EN TODOS LOS
COLEGIOS HAY NIÑOS CON PROBLEMAS
ENERO 24 DEL
2015
A veces marcamos y
rotulamos a algunos estudiantes CON HIPERACTIVIDAD sin darles mayores oportunidades,
viendo en ellos solo los defectos y los problemas que presentan, llenando los
observadores o los anecdotarios con expresiones tales como... y dejando que el
problema se profundice:
El niño o el joven: "Llega
tarde, tiene dificultad en hacer planes, parece que no escucha, está en las
nubes, no se puede concentrar, salta de tarea en tarea, deja las cosas a
medias, no termina los trabajos, comete errores por no prestar atención en los
detalles, se olvida de las instrucciones, se distrae con facilidad, es
desorganizado, evita tareas que requieren esfuerzo mental, no siempre encuentra
lo que buscan, rompe cosas, pierde cosas, es inquieto, se mueve todo el rato,
se aburre con facilidad, no se mantiene sentado durante mucho tiempo, tiene
dificultad para divertirse en silencio, a menuda tararea, interrumpe la clase,
habla y actúa a menudo sin pensar, ve las consecuencias de sus actos cuando es
tarde, es irritable, necesita supervisión constante, discute y contesta,
responde de forma impulsiva, sus esfuerzos se frustran fácilmente, no sabe
perder, siempre quiere ganar, se pelea por cualquier cosa, no sabe esperar su
turno, a veces es rechazado por sus compañeros, exige inmediata satisfacción a
sus demandas, tiene poca tolerancia con la frustración, está a la defensiva a
menudo".
Muchos profesores también
se dan cuenta de la baja autoestima de estos niños, provocada por constantes
fracasos, ansiedad, problemas de conducta social y problemas de inadaptación.
PERO NO
TODO ES NEGATIVO: Estos
niños pueden ser muy espontáneos, más divertidos que otros niños, muy
cariñosos, optimistas, inteligentes, curiosos, honestos (dicen lo que piensan),
imaginativos y muy creativos, colaboradores, ambiciosos, apasionados,
aventureros, sensibles, extrovertidos, intuitivos, persistentes y un sin fin de
adjetivos positivos más. Tienen mucha energía, una gran memoria, aunque no se acuerden
donde han dejado los libros, pueden
perdonar fácilmente, pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo, pueden crear
orden del caos, pueden pensar soluciones ocurrentes para resolver problemas,
siempre están dispuestos a ayudar y hacer nuevos amigos, se llevan bien con los
adultos, les gusta arriesgar y probar cosas nuevas, no son conformistas.
En principio puede parecer
una sobrecarga inasumible para muchos profesores hacer adaptaciones para estos niños,
con la cantidad de niños a los que tienen que atender a la vez en clase. Sin
embargo, en la mayoría de los casos, pequeñas modificaciones en la manera de
estar con ellos en clase, en la forma de enseñarles y supervisar la ejecución
de su tarea, y algunas adaptaciones a la hora de evaluarles, pueden ser muy
rentables tanto para el niño como para el profesor. El niño se sentirá mejor,
más comprendido, más motivado, más competente, y rendirá de forma más acorde a
sus capacidades. Para el profesor, habrá más tranquilidad en el aula, tendrá
menos interrupciones, no tendrá que andar corrigiendo comportamientos
inadecuados tan frecuentemente, y se sentirá más satisfecho como docente al
mejorar el aprendizaje de este grupo de alumnos. Suele requerir menos esfuerzo
prevenir que lidiar con este tipo de niño adecuadamente.
Estos niños son el perfecto
ejemplo de que, no teniendo una discapacidad, necesitan unas medidas
diferenciales en la metodología de enseñanza para poder tener un
aprovechamiento adecuado. En términos educativos, se salen de la normalidad, el
mismo sistema que para la mayoría de los niños puede ser eficiente, para estos
niños no sirve. El sistema educativo debe tener la flexibilidad y creatividad
necesarias para poder asumir la enseñanza de estos niños en un entorno
normalizado.
Igual que ponen a prueba la
capacidad educativa de los padres, estos niños ponen a prueba la capacidad del
sistema educativo para amortiguar sus dificultades sin hacerles más daño. Los
planes de convivencia en los colegios, los reglamentos disciplinarios, la
unificación de criterios entre el profesorado a la hora de dar una respuesta a
los problemas de los niños, los programas que permitan aprender metodología de
estudio y no solo contenidos académicos, son imprescindibles para dar cabida a
estos niños sin estigmatizarles ni sacarles del entorno educativo normal.
Los profesores no pueden
tener la responsabilidad de diagnosticar a estos niños, ni el nivel de su
alteración, la presencia o no de complicaciones añadidas, etc. No es su
competencia ni motivo de su formación. Pero
sí deben tener la capacidad no solo de explicar su materia, sino de captar las
capacidades y dificultades de sus alumnos en el proceso de aprendizaje. Deben poder identificar qué tipo de
inteligencia tiene el niño y si ésta le supone alguna traba para acceder a la
información que tiene que aprender en cada etapa educativa. La
identificación de los niños que podrían tener algún problema o de niños que en
general no tienen capacidad para adaptarse al sistema educativo estándar, sí es
su competencia. Deben ser capaces de detectar qué niños no son capaces de
atender lo suficiente como para aprender lo que se les enseña, o no pueden
controlar la ejecución de las tareas de forma organizada, o no son capaces de
retener la información de forma adecuada, o no parecen modificar su
comportamiento a los resultados, o razonan de una forma extraña, o infantil, no
pudiendo elaborar los trabajos de forma correcta para su edad.
La identificación de niños
con problemas para aprender dentro del sistema existente en una clase debe
llevar a:
o hacer las
modificaciones oportunas en el aula, según las dificultadas detectadas en el
niño
o profundizar
en el conocimiento del niño, más allá de las dificultades, intentando acceder
también a sus habilidades, para potenciarlas dentro del entorno escolar
o compartir
las dificultades detectadas con el resto de equipo educativo, para dar una
respuesta uniforme desde el colegio
o derivar al
niño para evaluar, si se considera necesario, por parte de los equipos
psicopedagógicos; básicamente si las medidas habituales que se pueden poner en
marcha dentro del aula no son suficientes para mejorar la adaptación y
rendimiento del niño.
o determinar,
de una manera individualizada, si el niño necesita apoyo especial, y qué tipo
de apoyo es éste. No intentar ajustar al niño a los apoyos disponibles, sino
ajustar los apoyos a las necesidades del niño.
o determinar
si, a pesar de todas las medidas ordinarias que se pueden poner en marcha con
el personal educativo habitual, el niño persiste en sus dificultades y puede
necesitar un apoyo más específico. Esto justificaría que el colegio pidiera.
El profesor está en una
posición privilegiada para detectar los problemas de este tipo de niños, ya que
éstos se manifiestan de forma muy clara en la vida escolar. Por ello, además de
dar una respuesta educativa, el profesor, o el colegio, debe implicarse en que
los padres conozcan esta dificultad de sus hijos y tomen las medidas adecuadas
para su manejo. Esto implica buscar la ayuda clínica necesaria, y obtener la
información y herramientas que les ayuden a ellos en su tarea educativa en el
entorno familiar. Los padres reciben muchas veces la información de que sus
hijos tienen dificultades o características propias que dificultan su
aprendizaje de una manera más tranquila cuando ésta información viene del
colegio, que cuando viene de un médico o psicólogo por primera vez.
Que la información llegue
del colegio evita la estigmatización que muchos padres sienten de inicio cuando
se les habla de un trastorno mental en su hijo. Además, aumenta la confianza de
los padres en que el colegio está atento a los problemas de los niños, y no
establecen conclusiones erróneas respecto a la capacidad educativa de los
padres sin estudiar adecuadamente la situación.
En
conclusión, los profesores son las personas idóneas para:
o identificar
posibles los casos de niños con algún tipo de problemas.
o poner en
marcha las medidas ordinarias de manejo de estos niños en clase
o derivar a
los niños a valoración por parte de los equipos psicopedagógicos del propio
centro o de zona
o informar a
los padres de la detección de un posible problema y de donde obtener ayuda
específica: escuelas de padres, pediatra y Centro de Salud Mental de zona.
o coordinarse
con los padres en todas aquellas medidas necesarias para mejorar el rendimiento
del niño, su metodología de aprendizaje y su motivación hacia el estudio
Lo primero que hay que
recordar y tener muy en cuenta de los niños identificados: es que es muy distinto, que no quieran a que no puedan.
Tiene que haber una relación
positiva entre el alumno y el profesor, sólo así será posible una notable
mejoría académica y social del niño. El no tener la disposición para conseguir
esto hace que automáticamente se vaya generando un círculo vicioso con
continuos castigos, desmotivación, incomprensión, etc.
Necesitan más que ningún
otro niño apoyos positivos, elogios y ánimos.
continuara...
ADAPTACIÓN.
JJ