cayeron las tasas de ganancia, porque declinó la capacidad productiva de
los principales sectores económicos. La causa de esto es que simplemente
pierden su productividad las reservas naturales.
El apartheid en sí mismo.
El apartheid, en sí, como proceso autónomo en la historia,
empieza en 1948, cuando el Partido Nacional gana las elecciones. Ese mismo
año se produce una reforma electoral, por la cual se les niega la
participación política a la población negra. De este modo se dejaba
asegurado el control del estado, y se explica cómo una minoría pudo someter
a su antojo al resto de los habitantes sudafricanos.
Además de esto, en 1950 introduce un programa gubernamental basado en la
discriminación racial. Los principales puntos del mismo eran la ley anti-comunista,
que prohibía las organizaciones de este marco ideológico, ya que las
relacionaban con métodos violentos o no convencionales de políticas de
cambio. Otra ley consideraba al matrimonio mixto, entre blancos y negros,
como un delito. Por último, establecía una educación separada para cada uno
de los grupos en cuestión, además de que debía ser financiada de un modo
particular y que, en 1959, se prohibió otorgar matrícula universitaria a
los estudiantes no blancos.
El fin
buscado por todas estas medidas para que los negros se sometieran a los
blancos, actuando como mano de obra barata, lo cual servía para el
desarrollo capitalista de la región. Pero, si tenemos en cuenta el
desarrollo anterior, vemos que no modifica nada. Con esto, sólo institucionalizó
una práctica racista que tiene sus raíces en la misma conquista colonial
del país; y que se venía practicando desde ese momento.
Además, buscaba el mismo fin; o sea, el beneficio económico
del sector blanco basado en la opresión del grupo negro, que servía al
desarrollo mundial del capitalismo en su forma de imperialismo.
En lo que concierne a la distribución geográfica, los negros
fueron obligados a vivir separados de los blancos, mediante la Group Areas
Act, ley establecida en 1950. Los territorios que ocupaban los primeros
eran denominados "bantustanes". Estos eran muy pobres en cuanto a
la productividad del suelo, ya que las mejores tierras fueron repartidas
dentro del grupo blanco. Al hacer este reparto desigual, lo que se logró
fue no permitir el desarrollo autónomo del grupo negro. La causa de esto es
que, al separarlos de los medios de producción, no les alcanzaba ni
siquiera para la subsistencia. Naturalmente, para seguir viviendo tuvieron
que aceptarlas reglas del juego y ofrecer en el mercado lo único que les
quedaba: su fuerza productiva. Igualmente el mercado ya regía las
relaciones económicas en Sudáfrica desde hacia tiempo, como ya planteé con
anterioridad, pero ahora era más tajante. Dicho más claramente, no les
quedaba otra salida que convertirse en proletariado.
En todo este proceso, se va configurando una forma de proceder propia del
grupo negro, totalmente separado del modo de vida de los blancos; y también
gestado una respuesta a las prácticas opresoras. Un ejemplo de ello es la
creación, en 1912, del Congreso Nacional Africano, que surge como un modo
de organizar la resistencia a la dominación ya descrita.
La posición del gobierno se fortaleció cuando los grupos
blancos dejaron sus diferencias de lado, y unieron fuerzas políticamente
hablando. Esto sucedió en 1954, cuando el Partido Nacional se fusionó con
el Partido Afrikaner, antigua organización que aglutinaba a los Bóers. Y es
aquí donde debe ubicarse el consenso ideológico en el que se apoyo la
política segregacionista en cuestión. Todos los grupos blancos se
beneficiaron de la lógica de su funcionamiento, por lo tanto no se
opusieron a la misma. Además, la práctica de discriminación racial se venía
practicando desde mucho tiempo, como ya notamos, y estaba bien
Internalizada en la sociedad sudafricana. Por lo dicho, las leyes no
vinieron a cambiar nada, el proceso tenía sus raíces muy hundidas en el
pasado.
Papel de la resistencia.
El Congreso Nacional Africano fue fundado en 1912 con el fin
de defender los derechos civiles y los intereses de los negros, de forma no
violenta. El modo en que llevó a la práctica sus fines fue mediante
delegaciones, peticiones y protestas pacíficas, que perseguían cambios
constitucionales. Esta organización aumentó su popularidad cuando, en 1944
fundó la Liga Nacional. En ésta se encontraba militando Nelson Mandela,
quién daba sus primeros pasos dentro de la vida política de su país. Pero
el mayor número de afiliados lo obtuvo en la década de 1950, momento en que
empezó a implementarse la política del apartheid.
El C.N.A. adoptó como declaración básica la Carta de Libertad,
documento redactado en 1955 por más 2000 personas de distintas razas y
etnias; y que proclamaba una Sudáfrica no racista, unificada y democrática.
Por este mismo motivo, también surgió una separación dentro del C.N.A., la
de los que consideraban que África sólo pertenecía a los negros. De este
modo se fundó en 1959 el Congreso Panafricano (P.A.C.), el cuál organizó
manifestaciones masivas. La más importante de ellas fue la que finalizó con
la denominada "matanza de Sharpeville", de 1960, en la cual la
policía mató e hirió a varios manifestantes. Como respuesta a dichas
manifestaciones, el gobierno declaró el estado de emergencia y prohibió
todas las organizaciones políticas negras.
A partir de este momento, las organizaciones opositoras al sistema empezaron
a actuar en la clandestinidad.
Consecuentemente, el C.N.A. formó la facción militar llamada
Lanza de la Nación, en 1961, que emprendió una campaña de sabotajes contra
el gobierno. Durante la actividad de los años siguientes, muchos militantes
fueron perseguidos, encarcelados, torturados y asesinados. Algunos de ellos
optaron por el exilio, combatiendo desde el exterior; pero otros como
Mandela fueron condenados a cadena perpetua por el gobierno.
La oposición igualmente siguió manifestándose en los años
posteriores. Se suceden continuamente las huelgas y los enfrentamientos con
la policía. En junio de 1976 la policía se enfrentó con diez mil
estudiantes que se manifestaban en Soweto, en contra de la imposición de la
lengua afrikáans, además del inglés, como asignatura obligatoria en las
escuelas. El resultado fue de cientos de muertos, a lo que la población
negra respondió con disturbios, incendios y muertes, que días después se
extendieron a otras zonas del país. La policía siguió respondiendo con medidas
represivas. Se la recuerda como una de las manifestaciones de la
resistencia negra más importantes, pero a la vez de las más violentas y
sangrientas. Más tarde, el 1º de mayo de 1986, un millón y medio de
trabajadores negros fueron a la huelga, y un millón de estudiantes no
asistieron a clases, exigiendo que se reconozca al 1º de mayo como día
internacional de los trabajadores y que sea un día no laborable. En junio
de 1986 se produjo una huelga general en conmemoración de los diez años de
la masacre de Soweto. Además, en agosto de 1987, una huelga minera paralizó
al sector más importante de la economía sudafricana.
En síntesis, desde 1985 a 1989 rige un estado de sitio que
arroja las cifras de cincuenta mil activistas detenidos y cuatro mil negros
asesinados por las fuerzas policiales. Esto muestra que, aunque las leyes
del gobierno de los blancos les hayan sacado todas las herramientas legales
de lucha (derecho a huelga, a organizarse en sindicatos o cualquier tipo de
instituciones políticas) y hayan perseguido a sus dirigentes, la fuerza
opositora negra siguió en pie de lucha en búsqueda del derecho natural de
la libertad. En esta disputa, muchas fueron las muertes pero la resistencia
nunca decayó. Igualmente, aunque el movimiento popular se haya estado
fortaleciendo con cada año de resistencia, la cúpula del mismo iba a
cambiar de un modo total, produciendo una mutación impensable dentro de la
lógica de lucha descrita hasta aquí.
Transformación de la resistencia y fin del apartheid.
Durante el desarrollo del apartheid, se establecen en
Sudáfrica gran cantidad de mega empresas. Estos monopolios son Toyota,
Kodak, BMW, Coca Cola, Colgate-Palmolive, Generals Motors y Wolksvagen,
entre otros. Producen una occidentalización del país demasiado notoria.
Pasa de ser un país atrasado económicamente a convertirse en un país apto
para la división internacional del trabajo.
Pero la misma lógica que había producido las transformaciones descritas, ya
no se podía aplicar porque estaba llegando a su fin. En este momento el
sistema había chocado con sus propios límites de acción. Era evidente que
debía reformularse, si los grupos blancos querían que siguiera funcionando.
La situación económica era acuciante. En 1985 se produce un crack
financiero. La causa era que no llegaban inversiones extranjeras al país
desde comienzos de la década del 80, por la política inestable que
Sudáfrica vivía en ese momento, fruto de la gran cantidad de huelgas de los
obreros negros oprimidos, que detallé en la parte anterior del trabajo. Era
necesario un cambio en el sistema sudafricano de apartheid, si el grupo
enquistado en el poder quería seguir disfrutando de sus beneficios. O sea
que el momento del cambio había llegado.
De este modo, se nos presenta la culminación del apartheid
como el fin de la hegemonía política del grupo blanco y la participación de
la población negra en el tema político, apoyada obviamente en otros logros
parciales y sin demasiado alcance o importancia. Por ejemplo la
legalización de las organizaciones negras en 1990, durante el gobierno de
Willem Klerk; o la liberación de Nelson Mandela durante la misma
presidencia; o las elecciones multirraciales de 1994 que coloca a Mandela
como el primer presidente negro en la historia de su país.
Entonces, teniendo en cuenta las ideas anteriores, se puede
afirmar que es cierto que la población de color ganó derechos políticos,
pero de ningún modo sociales; ya que el poder económico siguió escapándose
a su control. La causa de esto es que el capitalismo, para adaptarse a los
cambios históricos, se reestructuró. Ahora no es tan importante controlar
el aparato político directamente, sino que con controlar el sector
económico de un país se presiona sobre lo político y se lo maneja
fácilmente.
Empieza, de este modo, un diálogo entre los grupos blancos
aferrados al poder y el Congreso Nacional Africano. Esto deriva en una
serie de concesiones de ambas partes. Los primeros ceden el dominio
político del país; los segundos, la verdadera libertad de la población
negra. El hecho histórico en el que se apoya esta idea, es la creación de
la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en 1995, presidida por el
antiguo militante de la resistencia negra, el arzobispo Desmond Tutu. El
fin de dicho organismo es examinar los años del régimen segregacionista,
con el fin de condenar las atrocidades cometidas. De este modo se promueve
una política de unidad y reconciliación nacional, como olvidando todos los
años de opresión. Por este motivo la Comisión fue una fuente de
controversia importante.
Por otra parte, el Partido Comunista sudafricano tampoco se opuso a estas
posiciones concesionistas. Paradójicamente, una vez más mostró su
separación del pueblo, abandonándolo en un momento clave. No es un caso
aislado, sino que vemos que generalmente la cúpula de dicho partido se
desliga de los requerimientos sociales, haciendo oídos sordos a los mismos.
De este modo se genera un consenso ideológico por el cual, los
grupos blancos y la burguesía negra, gestionan una serie de acuerdos en el
poder y se reparten beneficios. La burguesía negra llega al poder en 1994,
obteniendo algunos puestos importantes en sectores económicos y una
excelente posición social, con viviendas en zonas residenciales lujosas.
Pero la gran parte de la población sudafricana sigue viviendo en los
ghettos, en las afueras de las ciudades, con condiciones de vida pésima;
donde la falta de agua potable y una correcta sanidad han derivado en
grandes epidemias, que han costado demasiadas vidas. Además sigue sin
llegar a todo el país la energía eléctrica.
Por lo tanto, vemos que el desarrollo separado y desigual de
los dos grupos en cuestión sigue en la actualidad. Pero con una diferencia:
el consenso ideológico se amplió, absorbiendo a la cúpula de la resistencia
negra. Ahora podríamos hablar de un apartheid más sutil y perfeccionado, si
lo entendemos dentro del funcionamiento del sistema, que sólo busca
explotar al común de la población.
Los resultados obtenidos fueron los esperados, por lo menos en
un principio. Con el gobierno de Mandela (1994 -1999), aumenta la
producción. Crece la exportación a países africanos; también lo hace la
importación, pero con relación a países europeos y americanos. Este repunte
económico no es acompañado por mejoras en lo social, ya que aumenta la
sobreexplotación y la desocupación. Las promesas electorales de reparto de
tierras y viviendas, se realizan a una escala mínima. Por el contrario,
siguen las expropiaciones de tierras a favor de las empresas mineras. Por
otro lado, las prometidas mejoras sociales no son alcanzadas; y la
población negra sigue viviendo en condiciones muy malas.
Hay que destacar que el crecimiento económico se estanca en 1995, por una
sequía que perjudica la producción agrícola. La crisis se profundiza con la
caída de los precios de los productos mineros. Pero un año después se
retoma el periodo de bonanza económica, el cual sólo disfrutan la nueva
clase dirigente recientemente formada por la coalición de los blancos y la
burguesía negra.
Igualmente, aunque parezca que la reformulación que tuvo el proceso en
cuestión es favorable, no se sabe hasta cuándo seguirá así, ya que las
diferencias sociales se acentuaron y el malestar popular sigue tan vivo
como antes. La única esperanza que le queda a la población negra de que
cambie la situación, es un subgrupo del C.N.A. que está en contra de las
posturas concesionistas. Pero, en la actualidad, todo sigue sin demasiados
cambios.
Hay que destacar que el grupo oprimido de negros sudafricanos
sigue sufriendo discriminación. Ahora dejó de ser racial, pero se convirtió
en social; ya que las primeras diferencias se reproducen en las segundas.
Incluso ahora que el C.N.A. se desligó de la lucha, sólo queda esperar que
la historia nos muestre en que terminará todo esto, lo cual es más que
interesante si vemos que este proceso es vivido de un modo similar en otras
partes del mundo. Ya se confirmó su existencia en Palestina, y se está hablando
de lo mismo en Sudamérica. En fin, algunos aseguran que el apartheid
actualmente se produce a escala mundial.
Efectos del apartheid en la Sudáfrica actual.
Por todo lo dicho, se podría decir que el apartheid nunca
terminó; pero no sería correcto ser tan extremista. Igualmente, es evidente
que los efectos que el proceso dejó en la actualidad son los mismos, e
incluso peores, que los que se vivieron en aquel periodo. Legalmente, la
Constitución que entró en vigor en 1999, excluyó cualquier tipo de discriminación
por raza, género o edad, a la vez que abolió la pena de muerte. Pero en
realidad las diferencias existen.
La tasa de desocupación actual es de 35 %. Lo cual se traduce
en que estas personas no puedan pagar impuestos y el gobierno tenga menos
fondos para invertir en mejorar la condición social del país. Pero esta
reticencia al pago de cargas tributarias se institucionalizó durante la
crisis de la década de 1980,por lo cual no sería ningún fenómeno nuevo.
Además, la mayoría de las promesas electorales de Mandela no fueron
llevadas a la práctica, como ya noté en la parte anterior del informe, y
las que sí se plasmaron en la práctica se hicieron a un nivel muy bajo. El
porcentaje de desocupación se traduce en una alta tasa de criminalidad. La
delincuencia alcanzó números aterradores: 52 asesinatos por día, la cifra
más alta del mundo; una violación cada media hora y un auto robado cada
hora y media. Estos índices muestran que la condición actual de inseguridad
social de Sudáfrica es más que preocupante, y debe ser entendida como el
resultado de la política opresora del apartheid, que excluyo social,
económica y políticamente a la población negra creando una situación de
cólera social que se refleja en las estadísticas anteriores.
Con respecto a las condiciones de vida mínima o básica, todo
sigue como ocurría durante el apartheid. Los carteles de "only
white" han sido retirados de los lugares públicos; y los negros, en
teoría, pueden asistir a los lugares que anteriormente eran exclusivos de
los blancos. Pero, en realidad, la población negra sigue viviendo en los ghettos,
donde siguen las malas condiciones de vida; sin luz, agua, alcantarillado y
un servicio de limpieza y recolección de residuos apropiados. Esto tiene
como resultado la propagación de enfermedades tales como el sida, que
amenaza en bajar la esperanza de vida de 60 a 40 años para el 2020.
Por otro lado, la escasa formación educativa hace que la población negra
siga mal cualificada para enfrentar el mercado laboral, fenómeno que no ha
cambiado. Pero lo importante es que, de este modo, se la sigue concibiendo
como mano de obra barata. Así, actúa como motor de la economía sudafricana,
simplemente.
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