INVITACIÓN CELEBRACIÓN DIA DEL MAESTRO 2025
Apreciados maestros (as), reciban un cordial saludo.
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¿CUÁL ES
LA CUALIDAD MÁS IMPORTANTE EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE-APRENDIZAJE?
Las investigaciones y estadísticas muestran que en un 98%
de los casos, un buen docente puede transformar y cambiar la vida de una
persona o estudiante.
El 88% de las personas afirma que un profesor tuvo un
impacto significativo y positivo en su vida.
El 83% de las personas aseguran que un docente ha reforzado
su autoestima y su confianza en sí mismo.
Ser maestro o docente no es una profesión fácil. Un docente
es una persona que se dedica profesionalmente a la enseñanza, impartiendo
conocimientos y habilidades a estudiantes de diferentes niveles educativos y en
diversas ramas del saber. Esta profesión ha evolucionado y perfeccionado con el
tiempo, al punto de que, hoy en día, para ser un buen docente se requieren
cualidades naturales o aprendidas como la empatía, la responsabilidad, el
compromiso, la prudencia, la confiabilidad, la comprensión, la mística, la
creatividad, la equidad, la justicia, la honestidad, la solidaridad, el
respeto, la paciencia, el trabajo en equipo, el dominio disciplinar, la pasión
por enseñar, el entusiasmo, la capacidad de adaptación, la inteligencia
emocional, el manejo de la tecnología y la gestión eficaz del aula, entre
otras.
Sin embargo, todas estas
cualidades deben ir acompañadas de una habilidad muy sólida: la comunicación.
Cuando escuchas la palabra
"comunicación", ¿qué es lo primero que viene a tu mente? ¿Simplemente
hablar? Por supuesto que no.
Una comunicación sólida, muchas veces considerada como una excelente capacidad
comunicativa, es el puente entre el conocimiento y la comprensión. Cuando un
docente domina esta habilidad, el aprendizaje fluye naturalmente en ambas
direcciones.
¿Por qué es tan
importante?
Porque:
Seamos sinceros: hasta el plan
de clase más brillante se desmorona sin una comunicación clara, efectiva y
asertiva. Los profesores más eficaces adaptan su mensaje para llegar a cada
tipo de estudiante en el aula, asegurándose de que nadie se quede atrás en una
niebla de confusión.
Esta habilidad va más allá de
la enseñanza en el aula, ya sea al comunicarse con padres sobre el progreso de
sus hijos o al proporcionar retroalimentación constructiva sobre tareas, la
capacidad de un docente para transmitir ideas con claridad y escuchar con
atención es la base de todo lo que ocurre en el entorno educativo.
Es especialmente admirable
cómo los mejores comunicadores adaptan su enfoque según las necesidades de cada
aprendiz, explicando un mismo concepto de diversas formas hasta lograr ese
momento de comprensión reflejado en sus rostros.
La comunicación asertiva
es la forma de expresarse de manera directa, honesta y adecuada, respetando
tanto a uno mismo como a los demás. Implica la habilidad de expresar ideas,
sentimientos y necesidades con claridad, seguridad y serenidad, sin agredir ni
manipular. Es una herramienta fundamental para mejorar relaciones, resolver
conflictos y alcanzar objetivos de forma efectiva.
Un buen comunicador tiene
control sobre sus palabras, ya que estas pueden construir o destruir, dar vida
o causar daño. Son semillas: si se siembran bien, dan frutos hermosos y
agradables; si no, pueden desencadenar tormentas. Las palabras encierran un
poder tanto constructivo como destructivo.
Un buen comunicador no es
quien habla sin límites, sino quien también escucha atentamente a su audiencia,
la observa, hace pausas significativas, guarda silencios equilibrados, lee los
gestos y emociones del público, y los anima a participar. Es por ello, que un
buen comunicador guía con su palabra, hace preguntas, motiva al grupo y resalta
cualidades cuando es necesario. También sabe controlar al grupo y hacer
observaciones claras y firmes sin recurrir a tonos ofensivos; al igual que lo
hace un buen docente.
Un buen comunicador no debe hablar en exceso: debe
comprender el poder del silencio, al igual, debe saber refrenar sus
labios y tener dominio de lo que dice. Por eso, todo comunicador debería "pedirle a Dios que vigile su boca y guarde
sus labios, que ponga un centinela para que de su boca solo salgan palabras
justas, verdaderas y edificantes; que lo libre de pronunciar palabras amargas,
hirientes o destructivas, para vivir en paz y armonía".
Un buen comunicador debe ser
maestro del uso de los tonos, gestos, pausas y silencios, ya que una sola
palabra puede iluminar y arrancar aplausos, o bien ser la chispa de una
tragedia.
El corre-corre del mundo moderno nos lleva a andar con
prisa, impidiéndonos escuchar con atención o comprender lo que nos dicen y es allí
que, la escucha es un elemento esencial en la comunicación. Un buen
comunicador debe escuchar de manera atenta y consciente, con el propósito de
entender mejor y lograr una comunicación clara y efectiva. La pausa y el
silencio nos ofrecen la oportunidad de conocernos, reflexionar y pensar antes
de hablar. El silencio oportuno transmite solemnidad, privacidad y sabiduría.
Es una herramienta contra el orgullo y una protección frente al error.
Sigo creyendo que estamos en
el camino correcto y sin olvidar nuestro slogan “Hagamos Mejor lo que Estamos Haciendo Bien”.
GUIA PARA EL TRABAJO DOCENTE ANTE DESAFIOS EMOCIONALES, CONDUCTUALES Y DE APRENDIZAJE EN EL AULA.
Introducción
En el contexto escolar, los docentes enfrentan cotidianamente el reto de acompañar a estudiantes
que presentan desmotivación, comportamientos desafiantes o posibles dificultades de aprendizaje.
Estas situaciones, lejos de ser excepcionales, son cada vez más frecuentes y requieren respuestas
pedagógicas empáticas, flexibles y articuladas con los distintos actores de la comunidad educativa.
Esta guía tiene como propósito ofrecer orientaciones prácticas y accesibles que apoyen la labor
docente frente a estos desafíos, promoviendo una mirada comprensiva y preventiva, basada en el
vínculo, la inclusión y la autorregulación. Se proponen estrategias que pueden ser adaptadas según
la edad de los estudiantes, el contexto de cada grupo y los recursos disponibles en la institución.
El objetivo no es reemplazar procesos especializados, sino fortalecer la primera línea de respuesta
pedagógica, facilitando el bienestar y el desarrollo integral de todos los estudiantes.
LINK GUIA PARA EL TRABAJO DOCENTE ANTE DESAFIOS EMOCIONALES...,
ARTÍCULO OBLIGATORIO PARA TODO DOCENTE
... PUEDE CAMBIAR TU FORMA DE ENSEÑAR...
Universidad Iberoamericana Puebla Repositorio Institucional http://repositorio.iberopuebla.mx Coloquio Interinstitucional de Docentes 14° Coloquio de Docentes 2023
La empatía en el aula, como fundamento generador de una formación integral
Ulloa Durán, Luisa Esther 2023-06
Resumen
Los docentes se enfrentan a la tarea de terminar un programa de estudios y evaluar a los estudiantes, es importante priorizar el aprendizaje de los mismos y centrarse en las tareas que tengan un impacto directo y significativo. La empatía en el aula es fundamental para crear un ambiente de aprendizaje seguro y positivo. La empatía se refiere a la capacidad de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos y perspectivas. Al escuchar activamente, mostrar interés, ser compasivos y fomentar la colaboración, se comienza con una formación integral.
LA EMPATÍA EN EL AULA, COMO FUNDAMENTO GENERADOR DE UNA FORMACIÓN INTEGRAL
En la actualidad, en un post confinamiento, se ha hablado mucho de la importancia de la empatía en el acompañamiento dentro del contexto escolar. Sin embargo, a menudo se queda solo como una simple frase y no se traduce en acciones concretas. Para que la empatía sea efectiva en el acompañamiento dentro del contexto escolar, es importante que se convierta en una actitud y un comportamiento que se refleje en todas las interacciones y decisiones que se tomen. Esto implica escuchar activamente a los estudiantes, entender sus perspectivas y necesidades, y ser sensibles a sus situaciones individuales.
De acuerdo a la real academia de la lengua española, empatía significa: capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. Es decir, en el aula se debe comprender que trabajamos con personas, cuyo propósito no será siempre el mismo uno que otros. Por tal motivo, en este trabajo, se abordarán situaciones con los estudiantes dentro del aula, así como el conocer la espiritualidad de cada uno, parte esencial de la Formación integral, como apuesta para mejorar nuestra dinámica y relación en el aula, generando una propuesta a examinar más adelante.
Es importante que, como docentes, se autoevalúen y reflexionen sobre su propia empatía y cómo pueden mejorarla en el contexto escolar. Esto implica revisar sus propias actitudes y comportamientos, buscar retroalimentación y apoyo de los demás, participar en actividades de desarrollo profesional y espiritual que promuevan la empatía y la inclusión en el aula.
Dentro del aula
La tarea de terminar un programa de estudios y evaluar a los estudiantes puede ser un reto para los docentes, y que a menudo pueden sentirse abrumados por la cantidad de trabajo que tienen que hacer. Es importante recordar que la prioridad principal debe ser siempre el aprendizaje de los estudiantes, y que todas las decisiones y acciones deben centrarse en este objetivo. Es importante tener en cuenta que no todos los aspectos del programa son igualmente importantes, y que algunos pueden ser postergados si es necesario.
Al evaluar la importancia de cada tarea, es útil considerar el impacto que tendrá en el aprendizaje de los estudiantes. Las tareas que tienen un impacto directo y significativo en el aprendizaje de los estudiantes deben recibir la máxima prioridad. Para poder hacer esto, durante las actividades en sesión, hay que buscar, la manera en que el estudiante comprenda el propósito, de cada actividad, en donde el estudiante comprenda que el aprendizaje no es una nota. Buscando que las actividades dentro del aula sean más cualitativas que cuantitativas, sin embargo, esta motivación tiene que venir desde el profesor.
En relación con la motivación, San Ignacio, hace referencia a una directriz pedagógica que menciona lo siguiente: Ignacio cree que la actitud propia del hombre es de asombro a la vista del don divino de la creación, el universo, y la misma existencia humana. En su contemplación de la presencia de Dios en la creación, nos invita a ir más allá del análisis lógico, a la respuesta afectiva a Dios, que trabaja por nosotros en todas las cosas. Hallando a Dios en todas las cosas, descubrimos su designio de amor sobre nosotros. La imaginación, los sentimientos, la voluntad, el entendimiento, desempeñan un papel central en el enfoque ignaciano. (Cavalletti, 1993) La empatía en el aula … 3 Aquí es donde entra la empatía, el comprender las situaciones de los estudiantes, y así dirigir la clase. Viendo implicado la conciencia social de los principios que orientan a sus acciones, comprendiendo las consecuencias de las mismas, atendiendo así su uso de libertad y autonomía, mediante una acción de motivación grupal. De tal forma que la empatía se traduzca en acciones concretas, como ofrecer apoyo emocional y académico a los estudiantes que lo necesiten, adaptar las estrategias y herramientas de enseñanza a las necesidades y habilidades individuales de cada estudiante, y ser flexibles y comprensivos con las situaciones personales y familiares de los estudiantes.
Para que la empatía sea efectiva en el acompañamiento dentro del contexto escolar, debe convertirse en una actitud y comportamiento que se refleje en todas las interacciones y decisiones, traducirse en acciones concretas y ser objeto de reflexión y mejora continua por parte de los docentes. Esta es una habilidad importante dentro de la formación ignaciana, ya que se enfoca en el cuidado y servicio de los demás. Al generar esta, como una habilidad fundamental para crear un ambiente de aprendizaje positivo y acogedor, y para fomentar una formación integral en el aula.
Cuando los estudiantes se sienten escuchados y comprendidos, son más propensos a participar activamente en el proceso de aprendizaje y a desarrollar una actitud de respeto y cuidado hacia los demás. Además, es necesario mantener la intención de la enseñanza en mente al planificar y realizar tareas. El objetivo final es ayudar a los estudiantes a aprender y desarrollarse, y todo lo que se hace debe estar alineado con ese objetivo. Si una tarea o actividad no contribuye directamente al aprendizaje de los estudiantes, es posible que deba ser reconsiderada o postergada.
Evaluar el trabajo de los estudiantes de manera justa y objetiva, y proporcionar retroalimentación constructiva que les ayude a mejorar su aprendizaje. En un ambiente educativo donde se fomenta la empatía, los estudiantes aprenden a comprender y respetar las diferencias individuales, y se desarrolla una cultura de inclusión y respeto mutuo.
Esto ayuda a fomentar una actitud de apertura y tolerancia hacia los demás, y prepara a los estudiantes para una vida adulta en una sociedad diversa y globalizada. Además, La empatía en el aula … 4 cabe resaltar, que la empatía también juega un papel importante en el desarrollo emocional de los estudiantes. Cuando los estudiantes aprenden a reconocer y comprender sus propias emociones y las de los demás, desarrollan una mayor conciencia emocional y se vuelven más capaces de regular sus propias emociones.
Esto puede tener un impacto positivo en su bienestar emocional y mental, así como en su capacidad para interactuar de manera efectiva con los demás. Formación Integral desde lo ignaciano La espiritualidad ignaciana enseña a desarrollar una actitud de compasión y empatía hacia los demás, especialmente hacia aquellos que sufren o están marginados. San Ignacio de Loyola habló de la necesidad de "sentir con" o "sentir como" los demás, es decir, de ponerse en el lugar de otra persona para comprender sus sentimientos, preocupaciones y necesidades.
Esta actitud de empatía es esencial para la construcción de relaciones auténticas y para el servicio a los demás. La Formación Integral se hace realidad en la práctica cotidiana, mediante la planeación y programación de actividades, para lograr el Perfil del Estudiante, mediante una acción dirigida por la excelencia humana integral; una educación centrada en las personas, cuya estructura sea corresponsable y participativa. De acuerdo a la Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia, define la Formación Integral como: El proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las Dimensiones del ser humano (ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal, y socio-política), a fin de lograr su realización plena en la sociedad.
Es decir, vemos el ser humano como uno y a la vez pluridimensional, bien diverso como el cuerpo humano y a la vez integrado y articulado en una unidad (Vázquez, 2006, p. 176) Cuando se habla de formación integral, se habla de espiritualidad, ya que, esta toma encuentra toda la parte humana, es decir comprende lo interior de una persona: pensamientos, deseos y creencias, así como la parte externa: acciones y estilo de vida. Por tal motivo, una verdadera educación integral debe tratar la espiritualidad de una forma transversal e interdisciplinar, es decir, en todas las asignaturas deberíamos de hablar de esto.
En la formación ignaciana, se anima a desarrollar la empatía a través de la oración y la reflexión, así como a través de la acción concreta. Por ejemplo, la acción social y el servicio comunitario son parte integral de la formación ignaciana, ya que ofrecen la oportunidad de poner en práctica la empatía y el cuidado de los demás. Los siguientes puntos pueden ayudar a cultivar la empatía en el aula:
• Escuchar activamente a los estudiantes: Prestar atención a lo que dicen los estudiantes y validar sus sentimientos puede ayudarles a sentirse comprendidos y apoyados.
• Mostrar interés en la vida de los estudiantes: Tomar el tiempo para conocer a los estudiantes y sus intereses puede ayudar a los educadores a entender mejor sus perspectivas.
• Ser compasivos: Reconocer que los estudiantes pueden estar pasando por desafíos personales y ofrecer apoyo puede ayudarles a sentirse más cómodos en el aula.
• Fomentar la colaboración: Revisar como se trabaja en proyectos y actividades, recordando que el trabajar en equipo ayuda a entender las perspectivas de los demás.
Acompañar en el aula, implica motivar, impulsar, corregir y formar, generando una relación que de equilibrio emocional y una la distancia necesaria con los estudiantes.
En definitiva, la empatía es un elemento fundamental en la formación integral de los estudiantes en el aula. Fomentar una cultura de empatía puede ayudar a crear un ambiente de aprendizaje positivo y acogedor, promover una actitud de respeto y cuidado hacia los demás, y preparar a los estudiantes para una vida adulta en una sociedad diversa y globalizada.
PARTE III
La práctica hace al maestro: desarrollo personal y
La práctica docente es un proceso de aprendizaje que permite a los maestros mejorar su desempeño y desarrollar su personalidad y profesionalismo.
La empatía permite entender los errores de los estudiantes como oportunidades de aprendizaje, a partir de una actitud reflexiva de cuestionamiento y crecimiento, y de aceptar los errores como parte de un proceso de superación, lo cual implica que es posible generar aprendizajes positivos frente a los errores.
Dado que el propósito compartido como docentes es brindar una educación integral y de calidad, siempre será importante considerar el lado humano de los alumnos, y poner en práctica la empatía cognitiva además de los aspectos intelectuales de la enseñanza.
Los expertos te comparten aquí algunas reflexiones basadas en sus experiencias, para lograr óptimos resultados aplicando la empatía en tu práctica diaria:
Mostrar una actitud empática ayuda a crear un buen ambiente al comienzo del curso. Algo tan simple como expresar a los alumnos tu aprecio por el hecho de que estén allí, puede tener un impacto sorprendentemente grande. Ya sea por escrito o mediante un video, asegúrate de usar palabras que transmitan simpatía, calidez y alegría por tenerlos como alumnos. Asegúrate de que las señales no verbales (gestos, tono de voz, postura) sean consistentes con el mensaje verbal que estás enviando. Conoce más recomendaciones, aquí.
Como docentes, es fundamental comprender la motivación que lleva a los estudiantes al aula cada día. ¿Qué encuentran estimulante en clase? ¿Cómo puedes hacer más atractivas las interacciones para que aprendan con gusto? En cuanto a la empatía, es ideal buscar y utilizar métodos de aula y herramientas tecnológicas innovadoras que permitan canalizar las emociones e intereses de tus alumnos, lo cual ayudará a que el aprendizaje sea atractivo y significativo para ellos. Conoce más recomendaciones, aquí.
La empatía permite entender los errores de los estudiantes como oportunidades de aprendizaje, a partir de una actitud reflexiva de cuestionamiento y crecimiento, y de aceptar los errores como parte de un proceso de superación, lo cual implica que es posible generar aprendizajes positivos frente a los errores. Conoce más recomendaciones, aquí.
La educación es, en parte, una actividad de diálogo e interacción entre dos o más personas. Sin embargo, esto puede significar que pueden surgir diferencias e incluso conflictos en la diversidad de pensamientos, ideas o puntos de vista. La conversación empática ayuda a reducir las tensiones para que puedan surgir soluciones creativas, permitiendo que los participantes se expresen con cortesía, escuchen con atención y resuelvan las diferencias con respeto. Conoce más recomendaciones, aquí.
Como puedes ver, la empatía es un poderoso aliado para estimular y potencializar el aprendizaje de tus alumnos, utilizada asertivamente en tu práctica docente.